Plenos de idealismo nacional, poco les importó a los patriortas perder sus posesiones y fortunas por alcanzar la independencia. |
Juan Uslar Pietri, fallecido historiador y diplomático, autor de “Historia de la rebelión popular de 1814”,
consideró que “El grupo que efectuó indirectamente el 19 de abril no fue, a
excepción de un puñado de revoltosos, un
grupo de revolucionarios, ni mucho menos. Era un conjunto de hombres
moderados, a los que para el porvenir de sus negocios no convenía el monopolio
económico de esa España decadente
atrasada de la cual eran vasallos obligados. Querían la independencia de la
patria mientras esa independencia no significara, en manera alguna, cesión de
los intereses por los cuales efectuaban semejante movimiento. Es decir, ni
guerra con España ni trastornos internos”.
Y
así, Juan Uslar Pietri, nos acuña, de un
texto de Caracciolo Para-Pérez, Miranda et la Révolution Francaise, Paris,
1925, la opinión de Lavaysse, quien sirvió con Alexandre Pétion y estuvo en
Venezuela un tiempo donde escribió sobre varios tópicos del país:
-Yo conozco los
principales personajes del Congreso de Venezuela –dice Dauxión Lavaysse en una
carta-; éstos no son hombres de grandes miras ni facciosos, son simplemente
propietarios que desean la independencia de su país-
Ese club girondino llamado Sociedad Patriótica
Luego, Juan Uslar
Pietri, quien fue menor que su laureado hermano, el escritor Arturo Uslar Pietri,
añade que “Los hombres de 1810, y que en general eran
los mismos, física o espiritualmente, de 1811, no estaban dispuestos en manera
alguna a llevar las cosas a un punto extremado que pudiera, en un caso
determinado, resultarles más perjudicial que la situación estática e
intolerante de España. Por eso veremos que, en el transcurso de los primeros
tiempos el Congreso Nacional será moderado, y tiene que crearse, para espolear
a este grupo de hombres y decidirlos por el 5 de julio, ese club girondino que
la historia conoce como la sociedad patriótica”.
En este tema tan
interesante, aunque poco discutido el historiador nos habla de una realidad social
pre-independentista en Venezuela, en 1811. Había varios grupos en toda aquella
ebullición del tiempo colonial. El primero de ellos, un grupo “…reducido , compuesto por los empleados españoles y
criollos de los distintos ramos administrativos; por los hacendados españoles y
por el enjambre de pequeños comerciantes, canarios en su mayoría, que deseaban
ardientemente la vuelta al viejo régimen a la eterna Colonia, donde solamente
podrían sobrevivir y conservar alguna
importancia social”.
Los grandes propietarios
Nos añade que “El segundo grupo está compuesto por los grandes
propietarios y comerciantes ligados a la
producción nacional. En su mayor parte, con pocas excepciones, es un grupo que
desea la independencia, pero la desea en el fondo, sin derramamiento de sangre,
sin escándalo, calladamente. No quiere exteriorizar su descontento porque en
general tiene mucho que perder. Con el beneplácito de ese grupo es que se
realiza el 19 de abril, pero es también
este grupo quien condena a Miranda cuando sus primeras intentonas libertadoras.
Quiere independencia sin guerra, y libertad con pueblo esclavo y sumiso. Este grupo,
es el que por presión de los demagogos de la sociedad patriótica
declarará la independencia, pero también será el que por sus contradicciones
internas ocasionará la pérdida de la Primera República y preparará con sus
pequeñas rencillas y complejos de clase el advenimiento de la gran oleada de
sangre que fue la rebelión popular de
1814”.
Los insurrectos
Al tercer grupo,
Juan Uslar Pietri lo llamó el de los insurrectos y aquí, es bueno que se hable
de sus integrantes, porque la mayoría de ellos, eran jóvenes que habían bebido
de las lecturas de los enciclopedistas. Algunos de lo que hoy conocemos como
clase media, bien preparados, hijos o herederos de grandes ricos y otros con
niveles de nobleza. Para algunos, la Sociedad Patriótica fue una idea de
Francisco de Miranda y de Simón Bolívar y en su seno, inicialmente, reunió a
muchos patriotas y allí, además de ambos próceres, estaban entre otros, Vicente Salias, Pedro Salias, Antonio Muñoz Tébar, Carlos Soublette,
Miguel Peña, Francisco Espejo, Coto (Francisco Antonio) Paúl, Pedro Pablo Díaz,
José María Núñez, Carlos Núñez.
Muy en específico, anota Juan Uslar Pietri, quien también fue
diplomático, que “El tercer grupo es el de los insurrectos, compuesto en su
mayor parte por jóvenes pertenecientes a la clase media o a la nobleza. Estos
últimos, ricos herederos como los Bolívar o los Ribas, impregnados de la filosofía revolucionaria francesa y plenos de idealismo nacional, a
quienes nada les importa perder posesiones y fortunas con tal deber una bandera
propia ondeando sobre el suelo de la
patria. Son ellos los fundadores de la libertad. Desde la austera tribuna de la Sociedad Patriótica van pulsando la
opinión de una manera tal que, llegado el momento, los
timoratos van a tener que doblegarse y someterse, hasta tener
que sumarse, muchas veces a la fuerza, a
este hermoso grupo pleno de idealismo y libertad”.
El autor Eduardo Casanova, por su parte, hace referencia a la Sociedad
Patriótica y dice que
“Se habló entonces de la existencia de dos
congresos, uno que representaba el sentir del pueblo, que era la Sociedad
Patriótica, y otro que no se atrevería a contravenir los intereses de los
poderosos, que era el Constituyente. Es la dicotomía entre dos generaciones, la
de los mantuanos que, a lo norteamericano, buscaba la Independencia con énfasis
en lo económico, y la de sus hijos, que, a la francesa, querían la revolución
total, y la lograron”.
Libres y esclavos, negros y mestizos
Nos refiere el
historiador y diplomático que el cuatro grupo estuvo integrado por el pueblo,
estos es, “…libres y esclavos, negros y mestizos, formando en 95 por ciento lo
que en aquellas épocas se denominaba <las castas>, o también con un
cierto sentido de desprecio <el negraje>, aunque fueran indios o
simplemente mestizos. Este grupo está sometido por completo a la ignorancia y
al aislamiento espiritual más absoluto. No tiene noción delo que puede ser la patria,
la familia o la religión. Es un grupo que en teoría es humano pero en la
práctica se considera como animal, o como intermedio entre la bestia y el
hombre. Ven al blanco con el odio intenso de la inferioridad forzada. Por
generaciones han tenido que doblegarse a los caprichos más pequeños de sus amos
y al látigo, material o moral, de sus capataces. El libre se diferencia del
esclavo en el solo aspecto de que no es esclavo. Muchas veces se le paga nada o
muy poco, con el agravante de que tiene que cargar consigo mismo, mientras el
verdadero esclavo, como propiedad, es protegido por el amo”.
Concluye el historiador
ese aspecto de su libro indicando que tal era el conjunto social en que se
encontraba el país después del 19 de abril, fecha en que comenzó el análisis
para escribir “Historia de la Rebelión Popular de 1814”.
Un asunto que acotamos
es que hoy, dos siglos después, Venezuela es la mezcla de todos esos grupos,
pero con características muy que lleva impresa las mismas aspiraciones de quienes
iniciaron las luchas independentistas, una nación libre, soberana, una bandera,
la igualdad y el bienestar para sus pobladores y una esencia mezcla de
luchadores y de creadores, estos es, un
país que ha optado por vencer las dificultades y producir un nuevo modelo para
la vida.
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