Las hostilidades de
la Derecha estadounidense en contra del Libertador Simón Bolívar –y como debe
esperarse ello va en contra de los ciudadanos de Venezuela- no son nada nuevas y de eso se encargó de escribir
en su libro “El regreso de los realistas y
su derrota final ante los pueblos”, el comunicador y articulista Ronald
Muñoz, quien para 2009 fungía como Coordinador General de la Escuela de Formación “Simón Rodríguez”.
En su libro, Muñoz
nos cuenta que las hostilidades del gobierno de EE.UU en contra de Simón
Bolívar “…no fueron pocas, y se desarrollaron en distintos momentos de la vida de Bolívar y del nacimiento y desarrollo inicial de nuestras
repúblicas”.
Dos visiones frente a frente
Cita que uno de esos
iniciales choques fue el frente a frente “…entre
las pretensiones expansionistas del gobierno
estadounidense y los planes emancipadores del Libertador, dirigidos
hacia toda la América de habla Hispana”.
“Hacia
1800
–escribe Muñoz- la naciente potencia del
norte se encontraba en plena fase de
expansión imperialista en suelo
norteamericano. Inicialmente masacrando a la población indígena autóctona
quienes, a diferencia de las tribus de sur, fueron exterminados casi por
completo por los colonos anglosajones con el fin de apoderarse de amplias
porciones de territorio. Posteriormente,
los EE.UU obtienen de Francia los territorios de Lousiana y New Orleans, ceca
de 1810, mientras en América del Sur se libraban las gestas emancipadoras bajo
el liderazgo de Bolívar y otros grandes próceres, los Estados Unidos invaden
Canadá, hasta entonces colonia Británica, pero el resultado es una desastrosa
paliza que culmina con la toma de la Casa Blanca por parte de las tropas
inglesas, obligando al presidente Madison
a escapar cobardemente de la misma. La ocupación dura menos de veintiséis
horas puesto que los británicos sabían que su ejército no bastaría para
resistir una contraofensiva milita estadounidense, pero el acontecimiento hace
desistir a los militares norteños y el gobierno de la Casa Blanca voltea su
mirada hacia el sur, específicamente a La Florida, territorio hasta entonces bajo
el poder de la corona española”.
Los argumentos de antes son los de hoy, más especializados
Pero hay más en toda
esta historia de larga data, entre el norte y el sur. El comunicador hace referencia
a una carta enviada por el representante o ministro de España en Washington,
Don Luis de Onís, en donde este describe en palabras lo que observaba para
entonces de la conducta del gobierno de EE.UU.:
Así escribe el ministro español al Virrey de Nueva
España:
“Cada
día se van desarrollando más y más las ideas ambiciosas de esta República (…)
este gobierno no se ha propuesto nada menos
que el de fijar sus límites en la embocadura del río Norte o Bravo, siguiendo su
curso hasta el grado 31 y desde allí
tirando una línea recta hasta el mar Pacífico, tomándose por consiguiente las
provincias de Tejas, Nuevo Santander, Coahuila, Nuevo México y una parte de la
provincia de Nueva Viscaya y la Sonora. Parecería un delirio este proyecto,
pero no es menos seguro que el proyecto existe, y que se ha levantado un plan
de estas provincias por orden del gobierno, incluyendo a la isla de Cuba, como
una pertenencia natural de la República. Los medios que se adoptan para
preparar la ejecución de este plan son (…) la seducción, la intriga, los
emisarios, sembrar y alimentar las disensiones en nuestras provincias de este
continente, favorecer la guerra civil, y da auxilios en armas y municiones a
los insurgentes”.
El mismo plan expansionista de siglos atrás
Lo que hoy acontece
en contra de Venezuela, es simple y llanamente el mismo plan expansionista de
EE.UU, pero hoy con más fiereza que antes, porque independientemente del argumento
ese que habla de predestinación por parte de la providencia divina para que
EE.UU domine al mundo, esa predestinación, que no es otra cosa más que un disfraz,
lo que hace es tapar las inmensas y gigantescas riquezas que posee la patria de
Simón Bolívar y toda América del Sur.
Esas mentiras, sus
emisarios de diversos países, las intrigas para crear presuntas rivalidades,
auspiciar los hechos violentos como han ocurrido en Venezuela, intentar una
guerra civil que sus ciudadanos no quieren y hasta dotar a la oposición (sus
cipayos) con millones de dólares, como se aprecia hoy y lo observa el mundo entero,
es una repetición de lo planteado siglos atrás.
Y eso si que no es
mentira, pues está escrito en muchos libros, cartas y mensajes que se entrecruzaban
los diplomáticos, virreyes, reyes, gobernadores, generales y quien sabe cuántos
más que sabían de las movidas de los gobiernos estadounidenses.
De hecho, Ronald
Muñoz escribe algo que el Libertador Simón Bolívar conocía muy bien, por cuanto
en una ocasión esperó poder tener el apoyo de su lucha independentista contra
España y solo recibió la respuesta de una “neutralidad” nada clara, que debió
enfrentar cuando capturó un par de goletas, Tigre y Libertad, que llevaban
pertrechos a los realistas. No vamos a contar acá las protestas cínicas por parte
de EE.UU, pero lo cierto fue que el Libertador, al final de tanta controversia
respondió al representante de Estaos Unidos, Mr. B. Irvine:
“Defendiéndolos
(los derechos de los venezolanos) contra la España ha desaparecido una gran
parte de nuestra población y el resto que queda ansía por merecer igual suerte.
Lo mismo es para Venezuela combatir contra España que contra el mundo entero,
si todo el mundo la ofende”.
El regreso de los realistas
y su derrota final ante los pueblos
MUÑOZ, Ronald
Colección Alfredo
Maneiro
Fundación Editorial El
Perro y rana
Ministerio del Poder
Popular para la Cultura
Caraca-Venezuela
2010.
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