Sociedades Americanas en 1828

La juventud americana necesita abrir los ojos sobre su situación, y los niños tienen que aprender a leer. Los jóvenes que han de reemplazar a los padres de hoy, deben pensar y escribir mejor que sus abuelos, si quieren que en América haya patria y lengua. Esto no lo conseguirán con escrúpulos, ni con burlas, ni con puntitos de erudición.
Simón Rodríguez, en Sociedades Americanas en 1828



domingo, 28 de agosto de 2016

Walter Raleigh fracasa como descubridor y conquistador



Desde esta fortaleza eran vigilados los holandeses por las fuerzas españolas
En la entrega anterior expresamos que había más información en torno al tema de los piratas y sus incursiones en las costas venezolanas y, en efecto, como escribió el autor de Pueblo Protagónico(1498-1798) (Historia de las luchas sociales y políticas del pueblo venezolano), profesor José Manuel Hermoso González, el diplomático y también navegante "...Sir Thomas Roe explora la desembocadura del Orinoco en 1609. Se cruza con naves inglesas, francesas y holandesas que cargan tabaco en Paria. El gobernador  dela Provincia de Venezuela publica el perdón concedido por el Rey  a unos contrabandistas. Mientras tanto en Trinidad, el gobernador Fernando de Berrío (el mismo que estuvo a punto de atrapar al pirata inglés Robert Harcourt) prepara otra expedición para regresar a Guayana".  
Más adelante nos informa el historiador que, el 24 de enero de 1603 fallece la Reina de Inglaterra y añade que el conocido Sir Walter Raleigh al parecer le había ofrecido o prometido a la Reina que iba a conquistar el imperio de Guayana, región en la que, de acuerdo a su opinión,  "había más oro que en todo el resto del mundo. Por no conseuir lo prometido  es condenado  a muerte. Sin embargo el Rey suspendió la ejecución de la pena por tiempo indefinido".

Raleigh muere con dignidad, sin llorar ni rabiar  
 Refiere el académico que en 1616 el inglés Raleigh consiguió permiso para hacer una nueva expedición dirigida específicamente a conquistar la región o imperio de Guayana, como la denominó en una oportunidad. 
Es bueno citar, como lo hace el autor del libro, que en el Capítulo Ocho de la publicación, aborda el tema  "El mito de El Dorado y la conquista de Guayana", mito que inundó -en opinión de wwwpertinentes.blogspot.com- la mente de muchos que soñaron con hallar inmensas riquezas en las tierras guayanesas.
De vuelta al punto con Raleigh, el historiador cuenta que el corsario partió de tierras inglesas (marzo de 1617) con 1000 hombres, 97 cañones y 12 embarcaciones. Habia invertido 30 mil libras esterlinas en la preparación del nuevo viaje a la América. Y pese a todo, quienes gobernaban Trinidad, Cumaná,  Caracas, Santa Marta y Cartagena habían sido advertidos con anterioridad, lo que da una idea de espionaje político que se movía en aquellos tiempos.
Cae el hijo del corsario, Walter Raleigh  hijo
Cita el docente que "El navegante inglés incursiona en la Isl de Trinidad y en el río Orinoco. Los ingleses atacan San José de Oruña. Son derrotados por el teniente Benito de Baena en Puerto España. Sufren muchas bajas. Varios ingleses son hechos prisioneros. Sin embargo, el persistente Raleigh envía una expedición al Orinoco al mando del capitán Keymis quien se interna en el Orinoco con 600 hombres, entre los cuales se destaca Walter Raleigh hijo".
Muy descriptivo en el párrafo siguiente, el historiador cuenta:
"Disparos, sablazos, escaramuzas, huídas y evasiones hablan de la batalla que se produce en San Tomé a la llegada de los ingleses. A manos de un oficial español muere Walter Raleigh hijo. Seguidamente, un capitán inglés da muerte  a aquel oficial español. Un equilibrio de fuerzas prolonga interminablmente el enfrentamiento tanto en el poblado como en las afueras. Keymis decide seguir remontando el río. Nueve españoles con 10 indígenas hunden una lancha inglesa  y muere el capitán Thornsburst con sus 30 soldados. Otras tres lanchas llegan hasta el río Apure. Los atacantes sobrevivientes regresan a San Tomé. Los sitiadores resultan sitiados".   
El capitán Keymis intenta suicidarse
En el desarrollo que hace de su investigación, el historiador  escribe que "El Alcalde Juan de Ledesma lanza un ataque nocturno con 26 lugareños y 60 indígenas. Como respuesta los ingleses incendian el poblado y emprenden  la retirada. Ya a bordo, Keymis intenta suicidarse de un disparo pero la bala se le incrusta en las costillas. Procede a clavarse un puñal en el corazón. Los capitanes desertan durante la travesía de regreso. La flota queda reducida a dos naves. Para Walter Raligh este fracaso constituye la frustración definitiva de sus sueños de descubridor y conquistador. Regresa a Inglaterra  donde sabe que será ejecutado".  
 
El Orinoco sorprendió a españoles, ingleses y holandeses.

Explica el profesor Hermoso González que una vez que Raleigh llega a Inglaterra es hecho preso."De inmediato el Rey ordena la ejecución de la sentencia de muerte que pende como una espada de Damocles sobre su cabeza. El gran aventurero muere dignamente, sin llorar, ni rabiar, por el contrario, haciendo gala de su exquisito buen humor".
Dice en su libro el historiador que "Los holandeses, grandes navegantes, comprenden que la mejor estrategia para debilitar la garra española que les oprime es arreciar su ofensiva contra los intereses coloniales de España en América.El comercio americano es un punto clave del poder español. La plata americana sostiene los ejércitos españoles en la tierra holandesa.Esto ocurre mientras los holandeses se perfilan como los nuevos dueños de los mares del mundo, pues ha acanzado un alto grado de desarrollo agrícola, industrial y comercial y su flota es de tal magnitud que ya compite con las grandes potencias europeas por el dominio de los mares".
Refiere el investigador que "En Venezuela, frente a la amenaza neerlandesa el gobernador de Cumaná, Diego Suárez de Amaya, reporta aualmente al Rey las actividades  de los holandeses en la región. Advierte la presencia de miles de hombres trabajando la sal. Igualmente informaque la afluencia de naves holandesas está impulsando el crecimiento de comercio ilegal". 
"El 3 de mayo de 1604 -cita el historiador-, investigadores enviados por el Rey de España, constatan que desde 1593 se habían producido no menos de 12 incursiones de las flotas holandesas en la costa de las perlas sin que se hubieses suscitado grandes incidentes. Pareciera existir un acuerdo tácito de no agresión y mutua conveniencia. Los venezolanos aceptarían su presencia  en las salinas y los holandeses no interferirían  en el negocio de las perlas. Y en lo comercial, los holandeses se acercan  con sus mercancías  y los venezolanos les reciben con las suyas".   




Los holandeses en la costa de las perlas
En su investigación, el historiador  escrtibe que "A partir de 1565 la intransigencia religiosa y política  de Felipe II -rey de España para el momento- comienza a generar levantamientos populares en sus dominios de habla holandesa. El monaca español, quien prefiere perder  sus reinos que resignarse a ser rey de luteranos, responde a la insurgncia con mayor intolerancia y represión. Felipe II comienza a ser percibido en sus dominios flamencos como un rey extranjero. Los motines se convierten en rebeliones y las rebeliones en insurrecciones. La alborada del siglo XVII encontrará a Holanda en guerra contra España, luchando por su independencia.
Dice en su libro el historiador que "Los holandeses, grandes navegantes, comprenden que la mejor estrategia para debilitar la garra española que les oprime es arreciar su ofensiva contra los intereses coloniales de España en América. El comercio americano es un punto clave del poder español. La plata americana sostiene los ejércitos españoles en la tierra holandesa. Esto ocurre mientras los holandeses se perfilan como los nuevos dueños de los mares del mundo, pues ha alcanzado un alto grado de desarrollo agrícola, industrial y comercial y su flota es de tal magnitud que ya compite con las grandes potencias europeas por el dominio de los mares".
Refiere el investigador que "En Venezuela, frente a la amenaza neerlandesa el gobernador de Cumaná, Diego Suárez de Amaya, reporta anualmente al Rey las actividades  de los holandeses en la región. Advierte la presencia de miles de hombres trabajando la sal. Igualmente informa que la afluencia de naves holandesas está impulsando el crecimiento de comercio ilegal". 
"El 3 de mayo de 1604 -cita el historiador-, investigadores enviados por el Rey de España, constatan que desde 1593 se habían producido no menos de 12 incursiones de las flotas holandesas en la costa de las perlas sin que se hubieses suscitado grandes incidentes. Pareciera existir un acuerdo tácito de no agresión y mutua conveniencia. Los venezolanos aceptarían su presencia  en las salinas y los holandeses no interferirían en el negocio de las perlas. Y en lo comercial, los holandeses se acercan  con sus mercancías  y los venezolanos les reciben con las suyas".   
      

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