No hay –ni siquiera-
un instante para que los latinoamericanos puedan dudar acerca de la
violencia que los europeos y unos
cuantos primos desestabilizadores, vienen desatando contra nuestro continente
desde 1498, fecha en la que el marino Cristóbal Colón llegó a la que consideró la
“Tierra de Gracia”, como lo escribió el profesor José Manuel Hermoso González
en su libro Pueblo Protagónico, el
cual ya hemos citado antes.
Narra este investigador de la Universidad de Carabobo historias
sobre las encarnizadas “…luchas sociales y políticas del pueblo venezolano”. Al
citarlas, por ejemplo, nos refiere que Colón, quien no desembarcó por estar
afectado por una conjuntivitis, habría ordenado a sus hombres que tomaran
posesión de los territorios “descubiertos”,
en nombre de los monarcas españoles.
La
ambición de los españoles por el oro
Imagina quien escribe que, es a partir de este momento, en el
cual el destino trazó sobre la vida de los indígenas americanos un tiempo nada
apacible para sus vidas, porque si bien nuestras etnias dieron la bienvenida con
buen ánimo a los navegantes europeos, no es menos cierto que la ambición de los
marinos se disparó una vez que vieron a los indígenas lucir el oro y las perlas
con las que se adornaban.
Escribe el profesor de Historia que “El aventurero Alonso de
Ojeda, quien tiene fama de osado, inescrupuloso, pendenciero y amigo de lo
ajeno, prevalido de la amplia autorización de los Reyes Católicos para
incursionar en las “nuevas” tierras, y portador de una copia del mapa
enviado a los Reyes por Colón, comanda
una nueva expedición rumbo a Venezuela en 1499”.
Es bueno que se deje en claro que Ojeda fue uno de los
primeros españoles que inició variadas acciones para combatir a los indígenas
del denominado nuevo mundo -para los europeos- Este soldado español, pese a ser
bien recibido – fueron muy respetuosos y hospitalarios con él- por los
aborígenes durante todo su recorrido por las costas venezolanas y colombianas, “…respondió
con violencia, atropellos y saqueos: dañaba, mataba y hacía todo el mal que
podía”, escribió el catedrático Hermoso González.
La batalla
de Puerto Flechado
Cita el autor de Pueblo
Protagónico que, “Las incursiones saqueadoras y criminales de estos crueles
aventureros corren deboca en boca entre las distintas tribus aborígenes y,
alertados de las tropelías de y su gente,
los jiraharas en las costas de Curiana (Falcón) les preparan una “bienvenida”.
Así se produce la primera batalla de la resistencia indígena contra la invasión
de aquellos territorios”.
Y en otro párrafo, el investigador nos comenta que, “Los
españoles son derrotados en este primer encuentro (la batalla de “Puerto
Flechado”, como fue denominada por el propio Ojeda, dada la lluvia de proyectiles
que les obligó a huir). Los conquistadores, con veintiuna bajas (un muerto y veinte heridos) se retiran
del lugar (Chichiriviche, Tucacas) hasta
una ensenada cercana a la Vela de Coro, sitio en el cual se refugian durante
veinte días”.
Y así nos entrega más información sobre el soldado español:
“Seguidamente Ojeda y
sus hombres continúan viaje hacia occidente
y después de visitar la Isla de los Gigantes (Curazao) penetran por el
Golfo y el Lago de Coquibacoa (Lago de Maracaibo). Ante la presencia de los
palafitos, Américo Vespucio realiza la despectiva comparación con Venecia que le dará nombre a Venezuela. Abandonan el lugar llevándose
raptadas a varias mujeres aborígenes.
Cuenta Hermoso
González que, “Durante el mismo año (1499) zarpa de San Lúcar la expedición comandada por Alonso Niño y Cristóbal Guerra. Llegaron a Venezuela y
recorrieron las costas del oriente visitando islas y puertos. En esas
incursiones comerciaron en paz con los indígenas, de quienes recibieron oro y
perlas a cambio de baratijas. A ellos se
atribuye el descubrimiento de las ricas salinas de Araya”.
Pero hay más. El investigador se refiere a que Niño y Guerra decidieron
dirigir sus pasos hacia el occidente y entre Ocumare de La Costa y Puerto
Cabello se encontraron frente a “…un paraje rico en oro, plantíos de algodón y
tejidos. Al continuar su recorrido hacia occidente sufrieron un ataque en el
mismo lugar que Ojeda, tan fuerte que no pudieron desembarcar. Regresaron a oriente y luego a
España cargados de perlas y otras riquezas”.
“El ambiente –refiere el académico- se iba caldeando y se caldeó mas cuando apareció por segunda
vez Cristóbal Guerra acompañado de su hermano Luis, ambos decretaron una verdadera guerra de saqueo y devastación contra los moradores:
saquearon en Paria y Margarita y cargaron con un botín que incluía Palo del
Brasil, perlas, oro y aborígenes esclavizados . Regresaron a España en 1501 y pusieron en manos del Tesoro Real
buena parte de su botín”.
Y desde
entonces, 6 siglos de agresiones a los americanos
Que se sepa, casi todas las naciones de Latinoamérica han sido asediadas y de una forma directa o indirecta, han sido víctimas de la
mayor corporación militar del mundo, la que ha sido capaz de lanzar bombas
atómicas, entrar en guerras como la de Corea del Norte, de Viet Nam, Yugoeslavia,
Afganistán, Irak, Libia, Santo Domingo, Cuba, Grenada y Panamá, por citar algunos
asedios directos.
Y hoy, después de diversas reuniones entre los
latinoamericanos, quienes decidieron y han votado porque Latinoamérica y el
Caribe sea una zona de paz, todos estamos como testigos principales interesados
en el acuerdo de paz entre los colombianos así como de la paz en Venezuela y del
rechazo a la injerencia de otras naciones en estas tierras de los
latinoamericanos.
En el pasado fueron los españoles quienes expoliaron nuestras
naciones, cometiendo miles de crímenes y robando nuestros recursos. En este
tiempo, los esquilmadores modernos han estado utilizando otras formas, en ocasiones
sutiles, en otras no, pero siempre con la misma idea de violentar las soberanías
de los países y apoderarse de sus recursos, lo que ha estado siendo rechazado
por los latinoamericanos.
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