No es un texto creado en una habitación aislada por individuos
con intereses muy específicos y ajenos a sus habitantes. Fue el trabajo de una
población llena de sueños, aspiraciones y deseos.
Entender la
Constitución Bolivariana de Venezuela es mucho más fácil de lo que cualquiera
pudiera imaginarse y de hecho, el mejor ejemplo de ello está constituido por la
expresión del pueblo en las calles, que suele manejarla como si la considerara
su libro de consulta preferido.
La Constitución
Bolivariana de Venezuela o Carta Magna como solían decirle durante los años de
la democracia representativa o gobiernos del Pacto de Punto Fijo, ha dejado de
ser un texto de exclusiva consulta para estudiantes y profesionales del
Derecho.
Hoy está en manos
de una gran mayoría de los venezolanos quienes suelen esgrimirla como un ariete
en momentos en los que pudieran sentir que algo pareciera no andar bien en la
República Bolivariana. Ejemplos de lo
que hablamos ocurrieron en Abril de 2002
y, más recientemente, en Octubre de 2016, fechas en las que la
ciudadanía venezolana ha sido testigo de dos intentos de golpe de Estado, el
primero contra Hugo Chávez y el segundo en contra de Nicolás Maduro, ambos
presidentes constitucionales electos legítimamente por la población venezolana.
Pero decimos que es
un texto fácil de comprender porque, precisamente la Constitución fue elaborada
a partir de la convocatoria que el Presidente Hugo Chávez le hiciera a la
ciudadanía, luego de ser electo como presidente de la nación el 6 de diciembre
de 1998. Fue el primer decreto firmado
por el Comandante Chávez. En abril de 1999 los venezolanos aprobaron la
realización de una Asamblea Constituyente y en agosto de ese mismo año, en el
Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela, UCV, la Asamblea Nacional
Constituyente se instalaba, con lo cual marcaba un hito histórico en el país.
Los
responsables de ejecutar esa importante tarea y de construir el nuevo texto
constitucional fueron 131 personas que resultaron electas por votación popular.
Los representantes de tendencia revolucionaria obtuvieron 125 puestos mientras
la oposición obtuvo 6. Los constituyentes fueron agrupados en 21 Comisiones
Permanentes las cuales recogieron las propuestas de los movimientos y /o
organizaciones sociales y de la población organizada para la nueva
Constitución.
La
Constitución Bolivariana nacía así al
calor de las opiniones de los habitantes de Venezuela, emocionados en su gran
mayoría pues con sus corazones y conciencias habían aportado sus ideas y
opiniones para la creación de la norma mayor que regiría la vida de la sociedad
venezolana en transformación.
Y
decía que no tiene nada de complicada entenderla porque no se trata de un texto
creado en un bufete por cinco o seis individuos
con intereses muy específicos, que nada tienen que ver con los intereses de la
sociedad mayoritaria, es decir, con las personas que habitan el país.
Como
escribió en su prólogo el abogado, Doctor en Estudios Literarios, reconocido
poeta y Premio Nacional de Literatura, Gustavo
Pereira, la nueva constitución ha tenido como objetivo fundamental, “…establecer
una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural
en un Estado de justicia, federal y centralizado, que consolide los valores de
la libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la integridad
territorial, la convivencia y el imperio de la ley para esta y las futuras generaciones;
asegure el derecho a la vida, al
trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia social y a la igualdad sin
discriminación ni subordinación alguna; promueva la cooperación pacífica entre
las naciones e impulse y consolide la
integración latinoamericana de acuerdo con el principio de no intervención y
autodeterminación de los pueblos , la garantía universal e indivisible de los
derechos humanos, la democratización de
la sociedad internacional , el desarme nuclear, el equilibrio ecológico y los
bienes jurídicos ambientales como patrimonio común e irrenunciable de la
humanidad”.
Y
por ello, lectores del mundo, es que los venezolanos lucharán y perecerán pero jamás
claudicarán –como lo dicen en cada oportunidad que pueden- después de haber
llevado esos sueños y deseos a configurar el gran texto que guíe y oriente sus
vidas.
Y
pese a que una mitad de los nacidos en Venezuela pereció en las luchas independentistas
y luego, liderada su gente por Simón Bolívar obtuvo la deseada independencia,
en la Constitución Bolivariana está vigente la búsqueda de esos sueños, aspiraciones
y deseos que los lleve a la independencia integral con la que siempre soñaron
el propio Libertador y Hugo Chávez, creador de la Revolución Bolivariana. Y por
eso es una Constitución modelo que muchas mujeres y hombres desean seguir en el
mundo actual.
El
mismo Artículo 1 de la Constitución Bolivariana muestra el camino que hoy siguen
los habitantes de la tierra que vio nacer a Francisco de Miranda, el primer
dirigente político latinoamericano de talla continental, como lo consideró el poeta
lituano Adam Mickiewicz:
La
República Bolivariana de Venezuela es irrevocablemente libre e independiente y
fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y
paz internacional en la doctrina de Simón Bolívar, el Libertador.
Son
derechos irrenunciables de la Nación la independencia, la libertad, la
soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación
nacional.
Es
más, en su Artículo 2, los ciudadanos asentaron con claridad que Venezuela se constituye
en un Estado democrático y social de Derecho y Justicia, que propugna como
valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la
libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la
responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos,
la ética y el pluralismo político.
Su
Artículo 3 nos dice que El Estado tiene como fines esenciales la
defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio
democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y
amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la
garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes reconocidos y
consagrados en esta (la) Constitución.
La
educación y el trabajo son los procesos fundamentales para alcanzar dichos fines.
Un
aspecto realmente muy importante que debería ser tomado muy en cuenta por los
lectores, es que sin apelar a un voluminoso tratado de filosofía sino a la
doctrina del Libertador Simón Bolívar, enuncian su Artículo 5 señalando que La soberanía
reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la
forma prevista en esta (la) Constitución y en la ley, e indirectamente,
mediante el sufragio, por los órganos que ejercen el Poder Público.
Es
bueno aclarar que, en el desarrollo de su articulado (350 artículos), está
presente la esencia de esos sueños, aspiraciones y deseos de sus habitantes y
por ello, en los momentos en los que los venezolanos han sentido que la vida
del país puede ser perturbada, inmediatamente como por arte de magia se activan
en defensa de lo que ellos mismos han forjado.
La
Constitución Bolivariana ha sido traducida a varios idiomas y, además, su
contenido es objeto de estudios por especialistas no solo del Derecho sino de
la Historia y otras ciencias sociales.
Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela 1999
Ediciones de la Presidencia
Caracas-Venezuela 2013
www.presidencia.gob.ve
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