Una sublevación
masiva que acabó con los asentamientos de los conquistadores españoles, en la
llamada Costa de Paria realizaron los indios Caribe el 20 de octubre de 1520,
según registra la publicación Venezuela Indígena, de la colección Memorias
Venezuela, de la Fundación Centro Nacional de Historia.
Aquella sublevación
habría generado un terrible miedo entre los navegantes europeos, pues los indígenas Caribes pintados con el color
rojo del onoto, el carbón y otros materiales irrumpieron con el sonido de sus
guaruras, flautas y maracas en el monasterio de Santa Fe, situado por los lados
de Maracapana, luego se dejaron caer por los lados de Cumaná para arrasar otro
monasterio.
Las construcciones
españolas fueron devastadas por los guerreros de “…las familias Cumanagoto,
Tagare, Chaima y los temibles Caribe del Guarapiche…” Fue una reacción –cita la
publicación- de las poblaciones indígenas ante los excesos que cometían los
españoles invasores.
Con el título del
artículo “El territorio marítimo de los Caribes. Tierras y mares del pueblo que
resistió la invasión y el genocidio”, la publicación del Centro Nacional de
Historia reseña que “Valiéndose de flechas, macanas, guaicas, y la acción del
fuego, los guerreros Caribe se vengaban de la creciente imposición foránea de
un sistema esclavista y una economía de despojo.
El afán por el oro y las perlas
En ese pasado
glorioso para nuestra etnia Caribe, los conquistadores españoles buscaban con
afán el oro y las perlas así como controlar las vidas y el trabajo de los
pobladores de las nuevas tierras que recién conocían.
Era una acción de
rapiña como la que viene realizándose en el mundo con un ropaje diferente, pero
rapiña al fin pues quienes se sienten poderosos militarmente se creen dueños
del mundo y van tras las naciones aparentemente mas débiles para apoderarse de
los recursos que la naturaleza les prodigó.
Acota la publicación
Memorias Venezuela que “la Real Audiencia de Santo Domingo había decidido en
1519 que la obtención de la riqueza perlífera se hiciera no por “rescate” (que
así llamaban la rapiña) sino por explotación directa”. Esto es que esclavizaba
a los indios y los obligaban a lanzarse al mar en busca de las perlas, dura tarea
que les afectaba la salud, hasta conducirles a la muerte.
Los guerreros
Caribe en su confrontación con los españoles se valían de cualquier acción,
como ocurrió con el envenenamiento del agua dulce de que se disponía para los
habitantes españoles de Cubagua, importante centro de explotación de las
perlas.
Reseña la
publicación que los sobrevivientes españoles de Cumaná fueron a Nueva Cádiz,
donde dieron noticias de la acción de los guerreros Caribe y dispusieron del
envío de tres naves armadas para contraatacar, pero cuando desde lejos vieron
que los indígenas estaban dispuestos a combatiros, se regresaron y dieron
parte de la situación a las autoridades de la Real Audiencia de Santo Domingo.
Resistencia y preservación
Señala Memorias
Venezuela, que como una medida destinada a resistir y preservar la vida, los
indígenas caribe que originariamente habitaban las islas y las costas de Tierra
Firme decidieron internarse en los territorios de muy difícil acceso, con lo
cual colonizaron muchas regiones del actual territorio venezolano.
“La valentía de los
guerreros Caribe y la habilidad de sus gentes para adaptarse a los ecosistemas
dela América, les permitieron consolidar espacios geográficos para el ejercicio
del derecho a la autodeterminación. Tal es el caso de la Sierra de Perijá en el
Zulia, donde habitan los Yukpa, Barí o motilones bravos y los Wayyú,
descendentes directos de estos guerreros, o los Kariña de las llanuras de oriente, cuyas costumbres
fueron desconocidas para el mundo no indígena hasta mediados del pasado siglo
XX”.
Los Caribe y su libertad de movimiento
Los indígenas Caribe
no solo poblaron las costas venezolanas y el mar que hoy lleva su nombre. Ellos
remontaron el impresionante y caudaloso río Orinoco con sus variadas
embarcaciones, pues construían diversas naves y con funciones distintas.
Algunas eran para la pesca y medían 6 metros de largo por 1.5 de ancho;
otras eran para el transporte de mercancías o unidades de combates guerreras y
éstas medían 12 metros de largo por 2 de ancho y también estaban las naves para sus
autoridades, familias y de carácter protocolar.
Indica la
publicación del Centro Nacional de Historia que “como parte de sus instrumentos
de navegación y pesca, los Caribe utilizaron redes, arpones, anzuelos y anclas.
Para su orientación en alta mar se guiaban, principalmente, por la posición del
sol, y cuando éste se ocultaba recurrían a la luna y a la constelación de Las
Pléyades, que junto a trompetas de caracol y otros recursos sonoros,
complementaban los elementos de guía”.
Venezuela Indígena
Colección Memorias de Venezuela
Fundación Centro Nacional
de Historia 2012
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