Presuntamente quien
dirige una acción es aquel ser que traza una línea, una orientación acerca de
lo que considera debe ser hecho, luego de haber estudiado el asunto en torno a
lo que piensa va a incidir o que va a permitir la búsqueda de algo que
beneficia.
No es fácil
desempeñar el rol de dirigente, aunque algunos se creen contar con la
competencia indispensable para serlo. Por lo general, el líder siempre asoma
armado con una idea que defiende a capa y espada, aunque no siempre pase por su
mente ser dirigente de algo, simplemente es un ser que va mostrando señales de
que es capaz de hacer cosas, de mostrar argumentativamente que su planteamiento tiene valor, que es tenaz,
que si se equivoca rectifica y asume lo que hace con un compromiso cierto.
La historia del
mundo registra líderes notables en la totalidad de las áreas del conocimiento.
Es apreciable en la educación, en las ciencias de la salud, en la física,
química, biología y matemática, arquitectura, astronomía.
Por igual, hay
sorprendentes expresiones en la literatura y otras especialidades que tiene el
mundo de la cultura, como lo son la pintura, el dibujo, la fotografía, la
escultura, la música, el deporte y una infinidad de manifestaciones importantes
como la política, que ha estado en el transcurso de los tiempos a la cabeza de todas
las manifestaciones del ser humano.
Y esa misma
historia, nos ha estado mostrando líderes desde que comenzó el registro escrito
acerca de los acontecimientos en los que intervenía el hombre, en las diferentes disciplinas y espacios de este
planeta y, de hecho las guerras ocupan también un lugar en el que muchos
hombres han sido considerados líderes por millones de seguidores.
El líder en solitario no existe
Uno de los aspectos
que hay que tomar en consideración para que se pueda hablar de un determinado
liderazgo, es que el líder no existe en solitario. El líder va siendo construido
a medida que las cualidades del individuo, por sí mismas, van constituyendo las
respuestas que una audiencia cree que son valederas, que tienen valor para sus
inquietudes o necesidades.
En ese mismo orden,
es importante decir que, si bien un auditorio o una audiencia cualquiera le
concede a una persona una importancia tal que puede derivar en un liderazgo,
porque posee cualidades que les parecen excelentes para acometer o enfrentar
nuevas posibilidades, no es menos cierto que la personalidad del ciudadano
puede rechazar el calificativo de líder.
Sin embargo, hay
personalidades que asumen con tanta fuerza y argumentos sus ideas y no tardan
mucho en ser considerados líderes por determinadas audiencias. La lista que la
humanidad tiene de los líderes que han existido en el mundo es realmente larga,
muy larga.
Hoy día, no es
fácil el rol de líder, porque de hecho, al ser alguien reconocido como tal, desde ese
mismo momento, en este siglo XXI, pasa a convertirse en una diana para quienes
no comparten las ideas del líder. Por lo
general, tales opositores al líder son dirigidos, asesorados técnicamente y
financiados por quienes manejan intereses opuestos al líder.
Líderes de la independencia venezolana
Ejemplos de tal
realidad los hay a granel. Al revisar la historia de la independencia de
Venezuela encontramos como de mayor valor, el liderazgo de Simón Bolívar. Para
la época en la que le tocó desempeñarse, había cierta pléyade de hombres que
muy bien desempeñaron liderazgos, como sucedió con José Felix Ribas, Antonio
José de Sucre, Santiago Mariño, Rafael
Urdaneta, José Francisco Bermúdez, Manuel Carlos Piar y otros más. Guerreros
que lideraron a soldados con una línea a seguir, como era la independencia de
una nación, la obtención de una patria soberana.
Líderes buenos y malos
En otro orden, no
pueden ser descartados ni eliminados de la calificación de líderes, a quienes
correspondió llevar adelante la otra parte de la guerra. Líderes designados como
tales, por quienes se opusieron a la independencia venezolana, valga indicar,
por el imperio español que siempre se consideró dueño de esta parte de la
América del Sur.
Todo el nuevo
continente americano, con sus líderes, luchó contra los líderes designados,
armados y financiados por el imperio español. He aquí, la primera diferencia
del liderazgo, totalmente contrario a la que exhiben quienes tienen cualidades
que los convierten en líderes.
Desde tiempos
inmemorables el liderazgo siempre ha tenido esa dualidad y que algunos han
considerado calificarlo de bueno y malo, con lo cual también califican a
quienes se erigen como líderes.
Pedro Estacio
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