Cuando leemos –segunda ocasión- el trabajo del
educador y Magíster en Historia, de la Universidad de Carabobo, Jonás Flores,
titulado “Postura de la Iglesia católica en el proceso de emancipación de
Venezuela”, nos
conseguimos con una documentación que hace evidente “de cómo el poder
político de los religiosos a lo largo de los siglos, se había valido de la
superstición y el engaño para cauterizar las conciencias”.
Escribe Flores, un docente con formación teológica,
pero como el mismo dice “aficionado a la historia”, que “El ser humano apegado
por naturaleza a lo trascendente, admirando lo inexplicable y lo que no se ve,
ha sido víctima de cuantas fábulas, especulaciones y tradiciones inventadas por
los maestros de la religión sometiendo al ser humano a sus intereses y
teorías. Y es que el terremoto de 1812 es solo un hecho aislado en la historia
venezolana de cómo el clero se ha valido de estos instrumentos para preservar
su infalible religión, porque pareciera que el fin justificara los medios,
aunque se violen los preceptos mas sagrados”.
En este tiempo moderno del siglo XXI, hemos
estado apreciando desde los comienzos de la Revolución Bolivariana que la
conducta del clero venezolano poco se diferencia de los tiempos en que se
desarrollaban las actividades independentistas hace doscientos años. Tal como
indica en su trabajo Jonás Flores, los protagonistas del movimiento
independentista de 1810 “eran personas con ideas liberales” y “Tan pronto
ellos comenzaron a publicarlas, especialmente aquellas relacionadas con la
libertad de cultos, no se hizo esperar la reacción de la Iglesia católica”.
Doscientos años después, cuando en Venezuela el
máximo líder de la revolución bolivariana, Comandante Hugo Chávez muestra signos de no negociar con los
viejos partidos de la IV república ni con los medios de comunicación y tampoco
con las organizaciones empresariales ni con los altos jerarcas de la Iglesia
católica, entonces sus voceros de la Conferencia Episcopal desataron una
cruzada en su contra.
Un Cardenal y un Golpe de Estado
Es
interesante recordar que cuando sucede el primer golpe de Estado en contra de Chávez y la Revolución Bolivariana,
como reseña el sitio www.aporrea.org el Cardenal Velazco Alvarado
fue una de las personas que firmó el apoyo “del decreto dictatorial del empresario Pedro
Carmona que acabó momentáneamente con la democracia venezolana y se dice que
estuvo presente en reuniones de oposición para sacar al Presidente
democráticamente electo del poder. El 12 de Abril, imágenes de televisión
mostraron a Velasco en el Palacio de Miraflores sonriente mientras hablaba por
un teléfono celular, momentos antes de asistir a la auto proclamación del dictador
Carmona. Las imágenes del Cardenal, feliz de ver el gobierno de Hugo Chávez ser
derrocado por un golpe de estado, fueron inmortalizadas en el
documental La Revolución no será
Transmitida.
A pesar de que su apoyo a Carmona y lo público y notorio de la estampa de su
firma avalando el decreto dictatorial (leído en voz alta por Daniel Romero),
Velasco murió afirmando que solo “firmó un papel en blanco” o que no sabía lo
que estaba firmando”.
La misma web aporrea, al referirse a la muerte del
prelado, reseñó:
“Velazco
nunca condenó en público la invasión estadounidense a Irak, a pesar de que el
Papa Juan Pablo II, si lo hizo en varias oportunidades.
Se
ha ido otro líder de la iglesia divorciada de la realidad, la
del Opus Dei, ésa que a toda costa quiere hacer pasar el camello
por el ojo de una aguja... la que contrasta con la iglesia de San
Juan Bosco o San Francisco de Asís... o sin ir muy lejos, la de
aquel Jesús el que caminó encima del agua, el que perdonó a una
prostituta, el que sacó a los mercaderes del templo a latigazos, el
que se rodeaba de pobres y no temía a los leprosos...”
La Iglesia católica nunca ha querido saber de la libertad de cultos
Dese
que comenzaron a dejarse sentir las ideas liberales en las tierras americanas,
las cosas comenzaron a ponerse difíciles para los intelectuales y patriotas. El
profesor Jonás Flores escribe que “Por ello se infiere una vez más, la no conveniencia en Venezuela de la libertad
de cultos, especialmente la corriente protestante cuyo origen está relacionado
con la emancipación delas ideas, la libertad de conciencia y pensamiento como
dones del Creador otorgados a cada ser humano para ejercer su libre albedrío”.
El
educador teólogo e historiador especifica mucho más:
“En
el caso de la religión católica, esta facultad de libre albedrío ha de estar
sumisa a Fernando VII en obediencia ciega, por lo que se proclamó a viva voz
que el terremoto del 26 de marzo de 1812 fue ¡un castigo de Dios!, ¡cuánto provecho
se le sacó a esta superstición! Afortunadamente hubo hombres con claro pensar y
discernimiento que cuestionaron semejante engaño apelando a la razón”.
Fue
en aquel acontecimiento donde perecieron cerca de 20 mil personas, cuando Simón
Bolívar pronunció sus conocidas palabras "Si la naturaleza se opone,
lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca".
Lo cierto de todo, es que la
Iglesia católica nunca ha perdonado la pérdida del poder adquirido. Nada nuevo.
A Hugo Chávez le toco enfrentarse a ese poder clerical, tal como sucedió con
Simón Bolívar. Ambos líderes rechazaron la imposición y manipulación que han
venido haciendo los representantes de la Iglesia católica desde siglos
atrás.
Todos los ciudadanos del
mundo saben que la Iglesia católica jamás ha estado alejada del poder político
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