“El reconocimiento de la
inspiración de Bolívar en los ideales republicanos conduce, entre otras
cosas, al replanteamiento de la cuestión del bolivarismo: ¿qué es ser
bolivariano? Ante esa pregunta, Bolívar respondió lo siguiente: ser bolivariano
es /ser republicano/, es decir, /un amante de la libertad/.
Así lo registra en su libro Bolívar
Republicano, Fundamentos ideológicos e históricos de su pensamiento político, -expuesto en la Feria Internacional
del Libro de Bogotá de 2012- el profesor colombiano Jaime Urueña Cervera,
Doctor en Ciencias Políticas de de la Universidad de París, ciudad en la que se
encuentra radicado desde hace varios años. La Primera Edición de
Ediciones Aurora fue hecha en el 2004 y en 2007 tuvo una primera
reimpresión.
Sobre su contenido, Federica
Morelli escribe en Reseñas y Ensayos historiográficos (2006), Nuevo Mundo Mundos Nuevos, la primera revista
evolutiva en la Web
americanista que, sobre la personalidad del Libertador y su obra, ha sido
construido un mito dual.
Francisca Morelli es
italiana, Doctora en Historia Moderna y Contemporánea y Licenciada en Ciencias
Políticas y Profesora Asociada de Historia Moderna en la Universidad de Turín.
Uno de ellos sería el mito
positivo en cuanto se habla del guerrero y esa leyenda dorada del Padre
de la Patria,
mientras que habría un mito negativo, una especie de anticulto que
pondría en entredicho el gran legado histórico que nos dejó el caraqueño.
Considera Federica Morelli
que el libro del Doctor Urueña Cervera plantea “interpretar y releer los textos
de Bolívar a la luz del pensamiento político de su tiempo. Esta lectura
conduce al descubrimiento de los fundamentos ideológicos republicanos, que
inspiraron el conjunto de su acción tanto como Libertador como legislador” y
eso hay que hacerlo abandonando toda esa mitología alrededor que se ha formado
alrededor del héroe americano.
Bolívar
Libertador y legislador republicano
Refiere el historiador
Urueña Cervera que “Quizá la más grande injusticia histórica cometida por los
partidarios de la leyenda gris de Simón Bolívar, sea aquella que no le concede
sino los honores de guerrero y de Libertador, pero que le rehúsa los
méritos como pensador de la libertad y como legislador republicano”.
Para este académico
colombiano, a tal incomprensión han legado quienes se han dedicado a estudiar
la fascinante personalidad histórica de Bolívar, después de dos siglos.
Para algunos de esos
estudiosos, el caraqueño era un hombre “amigo de la libertad y de los
principios democráticos, mientras otros suelen decir que los “ideales de
Bolívar eran jacobinos, arcaicos, monárquicos, conservadores, tomistas, etc.”
Así, “Unos presentan sus escritos como modelos de coherencia y de continuidad,
cuando otros no ven en ellos sino los delirios desordenados de un soldado de
inclinaciones totalitarias”.
Es imprescindible considerar
que en el medio del pensamiento de los ilustres estudiosos de la personalidad
histórica de Simón Bolívar, hay como una especie de espina dorsal cargada de
una herencia de clase que puede despedir celos, rabia, ira, molestia, enfado,
contra un hombre que, siendo miembro de una poderosa familia de conservadores,
en un momento de su vida dejó a un lado esa especie de linaje que caracterizaba
a los de su mundo, para entrar con una carga, si se quiere espiritual y a la
vez con mucha racionalidad y no solo producto del ímpetu, a una gran epopeya que hoy día sigue más
vigente que nunca.
El profesor Urueña Cervera
nos habla de que en ese tremendo desorden de los analistas, pareció surgir una
salomónica solución: ¡Cortar en dos la personalidad de Bolívar!” En ese
sentido, –expone el historiador- algunos han propuesto expurgar de su
pensamiento lo accidental y conservar
solamente lo que creen esencial y digno de encomio. Otros
sugieren, más radicalmente, distinguir dos personas opuestas y separar dos
Bolívares: el militar, por un lado, cuya obra debería ser exaltada; y el
pensador y legislador, por el otro, cuyas ideas
confusas sería mejor olvidar u ocultar. De esta última visión, Germán
Arciniegas y Germán Carrera Damas han sido, el primero en Colombia y el segundo
en Venezuela, los más decididos artífices.
Algunas de las opiniones
sobre Bolívar expresadas por Germán Arciniegas hablan de esa dualidad. Veamos: “(Había
en Bolívar) dos personalidades encontradas: la del idealista republicano y la
del caudillo absoluto. Era un ciudadano apasionado por la autoridad civil y un
soldado violento e inflexible”.
A juicio de quien escribe
este blog, el señor Arciniegas con su opinión pareciera haber descrito a la
mayoría de los gobernantes de Latinoamérica de las cuatro décadas pasadas y a
unos cuantos del presente siglo, que se venden como civilistas y suelen ser
mucho más que violentos e inflexibles. Pero sigamos con Arciniegas y la opinión
que del Libertador tenía.
Malas interpetaciones, un gran malentendido
Este historiador pensaba que
en el caraqueño había –refiriéndose a su personalidad- tal “contradicción le
llevó a proclamar verdades opuestas (…) La doble faz de Bolívar, que obraba como
guerrero y hablaba como civil, conduce a que lo tengan como un Dios de los
dictadores y lo invoquen como magistrado los republicanos. Porque era lo uno y
lo otro, y en su fuero interno debieron alternar dos Bolívares, con idéntica
sinceridad (Arciniegas,1984, pp.117-119). Se impone, además el deslinde. Nadie
discute el puesto cimero del Libertador, y así hay que entenderlo y exaltarlo Lo demás es un sembrado de
confusiones (…)un delirante haz de equivocaciones, que no pueden acumularse
como ate de su obra genial (Arciniegas, 1995, p.50. Subtítulo del libro: “Fue
el guerrero de siglo. Esa es toda su gloria”).
Para el Doctor Jaime Urueña
Cervera el “…nudo de lecturas (sobre Bolívar) tiene su principal origen en una
cadena de malas interpretaciones, cuyo resultado ha sido lo que aquí llamamos
un gran malentendido. Este se ha
apoyado –escribe Urueña Cervera- en primer lugar en la interpretación
equivocada del influjo de Bolívar de grandes republicanos de s tiempo. Más
profundamente, el malentendido se ha nutrido de un conocimiento insuficiente de
los fundamentos ideológicos de los debates constitucionales de la época, pero
también en una serie de confusiones conceptuales, de quid pro quos y de anacronismos ante todo relativos a las ideas
republicanas y a la relación intelectual de Bolívar con la obra de los grandes
publicistas de su propio tiempo. En realidad, como lo indica el estudio de sus
textos y sobre todo del Discurso de
Angostura (DA), las ideas bolivarianas se arraigan hondamente e la
tradición del republicanismo. Por eso su lenguaje político, sus dudas, las
nociones teóricas que emplea en sus escritos y discursos, sus proyectos
constitucionales y, en síntesis, todo el ideal político y social al cual
sacrificó su vida, deben ser comprendidos dentro del marco del paradigma
republicano de su época. De otra manera, cualquier intento de comprensión de su ideario se verá
condenado al contrasentido, a la confusión y al disparate, como lo muestra la
lectura de la vasta literatura bolivariana”.
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