Sociedades Americanas en 1828

La juventud americana necesita abrir los ojos sobre su situación, y los niños tienen que aprender a leer. Los jóvenes que han de reemplazar a los padres de hoy, deben pensar y escribir mejor que sus abuelos, si quieren que en América haya patria y lengua. Esto no lo conseguirán con escrúpulos, ni con burlas, ni con puntitos de erudición.
Simón Rodríguez, en Sociedades Americanas en 1828



viernes, 30 de enero de 2009

De la historia y para la historia


WWWpertinentes.blogspot.com es una página de la historia y para la historia. No es una página para escribir tonterías ni para satisfacer el ego personal, porque no hay tiempo para una necedad como esa. Los tiempos en este continente sureño apremian y es de esa manera, porque el ritmo de agresión a las naciones está exacerbado. Hay mayor sentido para la explotación que para ayudar a las personas que no tienen nada. Hay más sentido para disparar que para dar un pedazo de pan; hay más sentido para ignorar que para reconocer; algunos ven con lógica las separaciones entre las personas; unos creen que este mundo es una porquería y otros piensan que la tierra es parte de sus haciendas.
La razón de este blog es ir a los ejemplos de valor latinoamericanos, independientemente que es necesario acudir a los grandes hombres que motivaron los cambios en esta humanidad. De hecho, si no diseñamos, creamos, gritamos, cantamos, escribimos y declamamos perdemos esa idiosincrasia e identidad que nos caracteriza y terminamos por convertirnos en un producto de supermercado, de esos que sirven para lavar el mobiliario del baño.
¿Qué plantea el blog?
Pues nada difícil. Lo único que busca es intentar que nos recreemos con nuestra propia historia. Que al revisar los acontecimientos, los hechos que nos hicieron ser la patria latinoamericana de hoy los confrontemos con lo que estamos haciendo en este siglo que apenas comienza. La búsqueda, fundamentalmente, tiene que ver con investigarnos a nosotros mismos, porque hemos dejado que otros hagan investigaciones sobre nosotros y digan qué somos o por donde debemos ir y eso nada tiene que ver con nuestra realidad de latinos.
Alguien ha dicho que tratamos de filosofar, otros refieren que filosofamos, pero en el fondo de todo este ensayo exclamativo que es pertinentes, porque de eso se trata, tratamos de que este blog sea una hoja de vida puesta al día.
Mantenemos siempre la idea de que la historia no se repite, pero tiene siempre la razón, que es el lema de este blog y ello porque, invariablemente los actores y las circunstancias en el acontecer del mundo, siempre son los mismos. Las únicas variaciones que apreciamos están en la de los creadores científicos, naturales y sociales, quienes a punta de genio han sido capaces de ir regalando al mundo muchas posibilidades para que hagan las cosas bien. Y en el caso de la comunicación, este blog lo que trata es de poner en el tapete de los acontecimientos las situaciones claves de la vida que están en nuestras narices, es decir, las cosas vistas con sentido común y lógica, exenta de arrebatos pasionales y de expresiones que tienen mucho que ver con el hígado y la manipulación.

miércoles, 28 de enero de 2009

¡Destiérrese el pernicioso abuso de la prensa!


Es agradable leer acerca de Simón Rodríguez y reconfortarse con las opiniones que tenía ese culto y extraordinario ciudadano que, cada vez que emitía una opinión, profundizaba en sus reflexiones y sembraba conocimientos. Tal cual como lo señaló la profesora Mercedes M. Álvarez T., en su libro Simón Rodríguez tal cual fue (*) el Maestro tuvo mucho interés en resaltar la lectura “porque en una época de analfabetismo pensaba era una forma de interesar a los lectores y facilitarle conocimiento”.
Explica la profesora en el Capítulo XI del mismo, que “Durante su permanencia en los Estados Unidos, debió (Simón Rodríguez) vigorizar su fe en la educación del pueblo, y al efecto bebería en las fuentes de Franklin y Jefferson. Por ese tiempo aprendería a respetar la libertad de imprenta y a conocer los males derivados del mal uso de ella. En su concepto la libertad de imprenta bien entendida es el derecho que cada uno de los interesados en una cosa tiene para hacer observaciones fundadas en el interés común”.
Considera que en sus escritos son persistentes los pensamientos como el citado sobre la libertad de imprenta y añade que también revela su preocupación social, móvil de su acción pública. Además, escribe la docente que “Se multiplican los pasajes en sus páginas para insistir en evitar el desorden de la sociedad que pudiera venir Cobn el abuso del derecho de la libertad de imprenta. No se cansa de insistir sobre la ética profesional de la prensa donde hay que ejercer el oficio con objetividad, lógica y honestidad intachables:
“Entiéndase por LIBERTAD DE IMPRENTA
La Facultad que dan los conocimientos
Para abogar por el bien común no
La Licencia que se toman las pasiones
Para denigrar al que lo promueve”
El párrafo está en Luces y Virtudes Sociales, Concepción, Chile 1834.
Refiere la profesora Mercedes Álvarez que Samuel Robinson, como también se hacía llamar Rodríguez, “…siempre rechazó en sus pensamientos la idea de utilizar la imprenta para hacer el mal y no orientar hacia el bien. Comenta que solía repetir en sus obras algunos de ellos. En la siguiente frase, la profesora evidencia y en cierto modo define algo de la ética de la prensa como Robinson lo veía:
-“Destiérrese de las sociedades cultas el pernicioso abuso de la prensa…No se autorice en público lo que la urbanidad condena en reuniones privadas… y Más adelante “Las guerras actuales se deben en gran parte a la indiscreción de los diaristas y a la imprudencia de los Gabinetes”.
“La libertad de imprenta bien entendida –señala Mercedes Álvarez- fue idea básica de sus pensamientos. Desde su primer impreso Sociedades Americanas en 1828 que vio la luz ese mismo año, asentó ese derecho como el mejor y más efectivo procedimiento para perpetuar los conocimientos del hombre y defender las libertades públicas. El pasaje siguiente es una flor de ese jardín de la libertad que él amo y predicó. Cuanta actualidad tiene su concepto de que la libertad consiste en el derecho de hacer lo que no dañe ni a los demás individuos, ni al organismo social:
“El estado actual de la América pide serias reflexiones:
Aprovechen los Americanos de la libertad de Imprenta que se han dado, para consultarse sobre el importante negocio de su libertad”.
¿De qué manera entendía Simón Rodríguez la libertad de imprenta? Este punto es altamente interesante, a los efectos de comparar cómo el veía esa realidad y cómo se desarrolla hoy día en Latinoamérica y el resto del mundo. Es bien claro que este filósofo americano –como suele ser llamado- sabía bien de los usos negativos que podía acarrear el mal uso de la imprenta, que es lo que hoy podemos calificar como mal uso de la prensa. No se trataba de que armas, piedras y palos fuesen envueltos con las hojas provenientes de las imprentas. ¡No! Robinson se refería fundamentalmente al contenido, a los mensajes y las intenciones que podían llevar los impresos. ¡A eso se refería! En un lenguaje más actualizado, podemos fácilmente referirnos a la mala publicidad, a las informaciones erróneas y aquellas informaciones en las que se denigra, se difama y más cerca aún, son inventadas y dirigidas para conseguir un fin específico. Basta con referirnos a la propaganda que desató en el mundo George Bush, exgobernante estadounidense, para invadir a Irak y controlar sus recursos.
Pero no se trata de algo nuevo. Es una manipulación muy vieja que ha sido actualizada. Sólo hay que leer y leer y darse cuenta de cada una de las invasiones y guerras que se han dado en los últimos años y entendemos pronto lo que Simón Rodríguez consideró el mal uso de la imprenta y por decía que había que desterrar de las sociedades cultas el calificado pernicioso abuso de la prensa. Hoy, su pensamiento sigue vigente, porque de lo que se trata en estos momentos, es de la guerra de cuarta generación que tienen los pueblos contra los dueños de los medios de comunicación.

martes, 27 de enero de 2009

Los latinoamericanos y sus organizaciones


Si las mujeres y los hombres de este continente centroamericano, suramericano y caribeño tenemos nuestra forma de vivir completamente distinta a los de otras regiones, no debe ser nada complicado que seamos nosotros quienes decidamos qué tipo de organizaciones deben estar presentes en nuestras vidas para optimizar nuestras relaciones como naciones hermanas y como promotoras y orientadoras de nuestro propio desarrollo.
Tiene que ser de esa manera porque, es triste ver lo que ocurre en algunas regiones de este mundo donde los amos del capital transnacional han hecho y siguen haciendo negocios sin que les importe un bledo la vida humana.
Lo que han hecho con los palestinos no tiene nombre ni precio –como dice una publicidad mundial- y eso lo apreciamos en las cientos o miles de fotografías que han circulado por todo el mundo, en donde lo único que se aprecia es devastación sombría, muerte y dolor imperecedero y lo más grave del asunto, es que los agresores de los palestinos tienen tal descaro, luego de proceder igual a los nazis, de gritar a los cuatro vientos, a través de su actual Primer Ministro, que lo volverían a hacer sin que les importe un comino los demás países del mundo.
Este es el tipo de conflicto que el mundo sionista ha venido desarrollando por años y, como es de esperarse, enriqueciéndose con el mismo. Esto es lo que los latinoamericanos no queremos en nuestras tierras y esto es lo que han estado intentando generar en este sur. Por ello, debemos crear nuestras propias organizaciones destinadas a hacer crecer nuestros pueblos, a llevar más educación a nuestros hijos, a crear un óptimo desarrollo de la ciencia y tecnología y aumentar nuestras capacidades productivas, intelectuales, culturales, ambientalistas y deportivas como lazos que faciliten estrechar cada día más la humanidad que nos caracteriza.
Los latinoamericanos somos personas de un mundo nuevo y como es apreciable, los vicios siempre han venido de otras latitudes. Nuestras poblaciones primigenias vieron otras posibilidades de vivir y nosotros debemos rescatarlas para siempre darle una mejor orientación a nuestra humanidad. Tenemos raíces de hondas contemplaciones sobre la vida en este mundo y fuera de él y por ello, cada día somos más diferentes, porque mientras otros solamente ven negocios como única senda de vida, para los latinoamericanos el mundo tiene otro rumbo muy especial, distinto. El tiempo de los encuentros está en este siglo y hacia allá debemos ir los latinoamericanos. Que otros sigan el camino del dinero, el poder y la guerra, pero ese no es el nuestro. Nuestra senda está en la libertad, la igualdad y en la fraternidad que produce nuestra tierra.

viernes, 23 de enero de 2009

Reconozcamos nuestra existencia


Creemos que los latinoamericanos, sin excepción, deben frenar el desaforado sistema de extracción de sus riquezas por parte de las empresas transnacionales.
La voracidad de algunos empresarios o negociantes nunca puede estar por encima de las poblaciones concientes, y los Estados, que son la instancia por encima de los gobiernos, no deberían permitir que sus nacionales sigan siendo esquilmados por el solo afán de lucro y de seguir potencializando ese bárbaro consumismo que continúa destruyendo al planeta.
¿Es acaso un secreto que algunas especies del mar están pereciendo al enredarse con el plástico o intentar consumirlo creyendo que se trata de una anémona?
¿Será también secreto el hecho que muchas especies de animales huyen despavoridas de las máquinas cuando estas se encuentran derribando árboles?
Suramérica, Centroamérica y el Caribe tienen que ser distintos al norte de la América y Europa, caracterizados por un consumismo exacerbado en el sentido de creer que esa conducta de voracidad genera el bienestar.
Es el momento propicio para reconocer nuestra propia existencia, para entender, nuestro exacto rol en la vida, comprender que somos personas sensatas, racionales, moderadas, inteligentes, sensibles, solidarias, respetuosas y amantes de la paz y no monigotes o peleles a quienes se les induce a cometer fechorías como las que estamos viendo en los últimos años.
Somos testigos, todos, de los últimos acontecimientos bélicos (Japón, Corea, Viet Nam, Grenada, Panamá, Yugoslavia, Irak, Palestina siempre) y sin embargo, hemos actuado inmoralmente como zombies, como si nada hubiese ocurrido, pese a que los medios de comunicación nos han presentado los acontecimientos como verdaderos shows.
El mundo ha tenido, hay que reconocerlo, un bando perverso que siempre ha andado tras el dinero, el poder político y militar y que también es generador de perversiones crueles como las drogas, la prostitución, la degeneración de niñas y niños y cualquier cantidad de desviaciones conocidas como fraudes, extorsiones, estafas y todas esas ilegalidades conocidas por las policías latinoamericanas.
Pero más que la franja de perversión que pueda existir –como la apreciamos encima de los palestinos y en algunas regiones africanas- los latinoamericanos tenemos las posibilidades de hacer crecer el desarrollo. No nos encontramos en pañales, tenemos recurso humano y con talento y lo único que nos falta es terminar por construir esa unidad que tanta falta nos viene haciendo. Esa es la idea, seamos todos uno.

miércoles, 21 de enero de 2009

Una educación pensando en Latinaomérica


Es interesante leer el trabajo del profesor Manuel Mariña Müller, actual Rector de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez, UNESR, cuando se refiere a algunas razones por las cuales es necesario crear un nuevo sistema de difusión del conocimiento en Venezuela, que nosotros consideramos debe ser para todos los latinoamericanos.
La primera de las razones que esboza el profesor Mariña Müller, es la que sigue textualmente:
“Después de la segunda revolución industrial (1890-1910) la respuesta del sistema educativo, especialmente en el llamado mundo occidental, se desarrollo en el ámbito de los requerimientos de un mercado definido por la especialización del trabajo, la producción en serie, La división entre el trabajo intelectual y el manual y a partir de 1973 en respuesta a la globalización neoliberal. Los nuevos valores de la producción se configuraron, como ya lo hemos expresado, sobre la base de la maximización del beneficio”.
Y más adelante expresa en una publicación de la Universidad que preside como Rector, que “Se configuró un sistema castrante de las aspiraciones humanas. La profesionalización se estableció de acuerdo a las necesidades del mercado. Los deseos y aspiraciones de los estudiantes fueron opacados o limitados por la necesidad de circunscribirse a la selección de carreras requeridas por el mercado capitalista”.
Hay un fenómeno de esta circunstancia educativa que concatena, plenamente por lo dicho por el Rector de la UNESR y es el experimentado en Venezuela, con la computación y la informática. Recordamos en ocasiones los intereses de jóvenes estudiantes de bachilleratos, quienes al preguntarles qué pensaban estudiar en el futuro, el mayor número de respuestas que escuchábamos se refería a computación.
Pero ese no era el exclusivo problema de una realidad lacerante que ha estado entre los estudiantes poco informados u orientados por sus profesores, sino que independientemente de que ellos desearan estudiar computación o informática, los jóvenes bachilleres se encontraban con una dificultad que habían ignorado y obviado por la falta de información de sus profesores guías u orientadores: para estudiar esas disciplinas debían tener buenos promedios y unas excelentes notas en Matemática.
Y esto, además, también ha revelado las fallas del área de orientación en los planteles educativos, instancia que en el pasado se limitaba a intentar escuchar a los jóvenes, ante la gran cantidad de problemas que existían en los hogares, cuando no estaban fracturados y en donde los más afectados siempre fueron los hijos. Una realidad terrible que se vivió en Venezuela durante un tiempo largo. Sería deshonesto de hablar de otras realidades, pero al menos eso era lo que ocurría en las clases menos favorecidas por los ingresos en este país.
Refiere Mariñas Müller en la publicación de la universidad, que “El saber bajo la educación superior venezolana se inició dentro de un sistema configurado sólo para élites civiles, militares y eclesiásticas. Desde su inicio en 1775, en la Real y Pontificia Universidad de Santiago de León de Caracs, solo quienes por su posición social, creencias religiosas y condición racial que obedeciera al conglomerado social de los blancos peninsulares dominantes tenían derecho de ingreso a su sistema educativo. En la UCV de la época no había cupo para negros, mulatos, indios, discapacitados, judíos o incluso mujeres. Con el tiempo y la Guerra Federal de Ezequiel Zamora, y el advenimiento de las luchas sociales, el país cambió y hoy esas limitaciones han desaparecido, pero una nueva exigencia se hizo presente: La prueba de aptitud académica”.
La prueba de la cual escribe el académico, quien por cierto es un PhD en Cibernética, en la Universidad de Brunel, Londres, Inglaterra, hoy día, es la que determina, si el estudiante es apto –al menos en ese momento en que hizo la prueba- si puede estudiar una determinada carrera en una universidad. Es un tema controversial, pues la misma Universidad Central de Venezuela, UCV, también ha mostrado como estudiantes que han entrado por un curso propedéutico (que puede durar un semestre) a esa universidad, no sólo se han ganado su cupo, sino que han mostrado ser mejores estudiantes que aquellos que salieron mejor en una prueba de un día.
Pero todo esto revela que los latinoamericanos, todos, debemos revisar nuestros sistemas educativos y nuestras posibilidades de acceder a la educación, que necesariamente no debe ser exclusivamente universitaria sino técnica y una educación para la creación en un mundo equilibrado y de respeto a nuestro ambiente. No necesitamos una educación que empuje a los jóvenes hacia la depredación del ambiente.

Veamos hacia el interior de nuestras naciones


En los actuales momentos en que la humanidad está padeciendo una crisis terrible, bien por las guerras de los poderosos en contra de los que menos fuerza tienen y con el fin de apoderarse de sus recursos o quizá porque alguna dirigencia de nuestras naciones sea muy débil y solamente tengan capacidad de apreciar el sentir de sus naciones a través del poder, el dinero, las joyas, la vida ilusa del confort que pudieran dar las mansiones, los viajes, el poseer apartamentos en diferentes ciudades del mundo y saborear los exquisitos manglares que les permiten sus doradas tarjetas de crédito apoyadas por cuentas en los bancos, quizá por eso, Latinoamérica no ha logrado despegar.
Si los ciudadanos de las vecinas repúblicas latinoamericanas quieren crecer, ver desarrolladas sus sociedades, deben mirar siempre hacia dentro, porque allí está el recurso valioso que le puede permitir la evolución de sus vidas.
Primero han de pensar en considerar a sus ciudadanos, a esos hombres y mujeres de distintos colores y grosor de pelo y nariz, entender que son un recurso de valor, que es el mismo que preparan en sus universidades y que por despreciarlos a veces, mejor dicho, ignorarlos, las grandes corporaciones los contratan y se los llevan a sus sedes en el exterior.
Esos mismos hombres y mujeres salidos de nuestras tierras, capacitados por nuestros Estados, son los que van a producir grandes conocimientos y generar cualquier clase de diseño tecnológico para otras naciones.
¿Son conscientes o inconscientes estos latinos?
Es una pregunta muy dura y no fácil de responder porque, criados los ciudadanos, educados y orientados desde diversos puntos de vista en regímenes eminentemente capitalistas, con la idea del mercado como único principio de vida, y bajo el influjo intenso y diario de la publicidad, que le concede mucho más valor al poseer, a la tarjeta de crédito o a un automóvil y a un Resort en países turísticos cercanos y que descalifica o ignora a quien no tiene capacidad para acceder a ellos, no podemos esperar tener ciudadanos que puedan llegar a tener criterios y sensibilidad de del sentir colectivo.

Como todos los ciudadanos deberían saber, la formación de profesionales en Latinoamérica ha estado dirigida hacia la conformación de una gran masa técnica que sirva de soporte al sistema de mercado en el que se manejan los capitalistas europeos y estadounidenses. En los actuales momentos, con la gran crisis que se ha desatado en el poderoso mundo capitalista, la oportunidad para los latinos está en bandeja de plata, es decir, dejar de ignorar la inteligencia de sus recursos humanos, despertar la creatividad de sus ciudadanos, respetar el trabajo de hombres y mujeres, como decía el propio Simón Rodríguez, Maestro de Simón Bolívar, El Libertador.
En opinión de la profesora Mercedes M. Álvarez, en su libro Simón Rodríguez tal cual fue Vigencia perenne de su magisterio, Edición del Consejo Rector de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez, UNESR, 1977, “No hay duda de que su ensayo de Bolivia era visiblemente novedoso y hasta utópico (se refería al estudio que hizo S.R. sobre la educación en ese país). No aconseja la disciplina dura de castigos corporales, humillaciones, ostentación de medidas coercitivas de la libertad y la integridad personal. Concebía (Simón Rodríguez) la misión educativa como una misión desinteresada y altísima, y un apostolado laico. El maestro deberá poseer una personalidad irradiante, por lo tanto exalta el alto valor del factor personal en la educación. Presta mucha atención a la vocación. En la síntesis que hizo sobre las cualidades para dirigir la educación, pareciera que se puso de espejo de maestro. Las condiciones necesarias no las repudiaría hoy la más exigente autoridad. He aquí los requisitos principales para el director, quien según dice “debe tener más aptitudes que el Presidente de la república”.
Por supuesto, no las vamos a citar, pero si al menos considerar como más importante que ellas mismas, el hecho que Simón Rodríguez le daba tanta importancia a los requisitos, que sostenía que los maestros deberían tener más aptitudes que el mismo Presidente de la República, con lo cual le daba a la educación el valor más alto y de importancia para una sociedad.
Es a eso a lo que nos hemos estado refriendo en esencia, que debemos los latinoamericanos ser capaces de construir no solo la unidad continental, sino proyectar una nueva visión de desarrollo a partir de la riqueza que todos poseemos, como son nuestros recursos humanos. Ese es el mayor recurso que tenemos hoy día.

miércoles, 7 de enero de 2009

¿Qué hacemos para vivir y ser mejores?


¿Qué debemos hacer los latinoamericanos para mejorar nuestras vidas, esto es, tener todas las posibilidades de acceder a la educación, que nuestra formación sea de calidad, que sean respetados nuestros derechos, pero que nos acostumbremos a ser respetuosos de nuestros deberes, que la salud no nos cueste un ojo de la cara y podamos atender a los niños y ancianos cuando ellos lo requieran, que no nos falte el agua potable, que las calles por las cuales nos desplazamos no se encuentren deterioradas, que accedamos a las bibliotecas con el deseo de leer asuntos inimaginables, que nos convirtamos en lectores reflexivos y críticos, que no sea un imposible concretar el sueño de tener una vivienda digna, que la justicia llegue a todos los seres, que la seguridad sea un pilar en nuestras vidas, que podamos producir todos nuestros alimentos sin dañar el ambiente, que podamos desarrollarnos científica y tecnológicamente, que nuestra mortalidad infantil llegue al mínimo más bajo, que los primeros habitantes de nuestras tierras sean protegidos, no ignorados, despojados y a veces masacrados, que podamos disfrutar de nuestros ríos y jamás permitamos que los contaminen, que los recursos que poseemos en Latinoamérica sean puestos a producir por nuestra gente y que no sean jamás objeto de ese deteriorado proceso de mercantilización que lo único que genera son explotados, que diseñemos una televisión para las personas y no para los negocios, una televisión decente que no se burle del ser humano y lo siga viendo como mercancía, que hacemos para convertirnos en un poderoso y beneficioso elixir de paz, respeto y armonía?
Estas son interrogantes para que las reflexionemos una y otra vez; cada día y que la sometamos a discusión en cada calle, espacio abierto o centro de trabajo, biblioteca o rincón cultural, y que dejemos de ver la vida desde una ventana, como si lo que ocurriese a nuestro alrededor y mucho más allá no tuviera que ver con nosotros.
Algunos que han estado relacionados con la teoría del caos han dicho y escrito que el aletear de una mariposa en un extremo muy lejano, puede tener relación con el resto del mundo (desconocemos si es cierto o no) y en ese orden puede afectarnos.
Hasta ahora no he incursionado en ello, pero lo que si creo y podría apostar, es a las posibilidades infinitas y positivas del ser humano, de las capacidades para soñar, diseñar y construir y, particularmente entre nosotros los habitantes de este continente sureño, tenemos una amplia inteligencia que ha estado pasiva hasta los actuales momentos, pero que fácilmente puede alcanzar niveles que asombrarían al resto de la humanidad.
No escribimos sobre imposibles. Una gran cantidad de sureños como nosotros, ha ido a engrosar las filas de las comunidades científicas y tecnológicas de los continentes que están al norte de nosotros y lo han hecho por una razón muy sencilla, no hemos logrado descubrir en nuestras naciones, todavía, algo tan sencillo como es que debemos darle mejores beneficios a nuestra gente antes de que otros se los den. Esa ha sido la historia en este continente: simple y llanamente, le ofrecen a nuestros jóvenes profesionales mejores condiciones de vida que las que ofrecen nuestros Estados y éstos, a su vez, le entregan su talento a quienes los contratan. No hay que ir muy lejos para comprobar esta realidad. El simple hecho de las migraciones hacia el norte, ha puesto en evidencia que no tuvimos en el pasado los gobernantes que merecíamos.
Quizá, hoy día, sea el gran chance de nosotros los latinoamericanos y los líderes progresistas que se han estado levantando puedan concretar las visiones que tienen de sus respectivos países. Es la idea de los pueblos que, como reporteros sentimos en las calles, más temprano que tarde tendremos jornadas exitosas para la vida en Latinoamérica.

domingo, 4 de enero de 2009

El periodismo debe ser necesario

Al revisar un análisis crítico que hizo el periodista Carlos G. Reigosa, director de Publicaciones, Análisis y Estilo de la Agencia EFE, escrito a comienzos de enero de 2005, donde el autor decía que el periodismo ya no es lo que era, nos encontramos con un trabajo periodístico que tiene interesantes detalles que los latinoamericanos estudiantes de periodismo deberían tomar en consideración, a los efectos de ser realmente periodistas.
Reigosa argumenta, al acudir al fallecido profesor estadounidense Herbert I. Schiller (amigo del filósofo Herbert Marcuse, padre espiritual del mayo francés del 68), quien habría indicado que la comunicación no se utiliza para comunicar sino incomunicar.
La cuestión no llega hasta allí, pues de acuerdo a Reigosa, Schiller habría ido más lejos al subrayar que, “…en las actuales condiciones sociales y económicas, la comunicación no permite el análisis ni la crítica, por lo tanto no es posible saber qué está pasando verdaderamente en el mundo en general ni a nuestro alrededor en particular. ¿Y por qué es así? Simplemente porque, según sus conclusiones, vivimos en un estado de amnesia cultural controlada por lavadores de cerebro”.
Más adelante, el periodista de la agencia EFE refiere que ha ocurrido un paso en la trayectoria del periodismo de este tiempo, ya que ese periodismo tradicional, de oficio, que él llama, pasó de los años sesenta al ochenta, a quedar en manos de profesionales universitarios. “Pero significa, sobre todo, el surgimiento de grandes grupos de comunicación, con una realidad informativa sometida a la mayor contaminación de intereses de la historia del periodismo. Es algo sobre lo que conviene reflexionar con algún detenimiento”.
Ciertamente que se dicen muchas cosas interesantes en materia de periodismo, pero no hay dudas que discrepamos del colega en unas cuantas cosas. En primer lugar y como en cualquier profesión, la mayoría de las conocidas hoy como profesiones universitarias, en el pasado fueron simples oficios. Y el ejercicio periodístico, se resiste frente a la avalancha de comunicadores y comunicaciones de diversa índole, porque aunque se desarrolla con mayor dominio académico el mensaje, las fuentes, la información y la interpretación, con su carga gramatical y también poética, el periodismo sigue siendo un oficio de primera.
Otro asunto por demás llamativo y ampliamente conocido, es lo que hacen los grandes grupos económicos, con intereses muy particulares cada uno, del ampliamente laureado oficio periodístico. Nadie es ciego respecto a esta realidad pues claramente se conocen las intenciones y hechos de grupos económicos fuertes en la materia al punto que por allí tenemos al italo Berlusconi, quien mueve sus intereses económicos detrás y para obtener metas políticas.
No tenemos razones para creer que la gente es tonta, pero si sabemos que los Estados como tales han fallado en alertar a la ciudadanía sobre la calidad e intereses de los grandes medios de comunicación de masas. Sin duda alguna, muchos de ellos cómplices de quienes han estado al frente de los diferentes gobiernos en Latinoamérica. Podemos citar, valga el caso, de los grupos que en Argentina controlan los medios, como son los casos de los grupos Clarín, La Nación, Amich, Torneos y Competencias, Admira (que de paso es de la Telefónica de España), América Multimedios, Grupo Uno, Hadad, Editorial Perfil y el Grupo Recoletos, que tiene sede en España. La información está en todas partes y no hay nada que no podamos saber. No metemos acá los grupos de Chile, Brasil, Colombia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela y pare de contar, porque nos quedaríamos cortos, pues apenas hablamos de este continente sureño y ni siquiera hemos metido a Centroamérica, el Caribe y México.
La experiencia les dice a los latinoamericanos o le debe decir, que los poderosos dueños de los medios de comunicación, mientras los Estados no logren definir nuevos y verdaderos caminos en el desarrollo de las sociedades, estarán definiendo la vida de las naciones y, todos también sabemos, por las experiencias que se tienen en materia de transculturización e implantación de valores frágiles para la vida, que hasta ahora en nada se han beneficiado los ciudadanos.
Por eso, los latinoamericanos deben pensar en un periodismo que les eduque, que los haga ricos culturalmente, que muestre las tradiciones, el sentimiento, el ambiente, que haga debates sobre la moral, que enriquezca su papel orientando a las personas y no ese periodismo indigno que muchos –por supuesto no todos- vienen haciendo.
No es que tontamente pensemos que requerimos un periodismo fastidioso, donde las páginas de los diarios estén mal diseñadas y escritas, llenas de sandeces, sin ilustraciones de calidad. No se trata de eso, lo que se busca es un periodismo de calidad en su presentación y en su contenido, que enseñe, que orienta, que divierta sin ser un circo, pero especialmente que respete. Ese es el periodismo que es necesario a las personas, un periodismo decente, que no mienta.
Los dueños de la Información y las otras razones

En el blog ¿Medios de comunicación o medios de manipulación? Porque estamos en los medios ¿Vamos a tener miedo?, del 18 de abril de 2007, en una interesante información destacan que:

“La baja rentabilidad económica de la mayoría de las empresas periodísticas revela la existencia de razones de otro orden en la concentración de la propiedad de los medios.
De nueve diarios de alcance nacional existentes en Chile, ocho están relacionados a través de su propiedad a la derecha política y económica. De siete frecuencias televisivas con base en la Región Metropolitana, dos de ellas, ambas con transmisiones hacia todo el país, concentran más de la mitad del total de la inversión publicitaria y de la audiencia televisiva.Detrás de los actores dominantes de cada uno de los mercados de la comunicación se parapetan dominadores de otro signo, pero de una misma especie. En la lógica de la concentración, los grandes consorcios periodísticos poseen un común denominador que ha pasado a ser condición de subsistencia: fortaleza económica para asumir un negocio con una dudosa rentabilidad económica y un riesgo financiero alto. De hecho, se sostiene, y no sin razón, que la verdadera motivación de algunos por controlar determinados medios de comunicación reside en otro tipo de rentabilidad, asociada a beneficios políticos e ideológicos de largo plazo, sin retornos inmediatos".