Enoc Sánchez
Inicialmente, este trabajo escrito por el profesor Enoc Sánchez, tiene por título “Razones y Perdones”, pero como este proyecto que desarrollamos, pertinentes, independientemente de lo histórico-político, tiene una estructura periodística, de allí el nuevo título.(*)
Unos de los recursos de los políticos en función de Jefe de Estado es el consabido “perdón” por los delitos cometidos por él o sus antepasados. Tales clemencias son solicitadas con la intención de resarcir aquella deuda pendiente con la sociedad por delitos de lesa humanidad.
Evidentemente, esto no pasa de ser un recurso retórico, dado que los muertos nunca podrán escuchar tales palabras. Asimismo, las hecatombes causadas y los desastres ambientales tardan muchos años en recuperarse, si es que fuese posible.
Sería de interés mundial escuchar a un presidente norteamericano pedir perdón por las bombas lanzadas a Hiroshima y Nagasaki, las invasiones a numerosos países más débiles, económica y militarmente, del bloqueo a Cuba por casi cinco décadas, por los muertes y calamidades ambientales en el Vietnam y por la “equivocación” que produjo la invasión a Irak y causante de más de un millón de muertos.
Una monarquía es responsable
Una monarquía, representada por un jefe de Estado llamado Papa, cuyo reinado abarca una gran parte del mundo y cuyo centro de operaciones es un minúsculo territorio llamado Vaticano, ha sido y es responsable de numerosos delitos de lesa humanidad desde mucho antes de la creación del Sacro Imperio Romano. Es por eso que me tomé el cuidado de enumerar varias razones por la cual Su Santidad, debería pedirle clemencia a la humanidad. Entre tantas razones, perdón por:
1. Su responsabilidad en la esclavitud en América y beneficios obtenidos en tales prácticas.
2. El respaldo de la Iglesia a los desmanes cometidos por la Corona Española y Portuguesa durante la conquista y colonización de América. De hecho, fue el papa Alejandro VI quien “le regaló” estos territorios a tales imperios.
3. Iniciar, prohijar e incentivar la animadversión hacia el pueblo semita y envenenar la opinión pública contra los judíos. Durante 2.000 años los judíos fueron sometidos al odio, opresión, calumnias y aniquilación por parte de los católicos en nombre de Dios.
4. Las reiteradas mentiras con las que engaña y atemoriza a los feligreses, basándose en la Santas Escrituras.
5. La gran estafa que hizo la esposa de Cristo, la Santa Iglesia, a través del falso Codex Imperial. Mediante éste, el Papa Silvestre se apoderó fraudulentamente de vastas regiones italianas, los llamados Estados Pontificios. Estos territorios supuestamente fueron regalados o cedidos por Constantino a la Iglesia; finalmente se comprobó el forjamiento de los documentos de esta tramposa cesión.
6. La indiferencia de la Santa Sede ante la matanza de los judíos durante la segunda guerra mundial.
7. La usura. La Iglesia siempre tuvo como uno de sus dogmas la prohibición de los empréstitos con intereses, por ser contrario a las leyes divinas. Investigué que en los Concilios de Arles, año 31; Nicea, año 325. Cartago, año 345; en Letrán 1139 y en Aix, 1789, la usura fue condenada con la excomunión. Entonces, ¿cómo subsiste el Banco del Vaticano?
8. La exhibición descarada de opulentas riquezas de la Santa Sede ante la pobreza extrema que afecta una gran parte de la humanidad. Además, de la corrupción financiera donde se ha visto involucrado el Banco del Vaticano al lado de conocidos mafiosos.
9. La misoginia. Esta práctica mantiene aislados a los religiosos de una vida normal, de igual manera, el celibato de las monjas.
10. El machismo, el cual ampara la preponderancia atrevida de los machos sobre las damas.
11. La superpoblación mundial, consecuencia de la Encíclica Humanae Vitae, cuyo único responsable fue el Papa Pablo VI en el año 1968. Este pontífice, de manera autocrática y personal, decidió que las mujeres debían parir todos los hijos “mandados por Dios”, dado que si usan pastillas anticonceptivas, condones o cualquier otro medio artificial, los hombres y/o mujeres están cometiendo una afrenta mortal contra El Altísimo.
12. Entremeterse en la vida personal de los feligreses, como es la oposición de la Iglesia al aborto, la eutanasia, investigación fetal de células madres, clonación humana, control de la natalidad, las relaciones homosexuales, divorcio, las relaciones prematrimoniales, sexo post matrimonial, la masturbación, leer ciertos libros, escuchar determinada música, ver sólo películas autorizadas…y una lista incompleta de prohibiciones.
13. El racismo practicado durante muchos años por los católicos enaltecidos por las autoridades eclesiásticas.
14. La indiferencia ante las crueldades reveladas en la Santas Escrituras y en las criminales prácticas inquisitorias durante casi seis siglos.
15. Los malos ejemplos manifestados en sus acciones por numerosos Papas durante siglos.
16. Su complicidad y alianza con nefastos gobiernos corruptos, oprobiosos y criminales desde la aparición del cristianismo. Vale destacar, con el nazismo alemán, el fascismo italiano y el franquismo español.
17. El despotismo monárquico de los Papas contra sus empleados (sacerdotes y monjas) y a la feligresía mundial.
18. La alcahuetería y complicidad de la Iglesia en los casos de curas pederastas y de los abusos sexuales cometidos por sacerdotes, monjes, hermanos y monjas contra víctimas que van desde niños y niñas adolescentes, inválidos, religiosas y laicas.
19. El apoyo incondicional del papa Karol Wojtyla a las dictaduras militares centroamericanas (Salvador, Guatemala, Nicaragua…) y latinoamericanas (Chile, Argentina, Uruguay, Brasil.)
21. La complicidad del Vaticano de la muerte de 600.000 personas (siervos, judíos, gitanos y hasta croatas) bajo el régimen croata del fascista movimiento terrorista Ustashi dirigido por Ante Pavelic, en 1941 bajo la ocupación alemana. En la ejecución de tales actos, el Ustashi fue asistido por la Iglesia Católica Romana, tanto en Roma como en Croacia.
22. La complicidad de la Santa Sede de la huída de Europa hacia América de 30.000 criminales de guerra nazis, entre ellos: Klauss Barbie, Adolf Heichman, Franz Stangel y Ante Palevic. Para esto contaban con el financiamiento del Vaticano. Estos dineros provenían de los bienes robados a Croacia por el último de los nombrados anteriormente y depositados en los bancos de la Santa Sede. Entre los más diligentes en prestar esta “ayuda humanitaria” se destaca monseñor Giovanni Battista Montini, quien 16 años después se convertiría en papa bajo el nombre de Paulo VI. .
22. La beatificación, por parte de Juan Pablo II, del arzobispo croata y capellán militar, Alojzije Stepinac, cómplice del genocidio ocurrido durante la segunda guerra mundial en la antigua Yugoslavia.
23. El vínculo de la Iglesia Católica Apostólica Romana con el asesinato de 800.000 personas de Ruanda. Dicha Institución estuvo profundamente comprometida por sus lazos con el gobierno imperante de Hutu. Obispos, sacerdotes y monjas estaban entre los ejecutores de tales atrocidades
24. La confabulación para el desmantelamiento de la república de Yugoslavia y la creación de Croacia un estado aliado de la Santa Sede. Para eso el Vaticano emitió bonos al portador por 40 millones de dólares, provisto por la Santa Sede al gobierno croata para la compra de armas.
25. La injerencia descarada del Vaticano en procesos electorales en ciertos países, a favor de un candidato. Asimismo, la intervención atrevida en los asuntos políticos en otras naciones. En ciertos casos, tales prácticas condujeron al derrocamiento de algunos gobiernos.
26. Por la falta de patriotismo y valentía de Karol Wojtyla para enfrentar al Tercer Reich durante la invasión Alemana a Polonia (Segunda Guerra Mundial).
27. La hipocresía de las grandes autoridades eclesiásticas.
28. Sus vínculos con la mafia en Sicilia y en muchas partes del mundo.
29. Por el negocio en la venta de indulgencias para asegurarle el cielo a los ricos a cambio de elevadas sumas de dinero; asimismo, por el tráfico que tuvieron con la venta de reliquias durante muchos siglos. Este último, una buena fuente para conseguir dinero a montón.
30 Y, por todos los millones de crímenes cometidos en nombre de Dios.
(*) Nota de la redacción
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