“Puerto
Rico no es un territorio abierto a la asimilación yanqui, y que por tanto no se
pueden aplicar aquí los procedimientos que culminaron en la incorporación de territorios
a la unión norteamericana en calidad de estado; no puede tener como resultado que nos aventuremos a validar
de antemano con nuestra participación, un procedimiento que está
diseñado pensando en la estadidad como su final y no pensando en la independencia”.
El
párrafo anterior recoge la opinión del periodista y abogado Juan Mari Bras,
publicada a finales de 1993 en su libro Patria y Universo, Ideas
y sentimientos de un puertorriqueño libre.
Es importante que se dé a conocer el hecho de que este periodista cumplió ese mismo
año 50 años de lucha por la independencia de Puerto Rico, además que fue el
primer boricua en hablar como independentista
ante las Naciones Unidas. Mari Bras murió en 2010 y fue
fundador de Partido Socialista Puertorriqueño
Dependencia de Puerto Rico
condiciona su camino
Han
pasado varios años y muchas cosas han ocurrido en la isla y no es para menos
porque, en la actualidad, vive su peor crisis.
Para nadie es un secreto que, como alguien llegó a escribir, “Para bien o para mal, su dependencia de Estados
Unidos condiciona su camino”. Sin embargo, como no se trata
de analizar la realidad de la caribeña isla, sino de exponer lo que piensa Juan
Mari Bras –y de paso escribió en su libro- pues sigamos la línea que llevamos.
Al
escribir sobre la realidad que ha vivido en su isla, el abogado consideró que no
le cabía la menor duda “…de que el único antídoto eficaz para combatir la
criminalidad rampante que desangra a Puerto Rico más que cualquier otra guerra
es la lucha por conquistar nuestra independencia nacional. En ese sentido, al
ganar la independencia estaremos haciendo una enorme contribución al progreso
de la humanidad entera”.
La patria es el punto de partida
El
abogado y periodista fue de la idea, según leemos en su libro, de que “…al
conquistar la independencia estaremos conjugando patria y universo en una sola
acción libertadora. No es en balde que fue Puerto Rico la patria que produjo a
Eugenio María de Hostos, el gran pensador latinoamericano que desde más de un
siglo atrás pudo ver con visión profética que la patria es el punto de
partida de cada cual hacia el universo y
la vida misma.
Bueno
que se diga de Hostos, que fue un hombre que se dedicó a estudiar y luego
incursionó en la política. El hombre se integra a la lucha armada que organizan
en Nueva York los emigrados por la independencia de Cuba y Puerto Rico, pero
cuando aprecia que entre los líderes independentistas de la emigración
predomina el anexionismo hacia a los Estados Unidos, se retira y macha hacia
otros países nuestra América a busca apoyo.
Mari
Bras siempre creyó que la isla “…libre e independiente será un ejemplo del
nuevo nacionalismouniversalista que abundará en el próximo siglo. No es el
nacionalismo estrecho de las autarquías fundadas en el proteccionismo y el
aislamiento de las naciones. Será el nacionalismo previsto por Hostos, basado
en el libre cambio internacional, del cual las islas-por su propia naturaleza han
de ser precursoras, según lo especificó el Maestro de América”.
Al
cambio señalado en el párrafo anterior, añade que, “…no obstante, tiene que complementarlo el
poder soberano que sólo la independencia da para que puedan tomarse las medidas
profilácticas indispensables que nos
permitan exterminar toda actividad
criminal internacional en esta isla,
como primer paso para sanar al país de sus actuales plagas delictivas para siempre”.
“Por
eso –insistió el periodista- no puede haber agenda mas privilegiada en las prioridades del Puerto Rico de hoy que
la que la que conduzca a la conquista de
nuestra independencia nacional. Todo lo demás es secundario, terciario o
sucesivo a esa primera prioridad. Quienes no lo vean así son los equivocados y
es menester sacarlos de esa equivocación”.
Somos los llamados a tomar la
ofensiva
Consideró
el abogado y periodista que los independentistas de todas las orientaciones
serían los llamados a asumir la ofensiva que conduzca, en primer lugar al pueblo de Puerto Rico, al gobierno de USA y
a la comunidad internacional a una toma
de conciencia de la necesidad de constituir la República de Puerto Rico.
“No
es porque seamos nosotros los más inteligentes ni mejores que los
puertorriqueños que no se consideran aún independentistas. Es que, en lo que
respecta a la cuestión que aquí se conoce como el status político, somos los
que planteamos la única solución posible y necesaria. Y por lo tanto, estamos
llamados a actuar correspondientemente a esa conciencia que hemos ganado.
De
igual modo, Juan Mari Bras deja claro que “…no hay alternativas a la
independencia para la solución del
status político de Puerto Rico. La estadidad y el Estado Libre Asociado, en
cualquiera de sus formas y vertientes, no son posibles en la actualidad, ni son
soluciones necesarias para
permitirnos encarar los problemas
señalados como los principales del país”.
La independencia debe aflorar
ante la conciencia del pueblo
“Hay
que buscar –escribió- una solución procesal que permita a la independencia
aflorar ante la conciencia del pueblo como lo que es: el único camino a
la libertad del pueblo puertorriqueño”.
Con
una claridad en su mente de que el destino de las naciones es su independencia,
Juan Mari Bras habló del expansionismo de los EE.UU y expresó que el independentismo “no debe aceptar seguir la ruta de lo que ha
sido hasta el presente el expansionismo exitoso de Estados Unidos. Es nuestro deber
conducir nuestra lucha por las rutas en las cuales se ha derrotado el
expansionismo norteamericano. Ha sido en el Caribe y Centro América donde
Estados Unidos ha fracasado en sus intentos expansionistas”.
Lo
cierto de todo, es que el periodista estuvo muy claro en la dura realidad que
ha estado afectando a Puerto Rico, al punto de escribir que “En nuestro país
hemos visto en el corto término de unas
cuantas décadas, la peligrosa transformación
de una sociedad hondamente enraizada en valores y querencias de genuina
solidaridad en una plagada de las peores enfermedades sociales que se conocen
en el mundo contemporáneo”.
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