Sociedades Americanas en 1828

La juventud americana necesita abrir los ojos sobre su situación, y los niños tienen que aprender a leer. Los jóvenes que han de reemplazar a los padres de hoy, deben pensar y escribir mejor que sus abuelos, si quieren que en América haya patria y lengua. Esto no lo conseguirán con escrúpulos, ni con burlas, ni con puntitos de erudición.
Simón Rodríguez, en Sociedades Americanas en 1828



jueves, 23 de junio de 2016

La violencia europea Vs.la Tierra de Gracia




No hay –ni siquiera-  un instante para que los latinoamericanos puedan dudar acerca de la violencia que los europeos y  unos cuantos primos desestabilizadores, vienen desatando contra nuestro continente desde 1498, fecha en la que el marino Cristóbal Colón llegó a la que consideró la “Tierra de Gracia”, como lo escribió el profesor José Manuel Hermoso González en su libro Pueblo Protagónico, el cual ya hemos citado antes.
Narra este investigador de la Universidad de Carabobo historias sobre las encarnizadas “…luchas sociales y políticas del pueblo venezolano”. Al citarlas, por ejemplo, nos refiere que Colón, quien no desembarcó por estar afectado por una conjuntivitis, habría ordenado a sus hombres que tomaran posesión de los territorios “descubiertos”, en nombre de los monarcas españoles.     
La ambición de los españoles por el oro
Imagina quien escribe que, es a partir de este momento, en el cual el destino trazó sobre la vida de los indígenas americanos un tiempo nada apacible para sus vidas, porque si bien nuestras etnias dieron la bienvenida con buen ánimo a los navegantes europeos, no es menos cierto que la ambición de los marinos se disparó una vez que vieron a los indígenas lucir el oro y las perlas con las que se adornaban.     
Escribe el profesor de Historia que “El aventurero Alonso de Ojeda, quien tiene fama de osado, inescrupuloso, pendenciero y amigo de lo ajeno, prevalido de la amplia autorización de los Reyes Católicos para incursionar en las “nuevas” tierras, y portador de una copia del mapa enviado  a los Reyes por Colón, comanda una nueva expedición rumbo a Venezuela en 1499”.
Es bueno que se deje en claro que Ojeda fue uno de los primeros españoles que inició variadas acciones para combatir a los indígenas del denominado nuevo mundo -para los europeos- Este soldado español, pese a ser bien recibido – fueron muy respetuosos y hospitalarios con él- por los aborígenes durante todo su recorrido por las costas venezolanas y colombianas, “…respondió con violencia, atropellos y saqueos: dañaba, mataba y hacía todo el mal que podía”, escribió el catedrático Hermoso González.  
La batalla de Puerto Flechado
Cita el autor de Pueblo Protagónico que, “Las incursiones saqueadoras y criminales de estos crueles aventureros corren deboca en boca entre las distintas tribus aborígenes y, alertados de las tropelías de  y su gente, los jiraharas en las costas de Curiana (Falcón) les preparan una “bienvenida”. Así se produce la primera batalla de la resistencia indígena contra la invasión de aquellos territorios”.  
Y en otro párrafo, el investigador nos comenta que, “Los españoles son derrotados en este primer encuentro (la batalla de “Puerto Flechado”, como fue denominada por el propio Ojeda, dada la lluvia de proyectiles que les obligó a huir). Los conquistadores, con veintiuna  bajas (un muerto y veinte heridos) se retiran del lugar  (Chichiriviche, Tucacas) hasta una ensenada cercana a la Vela de Coro, sitio en el cual se refugian durante veinte días”.
Y así nos entrega más información sobre el soldado español:
 “Seguidamente Ojeda y sus hombres continúan viaje hacia occidente  y después de visitar la Isla de los Gigantes (Curazao) penetran por el Golfo y el Lago de Coquibacoa (Lago de Maracaibo). Ante la presencia de los palafitos, Américo Vespucio realiza la despectiva comparación con Venecia  que le dará nombre  a Venezuela. Abandonan el lugar llevándose raptadas  a varias mujeres aborígenes.   
Cuenta  Hermoso González que, “Durante el mismo año (1499) zarpa de San Lúcar  la expedición comandada por Alonso Niño  y Cristóbal Guerra. Llegaron a Venezuela y recorrieron las costas del oriente visitando islas y puertos. En esas incursiones comerciaron en paz con los indígenas, de quienes recibieron oro y perlas  a cambio de baratijas. A ellos se atribuye el descubrimiento de las ricas salinas de Araya”.
Pero hay más. El investigador se refiere a que Niño y Guerra decidieron dirigir sus pasos hacia el occidente y entre Ocumare de La Costa y Puerto Cabello se encontraron frente a “…un paraje rico en oro, plantíos de algodón y tejidos. Al continuar su recorrido hacia occidente sufrieron un ataque en el mismo lugar que Ojeda, tan fuerte que no pudieron  desembarcar. Regresaron a oriente y luego a España cargados de perlas y otras riquezas”.
“El ambiente –refiere el académico- se iba caldeando  y se caldeó mas cuando apareció por segunda vez Cristóbal Guerra acompañado de su hermano Luis, ambos decretaron  una verdadera guerra  de saqueo y devastación contra los moradores: saquearon en Paria y Margarita y cargaron con un botín que incluía Palo del Brasil, perlas, oro y aborígenes esclavizados . Regresaron a España  en 1501 y pusieron en manos del Tesoro Real buena parte de su botín”.       

Y desde entonces, 6 siglos de agresiones a los americanos
Que se sepa, casi todas las naciones de Latinoamérica  han sido asediadas y de una forma  directa o indirecta, han sido víctimas de la mayor corporación militar del mundo, la que ha sido capaz de lanzar bombas atómicas, entrar en guerras como la de Corea del Norte, de Viet Nam, Yugoeslavia, Afganistán, Irak, Libia, Santo Domingo, Cuba, Grenada y Panamá, por citar algunos asedios directos.
Y hoy, después de diversas reuniones entre los latinoamericanos, quienes decidieron y han votado porque Latinoamérica y el Caribe sea una zona de paz, todos estamos como testigos principales interesados en el acuerdo de paz entre los colombianos así como de la paz en Venezuela y del rechazo a la injerencia de otras naciones en estas tierras de los latinoamericanos.
En el pasado fueron los españoles quienes expoliaron nuestras naciones, cometiendo miles de crímenes y robando nuestros recursos. En este tiempo, los esquilmadores modernos han estado utilizando otras formas, en ocasiones sutiles, en otras no, pero siempre con la misma idea de violentar las soberanías de los países y apoderarse de sus recursos, lo que ha estado siendo rechazado por los latinoamericanos.

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