“...radical en las ideas y en
la acción””. Así es como el ex presidente de la Academia
Dominicana de la Historia, historiador, educador y Doctor en
Sociología, Roberto Cassá calificó a Juan Pablo Duarte, el hombre
de mayor estatura histórica en la República Dominicana.
“La capacidad innovadora de
Duarte -escribe Cassá- se explica porque fue un ser superior, dotado
de una constitución moral inquebrantable, que se propuso
sacrificarlo todo en aras de su ideal y no transigió con soluciones
mediatizadas. Fue, por ende, un radical en las ideas y en la acción,.
Y esto lo llevó a combatir intransigentemente a los conservadores
que eran partidarios de anexar el país a una potencia extranjera. La
intransigencia de Duarte alcanzó ribetes excelsos: el ideal lo era
todo, mas allá de las dificultades que pudiera presentar el medio y
de la oposición de los enemigos”.
Para el escritor el dominicano
Duarte fue el primero en comprender que su pueblo era poseedor de
potencialidades que le permitirían convertirse en una nación, lo
que equivaldría a decir, poder llevar una vida soberana y con el
aval de un Estado totalmente independiente.
Duarte
se nutrió de los principios de revolucionarios franceses
En opinión de este reconocido
historiador, Juan Pablo Duarte, “...trazó las orientaciones de las
luchas por la libertad y la igualdad que caracterizaron la historia
dominicana en el siglo XIX”.
Este patriota dominicano, como
muchos otros patriotas latinoamericanos, bebió de los principios de
la Revolución Francesa de libertad, igualdad y fraternidad que
dejaban atrás el absolutismo de las monarquías y de la fuerte y
decisiva presencia de una nobleza que basaba su accionar en un modo
de vida que ignoraba por completo a los demás ciudadanos.
Duarte como creyente en la idea
de la libertad y la democracia siempre estaría combatiendo todo
aquello que se identificara con las expresiones de los ideales
conservadores, que se inclinaban por mantener los privilegios para
algunos grupos. Lo cierto de todo, es que Duarte superó todos
aquellos escollos, esas dificultades que se sumaban a la idea de
depender de una potencia extranjera.
“El mérito de Duarte estriba
en haberse sobrepuesto a todas esas dificultades”, escribe Roberto
Cassá.
Los grupos políticos y /o
movimientos de la época en la que Juan Pablo Duarte iniciaba su
pensar con sus acciones revolucionarias, ninguno llegó a proponer la
creación de un Estado unido con el pueblo, que velara por su
soberanía y que velara por los conceptos de la libertad y la
igualdad.
Relata
el historiador en el texto impreso por Editorial Alfa & Omega,
Segunda Edición de Tobogan del año 2006, una biografía que hiciera
sobre Juan Pablo Duarte, “Por ejemplo, los dominicanos derrotaron
la dominación francesa en 1808, pero lo hicieron para volver bajo el
dominio español. En ese momento muy pocos consideraron que procedía
crear un Estado independiente, por lo que esta idea no tomó cuerpo
como corriente política. En 1821, José Núñez de Cáceres derrocó
el dominio español, pero colocó al
naciente Estado como parte de la Gran Colombia y no visualizó un
orden democrático de igualdad, pues mantuvo la esclavitud”.
Un
hombre de recia conformación moral
Escribe
Cassá que la “recia conformación moral le granjeó -a Duarte-
adversidades de todo tipo y lo sustrajo muy pronto de la vida del
país, pues decidió no transigir con el despotismo y el anexionismo
que se hicieron las guías de los dirigentes políticos dominicanos
poco después de proclamada la independencia. Precisamente Duarte
dirigió la resistencia para que esto sucediera y fue derrotado
porque las condiciones no le fueron propicias para la plasmación de
su ideal. El aislamiento de Duarte de la vida dominicana tuvo ribetes
trágicos, porque no dejó un solo minuto de soñar con la felicidad
de su pueblo. Esta entrega incondicional a la causa nacional lo
eleva hasta hoy al ejemplo superior de las virtudes cívicas y
morales que deben concretarse en un orden político y social que
erradique la opresión y la desigualdad.
Nacido
un 26 de enero de 1813, de padre español y madre descendiente de
españoles, Juan Pablo Duarte no tuvo formación superior pero
aprendió inglés y francés y tuvo una estadía por los Estados
Unidos y Europa, a donde viajó con el apoyo de su padre a realizar
estudios de comercio, pero se empapó de las ideas democráticas que
bullían para entonces en Europa.
De hecho, una vez de retorno, uno
de los amigos de su padre le preguntó qué lo había impresionado y
a lo cual respondió: “ Los fueros y libertades de Barcelona,
fueros y libertades que espero que demos nosotros un día a nuestra
patria”, reseñó Roberto Cassá.
Pasó un tiempo y se dedicó a
ayudar a su padre en las actividades comerciales y a estudiar con el
presbítero Juan Vicente Moscoso, considerado un individuo preclaro.
Habiendo adquirido conocimientos por encima de los demás de su
medio, inició una tarea educativa con algunos de ellos y ello le
conduciría, tiempo después -como dice el Doctor Roberto Cassá- a
“...la conformación del primer núcleo democrático y nacional de
la historia dominicana. Tal vez la clave de esto se debió a la
condición joven de todos ellos. El repudio a la opresión, sin
compromiso con el pasado, los hizo receptivos a las prédicas de
Duarte. Así pues, el antecedente de la organización revolucionaria
formada por Duarte fue un conglomerado de amigos, cohesionados bajo
su orientación en la actividad del estudio y la reflexión
intelectual”.
Sociedad
Secreta La Trinitaria
Después
que Juan Pablo Duarte creyó haber transmitido sus ideales a sus
amigos, decidió que era tiempo de organizarse y así comenzó a
crear la sociedad secreta La Trinitaria a partir de la segunda
quincena de julio de 1838.
Un
testimonio ilustró que se inició con un juramento que decía “En
nombre de la Santísima , Agustísima e indivisible Trinidad de Dios
Omnipotente: juro y prometo, por mi honor y mi conciencia, en manos
de nuestro presidente Juan P. Duarte, cooperar con mi personas, vida
y bienes a la separación definitiva del gobierno haitiano y a
implantar una República libre, soberana e independiente de toda
dominación extranjera, que se denominará República Dominicana.
Pudiera
decirse que La Trinitaria sería la primera organización
revolucionaria de los dominicanos, con una doctrina política y un
programa y siempre con esa premisa de Duarte, de crear un estado
soberano, libre e independiente.
Estaba
organizada de La Trinitaria de tal manera, que cada grupo de
conspiradores existía como un cuerpo independiente de los demás,
era una organización celular. A partir de allí se iniciaría una
travesía hacia la creación de la República Dominicana,
independiente de Haití, no sin antes pasar por el proceso político
de La Reforma y participar en diversas acciones políticas y
militares que dieron que condujeron a La Restauración con sus
objetivos políticos.
Juan
Pablo Duarte, estuvo en Venezuela en varias oportunidades y
específicamente, en los llanos de Apure y trató de conseguir apoyo
con Carlos Soublette y Juan Crisóstomo Falcón, aunque fue muy poca
la ayuda. Entre tantas situaciones adversas y que se alejaban de su
fervor patriótico, Duarte terminó alejándose de la política
dominicana y en Caracas muere -un poco en el olvido- el libertador de
la República Dominicana, fundador de la Sociedad Secreta La
Trinitaria.
JUAN PABLO DUARTE
El Padre de la Patria
CASSÁ Roberto
Colección Biografías Dominicanas
Impreso por Editora Alfa y Omega
Segunda Edición 2006
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