Pedro Estacio
Al maestro del Libertador Simón Bolívar no se le escapaba nada y quizá esa poderosa intuición, reflexión y visión que tuvo Simón Rodríguez se la transmitió al guerrero caraqueño junto con mucho mas de lo que hemos conocidos los venezolanos hoy día y uno de esos esos aspectos importantes estuvo referido a los jóvenes.
En Sociedades Americanas 1828, refiere el profesor Rumazo González, el inquieto maestro Rodríguez hace referencia a que la juventud americana, en este caso debemos referirnos no solo a los venezolanos, sino a todo este continente, “...necesita abrir los ojos sobre su situación política y los niños tienen que aprender a leer. Los jóvenes que han de reemplazar a los padres de hoy (esto es válido actualmente), deben pensar y escribir mejor que sus abuelos, si quieren que en América (en Venezuela y el resto de este continente) haya patria y lengua...”.
Afortunadamente, desde que comenzó la revolucíón bolivariana de Venezuela, el mensaje de sus líderes siempre ha sido hacia la juventud del país y los proyectos que se han estado realizando han constituido especies de misiles sociales con la particularidad de tocar a las madres en gestación, a los niños, jóvenes, personas con discapacidades y a los adultos mayores.
A cualquiera pudieran parecerle ideas fantásticas eso de tocar a la juventud, pero no es como lo puedan creer algunos, como algo de moda, ya que una de las raíces de la revolución bolivariana es precisamente el pensamiento del Sócrates caraqueño como le llamó Bolívar a su maestro Simón Rodríguez, también conocido como Samuel Robinson.
Otro de los puntos tratados por el maestro Rodríguez y al que hace referencia el fallecido profesor Rumazo González, vale la pena citarlo porque hoy nos toca y nos duele tanto como en el pasado independentista y es la exagerada inclinación hacia la Europa que se ha estado viendo entre los latinoamericanos. Simón Rodríguez, en Sociedades Americanas escribió:
“Dos gobiernos no pueden simpatizar si los dos pueblos no simpatizan, y esto se está viendo. Los gobiernos de América no pueden simpatizar con los de Europa, porque los pueblos americanos en nada se parecen a los europeos”.
Pero hay mucho mas que deberían observar muy bien los jóvenes de este siglo XXI, porque los planteamientos de hace dos siglos, tienen mucha mas vigencia de lo que puedan creer algunos.
A lo que pudiéramos llamar el comienzo de Sociedades Americanas en 1828, escribe nuestro Samuel Robinson que “Los hijos de los españoles en América se parecen muy poco a sus padres: la lengua, los tribunales y los templos engañan al viajero: no es España, aunque se hable español, aunque las leyes y la creencia religiosa sean las mismas que trajo la conquista...Si la América no se parece a España, ¿a qué país se parecerá? La lengua, los tribunales, los templos y las guitarras engañan al viajero; se habla, se pleitea, se reza y se tañe, a la española; pero, no como en España”.
El texto anterior, de 1828, llama a reflexión sincera y sencilla y nos dice con suma claridad, que no solo somos distintos, sino que somos altamente diferentes, con una visión completamente distante. Los europeos, por lo que vemos, parecieran seguir pensando que somos sus vasallos, cuando esa conducta es la de ellos ante los Estados Unidos.
No solo los europeos apoyan el irrespeto, la conducta villana, el robo y la violación de todo cuanto signifique la soberanía de los venezolanos, sino que respaldan a las tropelías que Estados Unidos e ingleses han venido realizando con el transcurrir de los años y poco les importa la muerte de otros ni las lágrimas de las madres, ni los niños destrozados que es lo que estamos viendo en las naciones de oriente.
¿Cuál es el sentir de los venezolanos? ¿Será acaso aplaudir como España le suministra armas a Israel para que continúe su genocidio en Palestina? ¿Habrá una carta del Rey español de salutación al gobierno estadounidense por el apoyo a Israel y a Ucrania? ¿Eso es lo que sueñan los venezolanos y latinoamericanos o América Hispánica como refería en ocasiones Jorge Rodríguez?
Los venezolanos, muy particularmente todos, solo deseamos el fortalecimiento de nuestra revolución bolivariana. Por supuesto que es muy fuerte decir ¡Al diablo lo demás! , pero primero es nuestra nación y su desarrollo y nuestras posiciones y si el resto de naciones quiere seguir arrodilladas, ese será su problema, aunque es doloroso que lo sea, pero primero nosotros, nuestra historia, independencia, evolución, cultura, educación, ciencia. Ya sabemos, demasiado, como son los gobernantes europeos, estadounidenses y algunos vasallos. Ellos que sigan sus tortuosos caminos sin molestarnos.
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