En el ensayo “La contribución de Bolívar a la Economía Política
de América Latina”, del historiador y economista chileno Luís Vitale, llama la
atención el título con el que su autor desarrolla un capítulo del tema
económico en la época en que el Libertador se inclinó a hacer la guerra para
liberarnos de la presencia del dominio español.
Nos refiere Vitale que en
aquellos tiempos Bolívar “tuvo que enfrentar una formación económico-social
distinta a la europea, caracterizada
básicamente por una economía primaria exportadora. El proceso de
colonización hispano-lusitano había
originado condiciones sociales que
pasaron a ser parte de una formación más
global: el sistema mercantilista mundial”.
Nos dice además el profesor
Vitale que la economía agraria de la época
fue sustituida por “la producción de metales preciosos y materias primas
destinadas al mercado internacional en
formación. Los españoles y portugueses introdujeron el valor de cambio y un
germen de economía monetaria en una sociedad que solo conocía el valor de uso y
la economía natural, aunque utilizara, bajo los aztecas principalmente, algunos
medios convencionales de intercambio”.
El continente no tenía una economía de subsistencia
Lo cierto de todo, es que la
economía de aquel entonces debió subordinarse
a las nuevas formas de producción, comenzaron nuevas relaciones de
producción y de cambio. El historiador
refiere en su ensayo que los nativos fueron incorporados al “régimen de
explotación de los metales preciosos y de las actividades agropecuarias e
“integrados” mediante el uso de la violencia. Los productos extraídos por los
indígenas y los esclavos negros se transformaron en mercancías que coadyuvaron
al procedo de acumulación originaria de capital a escala mundial”, (Celso
Furtado, en La economía latinoamericana).
Nos dice igualmente el autor
del ensayo que “El excedente económico colonial que se apropiaron los imperios
español y portugués provino fundamentalmente
de dos vertientes: de la renta o tributación en especie, trabajo o
dinero que estaban obligados a pagar los indígenas y de la explotación del
trabajo asalariado, esclavista y servil en las minas, haciendas y
plantaciones”.
Para el historiador, nuestro
continente latinoamericano no tenía una economía de subsistencia, pues su
economía era de exportación, que tenía como finalidad exportar minerales y
materias primas. Y luego añade: “Las colonias hispano-lusitana no se
estructuraron sobre la base de la economía natural de trueque o de la pequeña economía agraria y artesanal,
sino de la explotación de productos mineros y agropecuarios para el mercado
mundial, mediante el empleo de grandes masas de trabajadores indígenas y negros
esclavos”, (Luís Vitale, Interpretación marxista de la historia de Chile, Tomo
II, La colonia y la revolución de 1810).
Es de la idea Vitale que los
colonizadores no impusieron algún modo determinante de producción ;
incorporaron nuestro continente al mercado internacional y al sistema
mercantilista imperante, es decir, al europeo, pero de ninguna manera ello originó
relaciones de producción capitalista, pese a que los principales centros
mineros “fueron explotados con relaciones salariales de producción y con una
avanzada tecnología.
Todo un ambiente construido a
través de la fuerza por los conquistadores españoles y portugueses con formas de
trabajo que nada tenían que ver con los quehaceres indígenas y de los negros
provenientes de África. Ese era el escenario que duró bastante tiempo y del
cual haría referencia Simón Bolívar cuando Venezuela avanzaba presurosa hacia
la declaración de su independencia.
Bolívar sabía de las protestas de los criollos ante monopolio español
Narra Vitale que Simón Bolívar,
por relatos de su padre Juan Vicente, sabía de de las protestas de los criollos
frente al cerrado monopolio de los españoles; también conoció de la explotación
de que eran objeto los esclavos que trabajaban en las plantaciones de cacao y
también conoció el futuro Libertador de América de la rebelión de José Leonardo
Chirino, “líder del primer embrión de lucha independentista combinada con la liberación de sus hermanos esclavos. Luego, se enteró de
la conspiración de Picornell, Gual y España, cuyo programa anticolonialista y de unidad latinoamericana
iba a recoger una década más tarde”.
Hace referencia el
historiador a que tales brotes independentistas mostraban el descontento de los criollos acomodados, como lo fue la
familia de los Bolívar, “que habían logrado
presentar claramente sus demandas en la Representación de
los Hacendados de 1797; Ya es tiempo de
romper el velo al silencio, de hacer frente a los opresores de estos países…de
procurar los medios de desconcertar sus
usurarias ideas y, en una palabra, de decir claramente que esta tan extraña ,
rara, inesperada gestión de algunos de nuestros comerciantes, tiene su
verdadera raíz en el espíritu de monopolio de que están animados, aquel
mismo bajo el cual ha estado encadenada,
ha gemido y gime tristemente esta provincia”, (Eduardo Arcila Farías,
Introducción y compilación del Real Consulado de Caracas, 1957).
Otro asunto que corre parejo
con el conocimiento de Bolívar sobre las protestas y y malestares de la época, fue, como dice Luís Vitale, que “El joven Simón
fue testigo de la profunda discriminación racial de su clase no solo contra los
negros sino también contra los pardos, agudizada por la cédula de “Gracias Al
Sacar” dictada en 1975 a
favor de los mestizos. Los mantuanos protestaron indignados ante el Rey en un tono que
expresaba aquellos tiempos de marcada discriminación social: “el tránsito de
los pardos a la calidad de blancos es
espantoso a los vecinos y naturales de América, porque solo ellos conocen desde que nacen, o por el transcurso de
muchos años de trato en ella, la inmensa distancia que separa a los blancos y
pardos, la ventaja y superioridad de aquellos y subordinación de estos” (José
Gil Fortoul, La historia constitucional de Venezuela, Tomo 1).
Si bien el Libertador fue
hijo de una clase que “menospreciaba y explotaba a los negros y pardos”, como
escribe Vitale, no es menos cierto que Simón Bolívar se elevó por encima de
esos mezquinos intereses y se adentró en la historia mundial al adoptar
medidas muy adelantadas a su época y
lanzarse en una guerra de independencia en la que vio no solo consumir sus
riquezas sino su vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario