Por la manera como se había desarollado
Bolívar sabía que el Congreso
de Panamá no sería efectivo
Precisar y actualizar las ideas del Libertador Simón Bolívar
sobre el Congreso de Panamá, del año 1826, es lo que hace Pedro Ortega Díaz en
su ensayo “El Congreso de Panamá y la Unidad Latinoamericana ”,
impreso en 1998, por editorial Melvin y que forma parte de la colección Monte
Ávila Breve, de Monte Ávila Editores Latinoamericana.
Pero antes de entrar a tratar la tesis del imperialismo para el
dominio, el autor nos dice que “El Libertador estaba consciente hacía algún
tiempo de que el Congreso, en la forma como se había desarrollado, no tendría
efectividad. Criticó los acuerdos sobre contingentes militares , y especialmente la cláusula que establecía
que solamente cuando un confederado fuera invadido por cinco mil o mas hombres
tenía derecho a ser ayudado”.
Bolívar tampoco compartía la idea de llevar el Congreso a Tacubaya, barrio situado 7 Km . al suroeste del Centro
de México, porque pensaba que estaría
bajo la influencia de México y los Estados Unidos. El Libertador, según Ortega
Díaz, estaba al tanto de los “trastornos acaecidos en el Congreso”. Por cierto,
Pedro Gual estuvo cerca de dos años a la
espera de que el gobierno mexicano ratificara los acuerdos que se habían
tomado. “También permaneció en México hasta el final el delegado
norteamericano, que aún cuando no había tomado ni tomó parte en las
negociaciones, si supo ejercer presiones para que no se ratificaran los
acuerdos”.
Esa parece ser la conducta que
exhiben los funcionarios de los gobiernos estadounidenses en el mundo entero;
no suelen dar la cara pero presionan bajo acuerda y se manejan tras bastidores.
Para impulsar el proceso de dominación
Escribe el abogado Ortega Díaz en el Capítulo II, El Panamericanismo, Tesis
del Imperialismo norteamericano que “El imperialismo norteamericano es ya, a
fines del siglo XIX, una realidad. Para impulsar el proceso de dominación sobre
nuestros países, organiza las conferencias Interamericanas o Panamericanas, la
primera de las cuales se celebra en
Washington en 1889. De allí nace una cadena que culmina con la constitución de la OEA en la IX Conferencia de Bogotá, en
1948, pasando por el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca de Río
(TIAR) en 1947, ambos inscritos ya en la política imperialista de la guerra
fría”.
y continúa el abogado en su ensayo al
referir que “EL Tratado de Rìo, so
pretexto de una seguridad colectiva y defensa regional interamericana,
coloca a los países de América, en la
práctica bajo el control militar yanqui, definiendo agresiones armadas y no
armadas, que deben tratarse, antes que en la ONU y sus òrganos correspondientes, en los
aparatos interamericanos que domina EE.UU. Igualmente se autoriza, en caso de
ataque armado, la actuación individual de EE.UU., en defensa del agredido”.
Como se puede apreciar todo un
aparataje montado por el gobierno estadounidense con el objetivo muy preciso de
dominar a los latinoamericanos y facilitar su injerencia en los destinos de
este continente suramericano. Y sobre ese engranaje de mentiras que en el
pasado operó a su favor, han intervenido militarmente y accionado políticamente
avalando dictaduras cuando les convenía a sus intereses (militares brasileros,
argentinos, venezolanos, Pinochet, partidos uruguayos y paraguayos e intentado
maniobrar para sacar a los gobernantes y líderes latinoamericanos que luchan
por sus soberanías.
Comenta Pedro Ortega Díaz que “La
creación de la
Organización de
Estados Americanos (OEA), es la culminación
del proceso de sujeción institucionalizada de los países
latinoamericanos al poder del imperialismo norteamericano. La OEA funciona como organización regional dentro de
la ONU , pero en
la práctica es una organización dominada por los imperialistas del Norte”.
Justificación del atropello
Escribe Ortega Díaz que basados en los instrumentos antes
descritos han pretendido justificar toda
clase de atropellos, tal es el caso de la intervención armada en Santo Domingo
y las permanentes agresiones contra Cuba.
Reseña igualmente el autor que en Caracas
fue efectuada la X Conferencia
Interamericana, en 1954, cuyo anfitrión fue el dictador Marcos Pèrez Jiménez y en la misma fue aprobada una declaración
anticomunista, por supuesto, bajo instrucciones
del gobierno estadounidense en la persona de su Secretario de Estado
Foster Dulles, con lo cual venía a justificar
-lo que ellos habían decidido- como el derrocamiento del gobierno
democrático y antiimperialista de Jacobo Arbenz en Guatemala.
Ortega Dìaz, ubica en el término
patraña todo lo que se ha hecho para mostrar las ideas de la Unión Hispanoamericana
del Libertador como antecedente de las doctrinas interamericanas. “Esta teorìa,
que expresa la dominación ejercida por el imperialismo estadounidense sobre nuestra
América – utilizo ex profeso esta frase, de José Martì, corriente en la
literatura bolivariana-, ha tenido un gran desarrollo.
Numerosos ideólogos, tanto yanquis como latinoamericanos, han explicado,
analizado, exaltado, el panamericanismo como una doctrina ideal de cooperación
entre naciones hermanas. No es difícil demostrar la falsedad de tales
aseveraciones y mostrar la verdadera faz de esta tesis”.
Las concepciones bolivarianas
Pedro Ortega
Díaz sintetiza el pensamiento del Libertador indicando que primero que todo
está la lucha “por unir lo mas
estrechamente posible a la
América Española , las antiguas colonias españolas, en forma
tal que garanticen su independencia frente a cualquier posible intento de
reconquista , previniendo, a la vez, los serios peligros que ve venir desde
Estados Unidos de Norteamérica”. La independencia de Cuba y Puerto Rico
vendrían siendo la el primer resultado práctico de la unión.
Para el
abogado Ortega Díaz fallecido defensor
de la clase obrera, nuestro héroe y visionario “…va uniendo lo que considera
viable, y después de la creación de la Gran
Colombia (Venezuela, Nueva Granada y Ecuador), intenta formar
un solo Estado con la Gran Colombia ,
Perú y Bolivia. Pero sus esfuerzos principales los pone en la Confederación de los
Estados de la América
Española , para lo cual convoca al Congreso de Panamá de 1826-. Algunos
panamericanistas, como hemos repetido en
diversas ocasiones, pretenden que Bolívar planteaba unir a toda la América , incluyendo a Estados Unidos. Para tratar
de demostrar esto emplean toda clase de ardides”.
Para entender la verdad de los hechos
Sostiene el fallecido abogado especialista en
Derecho Laboral y quien presidiera el Partido Comunista de Venezuela, en su aparte que trata sobre la invitación a
Estados Unidos, Brasil e Inglaterra, que “El único elemento importante de
confusión que manejan los panamericanistas es la acción concreta de la
invitación para asistir al Congreso, hecha a los Estados Unidos de
Norteamérica, Brasil e Inglaterra”.
Y mas
adelante: “Es evidente que Bolívar aceptó el hecho consumado, después de haber
recomendado insistentemente que no se incluyera a Estados Unidos; esta invitación
fue hecha por el Presidente mexicano, Guadalupe Victoria, y el Vicepresidente
de Colombia, en ejercicio de la
Presidencia por ausencia
del General Francisco de Paula
Santander”.
Bolívar tenía
sus argumentos contra la invitación a Estados Unidos y así escribía:
He visto el proyecto de federación general desde Estados
Unidos hasta Haití. Me ha parecido malo en las partes constituyentes, pero
bello en las ideas y en el designio. Haití, Buenos Aires y los Estados Unidos
tienen cada uno de ellos sus grandes inconvenientes. México, Guatemala,
Colombia, el Perú y Chile y el Alto Perú pueden hacer una soberbia federación.
Los americanos del Norte y los de Haití por sòlo ser extranjeros tienen el
carácter de heterogéneos para nosotros. Por lo mismo jamás seré de opinión de
que los consideremos para nuestros arreglos americanos.
Cita el
autor de El Congreso de Panamá y la Unidad Latinoamericana
que “No hay carta a Santander en esta época donde el Libertador no insista en
su oposición a Estados Unidos. Citemos un texto más: Me alegro también de que los Estados Unidos no entren en la federación,
y siento infinito que en todo julio no haya Ud. Mandado los diputados al Istmo.
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