Siempre he creído que la
conciencia salva al ser humano, aunque llegar a asumir la vida con conciencia
toma un tiempo reflexivo al que hay que aderezar con sentido común, la lógica
de la cual siempre hablo y ética, de lo
contrario la adquisición de la conciencia toma un tiempo mucho mayor y a veces no se consigue.
Cuando alguien le dice a otro que
no tiene conciencia de lo que hace ni de lo que dice, no es que carezca de
ella, sino que el aprendizaje que adquiere del entorno que le rodea no es lo
suficientemente rico en conocimiento que le faciliten un aprendizaje mayor y por
eso, su punto de vista siempre chocará con otras personas.
También por eso existen los grados
de conciencia.
Es importante, si se quiere hasta
vital, que quien quiera ser líder tome en consideración real lo que ocurre en
las calles, de allí que deba concederle importancia a la educación de ese
ciudadano y ciudadana, que anda en las calles y por las calles, que no ha
tenido la oportunidad de hacer crecer su conocimiento.
Visto así, el aspirante a líder
debe entender que hay que ayudar, a través del concepto integral de la
educación, a formar la conciencia, porque es ella la que va apuntalando el conocimiento
en las personas que, por una u otra razón, carecieron de ella en el hogar, bien
porque se fue el padre y la madre no pudo encargarse de esa educación de casa
llena de principios; quizá porque el entorno no le facilitó adquirir el
conocimiento necesario, la escuela, el bachillerato y a lo mejor la universidad
ni la lectura y no pudieron profundizar el conocimiento sobre su vida, la
sociedad que le rodea, la historia e identidad de su país, etc, etc.
Esa educación de calle
Hay mucho que decir y hacer en
cuanto a formación de la conciencia, pero si el aspirante a líder o el que lo
es no hace algo, por mas que sea visto como cuesta arriba, si no comienza,
entonces los ciudadanos dejan de aportar al fortalecimiento de las propias
personalidades de sus integrantes y de la propia estructura social.
Hay personas que me preguntan
acerca de la educación de calle, de que cosa hablo y escribo y mi
respuesta tiene que ver con lo que hacemos cada uno a diario, con lo que
observamos, por donde pasamos, todas esas particularidades relacionadas con el
salir de casa en la mañana. Si uno que es un simple ciudadano que ve algunas de tales particularidades,
el líder debe ver mas, ampliar su horizonte cognitivo.
Es bueno recordar que, lo primero
que vemos frente a nosotros es la misma calle; si está limpia, deteriorada,
cómo están las aceras, qué sucede con el transporte, si funciona bien o mal, si
recogen la basura a tiempo, si todos pagan el aseo urbano y los demás
impuestos, si hay respuestas adecuadas; hay filtraciones y nadie se ocupa de su
denuncia ante las instituciones que se encargan de su reparación; el
estacionamiento de los vehículos. El líder deberà estar al tanto de todo lo que
acontece a su alrededor y mas allá:
El líder debe ser pensador profundo
¿Qué sucede con los semáforos, las
paradas de pasajeros, la seguridad, la economía diaria, la salud, la dinàmica
social por completo, porque, hay que decirlo, los líderes no son mangos ni
piñas, sino que son seres pensantes, seres reflexivos?
Hay un montón de hechos y
circunstancias con las cuales la ciudadanía está relacionada directamente y por
las que el ser humano, necesariamente, completará su conocimiento y asimilación
y enriquecerá con espiritualidad y ética, de modo que le permita tener
actitudes de valor en su vida en particular y en sus relaciones con los demás.
El líder debe tener muy claro que
la consciencia va mucho mas allá, porque a medida que el conocimiento crece o
va desarrollándose en el individuo, la percepción de este se agranda, va
captando con mayor claridad lo que acontece a su alrededor. Su consciencia
crece, supera el entorno, la visión se amplía al país y al mundo entero.
De ese modo, el líder podrá
apreciar entonces las actitudes del individuo, que adquieren un mayor nivel,
las optimiza y enriquece, es decir, las abona con el conocimiento que va
esparciendo en su contacto diario con las personas. El líder crece en ese
intercambio de saberes que ocurre y comienza un ascenso que lo lleva a
convertir en un Maestro. Hay varios casos en Venezuela. El principal fue Simón
Bolívar y no podemos ignorar otros ilustres como el filósofo americano Simón Rodrìguez, el Maestro Prieto
Figueroa y Hugo Chàvez, quien sorprendió
al mundo con su liderazgo,
Exagerando un poco el asunto de la
adquisición de la necesaria conciencia, sería algo así como echar en una
licuadora grandes trozos de lecturas, muchos conocimientos, visión amplia de la
vida, reflexión, cotidianas experiencias, lecciones de terceros, sentido común,
lógica, verdad, solidaridad y otros trozos del ambiente que nos rodea y hacia
donde vamos.
Al final, el líder habrá alcanzado
un aprendizaje de inmensa humanidad que nos beneficiará a todos.
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