Cuando la caída de la Primera República, Simón Bolívar, desde Cartagena de Indias, “trata de buscar las causas de tan nefasto hecho” y por eso lo expresa en su Manifiesto en 1812, escribe Jonás Flores, educador y Magíster en Historia de Venezuela, de la Universidad de Carabobo, en su libro Postura de la Iglesia católica en el proceso de emancipación de Venezuela (1), una investigación que formó parte de su trabajo de grado.
A nivel de la página 41, cuando hace referencia al intertítulo Injerencia de la Iglesia en la caída del primer Estado Venezolano, comenta Flores que “Las inquietudes de Bolívar llegan hasta nuestros días: ¿No tendría nada que ver la Santa Madre Iglesia? Le horroriza al Libertador la posición de la Iglesia católica incluyendo en tan valioso documento las siguientes palabras:
-Es muy probable que al expirar la Península, haya una prodigiosa emigración de hombres de todas clases, y particularmente de cardenales, arzobispos, obispos, canónigos y clérigos revolucionarios capaces de subvertir, no sólo nuestros tiernos y lánguidos Estados, sino de envolver al Nuevo Mundo entero en una espantosa anarquía. La influencia religiosa, el imperio de la dominación civil y militar, y cuantos prestigios puedan obrar sobre el espíritu humano, serán otros tantos instrumentos que se valdrán para someter a estas regiones. (2)
Refiere el autor que sería deshonesto responsabilizar exclusivamente a la Iglesia de la caída de la Primera República, “sin embargo en el análisis de Bolívar en cuanto a las causas probables de la caída de la Primera República en este famoso manifiesto, explica en qué sentido el clero fue responsable de este hecho.
Flores, quien se graduó en Educación mención Teología por la Corporación Universitaria Adventista, en 1984, no deja a un lado la cuestión del terremoto del 26 de marzo de 1812 y el impacto que pudo causar en lo que denominó “los espíritus supersticiosos e ignorantes, quienes, gracias a la influencia del clero, aseveraban que dicho terremoto era un castigo de Dios por haberse sublevado contra Fernando VII. Para mayor estigma, la destitución del Capitán General Vicente Emparan había ocurrido un Jueves Santo del 19 de abril de 1810, y precisamente este terremoto ocurrió un Jueves Santo de 1812”.
Comenta Flores en su libro que, Arístides Rojas(1891), en las Leyendas históricas de Venezuela que,”…los fanáticos bajo el dominio del clero lanzaban sus consignas diciendo:
-en Jueves Santo lo hicieron, en Jueves Santo lo pagaron-
Y más adelante, el autor refiere que “De una hoja suelta, impresa en el taller caraqueño de Juan Baillío en abril de 1812, titulada El terremoto: ¿castigo de Dios?, dirigida a los militares de Caracas, se argumentan una serie de razones para no creer en el fanatismo popular alentado por el clero.
Valiéndose de la superstición y el engaño
Igualmente escribe Jonás Flores que el poder de los religiosos, durante siglos, “…se había valido de la superstición y el engaño para cauterizar las conciencias. El ser humano apegado por naturaleza a lo trascendente, admirando lo inexplicable y lo que no se ve, ha sido víctima de cuantas fábulas, especulaciones y tradiciones inventadas por los maestros de la religión, sometiendo al ser humano a sus intereses y teorías. Y es que el terremoto de 1812 es sólo un hecho aislado en la historia venezolana de cómo el clero se ha valido0 de estos instrumentos para preservar su infalible religión, porque pareciera que el fin justificara los medios, aunque se violen los preceptos más sagrados”.
(1)
FLORES, Jonás
Postura de la Iglesia católica en el proceso de emancipación de Venezuela
Colección Cada día un libro
Editorial El perro y la rana. 2007
(2)
Documentos que hicieron historia, Tomo I
Presidencia de la República
Ediciones Conmemorativas del sesquicentenario de la independencia. 1962
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