No cabe duda de que hablar de dependencia y revolución es referirnos
a una realidad como la que estamos viviendo hoy día, en los actuales momentos,
en algunas regiones y particularmente en este continente suramericano.
Hemos conocido los planteamientos de países como Cuba y
Nicaragua que, precisamente por escoger un modelo, un sistema de vida que se
aleja del abusivo capitalismo especulador han sido objeto de las mas variadas agresiones
y boicots internacional y sometidos a una dura sanción internacional.
¿Cómo olvidar los 50 años de bloqueo a que ha sido sometida
la población cubana?
Tampoco es imposible no citar el proceso de la revolución en Irán
que como dijo uno de sus nacionales, han aprendido a estar de pie pese a haber
sido presionados por países desarrollados que han querido controlar su desarrollo
en el área nuclear, pese a ser esas naciones muy desarrolladas desde el punto
de vista de la energía nuclear y que han condenado al país persa de querer
construir armas nucleares.
Y más recientemente, aquí en Suramérica, las agresiones
contra el gobierno de Evo Morales, el intento disfrazado de eliminar la
revolución ciudadana que conduce Rafael Correa y las agresiones que recibió Venezuela
con el intento de golpe de Estado contra Hugo Chávez en el 2002 y mucho mas
cerca en el tiempo, cuando la Derecha neoliberal (autora de la intentona anterior
con el apoyo de Estado Unidos) ha buscado derrocar a su actual y legítimo presidente
Nicolás Maduro, líder del país con la mayor riqueza petrolera del mundo y, por
si fuera poco, la agresión financiera contra la república Argentina a través de
los fondos buitres.
Es de destacar que, actualmente, Venezuela ha sido agredida
nuevamente por el gobierno de EE.UU, que la ha calificado como una "amenaza
inusual" pero que el mundo, en su gran mayoría lo está rechazando con mucha
fuerza, a través de la Celac, Unasur, la Alianza Bolivariana para los Pueblos
de América, ALBA, las 120 naciones del Movimiento de Países no Alineados, Rusia
y China y todos los países de latinoamericanos. La solidaridad internacional ha
estado junto a Venezuela.
De lo que se trata acá es que el modelo imperial, actualmente
en declive, no soporta que algunos países asuman nuevos modelos de desarrollo, que
se alejan del concepto de dependencia, porque la dependencia oprime y coarta
toda posibilidad de desarrollo, salvo un desarrollo primario que conduzca a los
países en vías de desarrollo en ser simples proveedores de materias primas a las
naciones altamente desarrolladas del norte de este continente y de Europa.
La
economía capitalista internacional
Theotonio dos Santos sostiene que “Históricamente desde la antigüedad
han existido formaciones sociales imperialistas y coloniales. Sin embargo, es
solamente en la época moderna que esa relación asume un carácter mundial como
consecuencia de la integración lograda por la economía capitalista
internacional que, de un lado, produce un mercado mundial integrado de mercancías, fuerza de
trabajo y capitales y, de otro, una alta concentración de la tecnología, la producción
y los capitales en un centro hegemónico y en un conjunto de países dominantes. La
cuestión de la dominación imperialista de un lado y de la superación de la condición de la dependencia
de otro se convierte en un problema mundial. El desarrollo del capitalismo como
capitalismo monopólico imperialista se transforma, dialécticamente, en un
impulso a la expansión mundial capitalista y, al mismo tiempo, en un límite
para ese desarrollo. Pues la expansión del capitalismo no produce, en
consecuencia de su carácter contradictorio, una economía internacional
equilibrada e igualitaria, sino la oposición entre un capitalismo dominante y
un capitalismo dependiente, limitado este en su capacidad de desarrollo,
incapaz de resolver ni siquiera aquellos problemas de supervivencia humana elementales
que se pudo superar en buena parte en los países dominantes”.
El asunto es que mientras estas situaciones del capitalismo,
en la práctica, se vienen dando en la mayoría de los países en desarrollo, se aprecia
igualmente que hay una inmensa movilización de diversos movimientos sociales,
obreros, indígenas, de mujeres, de jóvenes, campesinos, mineros, pescadores,
etc., que le están dando forma a nuevas expresiones sociales. Como escribe
Theotonio dos Santos:
“Particularmente en América Latina, la experiencia dela
Revolución Cubana creó un nuevo marco político e ideológico. Se hizo muy
explícito que las relaciones de dependencia no se podían supera dentro de los
marcos del capitalismo”.
En torno a esto último que afirma el científico social brasileño,
cabría preguntarse si la Revolución Bolivariana de Venezuela habría podido destinar
un alto porcentaje de sus ingresos para eliminar el analfabetismo, dar
educación gratuita a los jóvenes, otorgar salud a la familia y dar viviendas a
los mas desposeídos así como disminuir la pobreza y no ser duramente atacada –como
en efecto lo ha sido- en los últimos años en una conspiración en la que
participan capitales internos y externos.
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