Sociedades Americanas en 1828

La juventud americana necesita abrir los ojos sobre su situación, y los niños tienen que aprender a leer. Los jóvenes que han de reemplazar a los padres de hoy, deben pensar y escribir mejor que sus abuelos, si quieren que en América haya patria y lengua. Esto no lo conseguirán con escrúpulos, ni con burlas, ni con puntitos de erudición.
Simón Rodríguez, en Sociedades Americanas en 1828



viernes, 8 de julio de 2016

La lucha ancestral por la ecología





Leo una parte llamativa del libro  “LA COMUNA”, Antecedentes Heroicos del Gobierno Popular,  firmado por  Juan Barreto Cipriani y quien escribe destacando de paso,   que muchas personas estuvieron participando en el nacimiento de la citada publicación, entre ellos Jesús Ernesto Parra y Héctor Julio Sánchez, dos grandes colaboradores, quienes habrían insistido en que la autoría del libro recayera en el profesor Barreto.  
Esa parte que llama la atención –y ojalá ocurriera de esa manera con todos los lectores, como me ocurrió a mi- se refiere a la lucha ancestral que se ha tenido, no solo en el país por la ecología, sino en muchas partes del mundo.
La alarma está encendida
Escribió todo ese equipo curioso que laboró con Barreto en la obra, que cuando se habla “…de ecología no solo estamos hablando de la posibilidad de la sobrevivencia humana en el planeta. Esa alarma está encendida y reconocemos la urgencia. Estamos hablando, también, del amplio abanico de culturas y formas de intercambio que han sido obligadas  a plegarse, silenciarse, aislarse por acción y gracia de la racionalización de los recursos  y de su regularización (privación, privatización, despojo).  
Y en las siguientes líneas citan que, “El aprovechamiento y uso de los recursos por parte de las comunidades  originarias y tradicionales cada vez mas son estigmatizados por el capitalismo; es común, muy común, encontrarse con clichés en los que estos grupos  aparecen como depredadores del ambiente y como grandes deudores al progreso de la humanidad.
¡Ni qué hablar de los improperios en contra de la gente de los barrios!, exclaman.
Lo cierto de todo es que esta realidad de la que escriben, me recuerda, unos acontecimientos populares que hubo en las parroquias La Pastora y San José, cuando diversos grupos se opusieron a la demolición de antiguas viviendas para dar paso a grandes torres para viviendas. En la primera de las parroquias pudieron frenar un poco la situación, pero en San José no fue así, pues construyeron grandes edificios en dirección norte de la avenida Fuerzas Armadas de Caracas.  
Siguen con el tratamiento del tema y expresan que  “El capitalismo echa mano a cuanto artificio ecologista  encuentre en su camino para despojar a esos grupos  de sus trincheras de resistencia, resultando así que son los grandes laboratorios (con blindadas patentes) los que aseguran el bienestar y la salud de la humanidad, o que son las grandes enciclopedias las que resguardan  el saber de la especie humana en el mundo, o que son las grandes constructoras  (plagadas de ingenieros, arquitectos y agentes inmobiliarios) las que garantizan  el derecho a la tierra  a la vivienda  de una forma ecológicamente responsable.  Pero estos artificios han echado raíces en la subjetividad digamos que planetaria”.
Y ahí también tenemos que piquetear.
Así, plantean que “Mientras los pueblos no logremos un camino diferente para regular el metabolismo social impuesto por el capitalismo, personificado en el buen vivir de los burgueses(a saber, el orgullo de ser modernos: no somos irracionales, ni animales, ni manuales, ni ignorantes, ni pobres, ni locales, ni peleones, ni insumisos, ni toscos, ni vagos) seguirán teniendo vigencia las alarmas (aún no ensordecedoras) del colapso de la vida en el planeta”.
Es aquí donde cabe recordar las palabras del  Comandante Hugo Chávez F., cuando en 2012, al presentar el programa de Gobierno  para el período 2013-2019 refiere:
“Es claro que Nuestra América vive un cambio de época que arrancó, y es justo reconocerlo, con la llegada de al poder de la Revolución Bolivariana: un cambio de época que se caracteriza por un cambio real y verdadero de las relaciones de poder a favor de las grandes mayorías. Es claro, también, que el sistema mundo capitalista atraviesa por una crisis estructural que puede llegar a ser terminal: una crisis que, por su catastrófica magnitud, nos obliga políticamente, como diría Martí, a aclarar  y prever cada día , como de hecho lo hemos venido haciendo, para minimizar sus impactos sobre Venezuela. Pero hay un signo  alentador que quiero destacar: ha comenzado a sentar sus bases un sistema internacional multipolar que se orienta hacia ese gran principio que Bolívar llamara el equilibrio del universo”.  
Recogen en este trabajo que representa el libro COMUNA un testimonio de Atilio Borón, el cual destaca que, “El problema principal ha sido causado por un patrón de consumo que es totalmente irracional y predatorio. Pero ese patrón es inherente al capitalismo como sistema pues es la expresión  de un modo de producción igualmente irracional. Cambiarlo supone abandonar  el capitalismo  y construir un sistema ética, social y económicamente superior, algo que ni remotamente pasa por la cabeza de los líderes del mundo desarrollado. Por eso afirmo que no habrá solución a la crisis ecológica del planeta, algo que nos coloca  al borde de un suicidio colectivo, en la medida en que no se reemplace un sistema económico-social que considera  a hombres y mujeres y a la naturaleza, como simples insumos  para la incesante generación de ganancias”. Tal sistema es inviable y su abandono por otro más humano y congruente con el medio ambiente es solo cuestión de tiempo. (…)Pero, en lo mediato, lo único que salvará al planeta es la abolición del capitalismo y la instauración de un modo de producción y una forma civilizatoria superior, un nuevo socialismo”.     

LA COMUNA, Antecedentes Históricos del Gobierno Popular
BARRETO CIPRIANI Juan
Caracas, 2011
Juanbarreto.blogspot.com
juabarreto@gmail.com
          

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