Pedro Estacio
Es increíble que los latinoamericanos y caribeños de esta época no sean capaces de captar, entender, apreciar lo que realmente sucede con los medios de comunicación y las redes, que les han vendido la idea de que ellos predicen el futuro y les dicen lo que va a suceder en el tiempo y así, les han estado llenando la mente a los ciudadanos, con banalidades, frivolidades, que les impide pensar en lo real, en la creatividad que logre impactar positivamente el desarrollo de las sociedades.
¿Alguien se ha puesto a analizar la cantidad de barbaridades, tonterías, palabras inútiles, frases sin sentido, mensajes vacíos, de odio y una gran cantidad de basura gramatical que llega a las personas, quienes son vistas como ovejas?
El primer cargamento manipulador y de mentiras viene expresado por los llamados horoscopistas y tarotistas, lectores de variadas cartas, porque cada quien tiene un colorido mazo donde le expresan a los ingenuos cómo les va en el día con su horóscopo de animalitos, palitos de incienzo encendidos y baños, que les anuncian éxitos rotundos, maravillas y un sin fin de asuntos.
¿Por qué con esa inmensa capacidad de adivinos que venden cada mañana, vía televisión, han sido incapaces de solucionar los problemas de las naciones? ¿Por qué nunca adivinaron la capacidad de maldad, por ejemplo, que ha mostrado la Derecha no solo en Venezuela, que quemó y asesinó personas sino también en otras partes del mundo como Palestina? ¿Por qué nunca adivinaron y le explicaron al planeta las intenciones de quienes han formado parte de los golpes de Estado no solo en naciones de Latinoamérica, sino en muchas partes del mundo?
Predecir el futuro utilizando los llamados horoscopistas y tarotistas es una de las grandes mentiras de los medios de comunicación como la televisión y la radio, lo que ha sido permitido, y ha sido utilizado desde hace largo tiempo. Es parte de la mentalidad colonial que ha persistido por siglos y que los latinoamericanos no se han molestado en quitar del medio, para bien de sus sociedades.
En realidad, uno de los objetivos que estuvo en la mente de algunos de los que estuvieron involucrados en la emisión de imágenes a través de ondas electromagnéticas -lo que es hoy día la televisión- fue la posibilidad de educar, luego cuando hubo cierta estabilidad en ese gran proyecto, las primeras tres décadas del siglo veinte, pues todo fue orientado hacia el entretenimiento e información y siempre con la intención comercial.
De allí en adelante, la televisión fue como meteorito caído en cualquier región de la Tierra, donde quienes la han manejado, se han valido de ella para convertirla, inicialmente, en una herramienta de explotación comercial y posteriormente ha sido un vehículo de manipulación de grandes sectores poblacionales a quienes han dirigido con fines que nada tienen que ver la verdad, la honestidad, la ética.
¿En realidad la televisión entretiene? ¿Qué es lo que los directivos de los medios de comunicación y las redes entienden como entretenimiento? ¿Hurgar en la vida de artistas, políticos y otros, fotografiarlos, generar risas, dolor, comentar lo que hacen es entretener, es generar noticias?
Si eso es realmente así, entonces hay que decirlo, el planeta presuntamente civilizado y dotado de cualquier artículo que le ha sido promovido e instado a comprar a través de los medios de comunicación está en serios problemas. Y esto lo digo porque recuerdo haber sido impactado por el bombardeo y la guerra que dividió a Yugoslavia, destrozó a Irak y mantiene despedazada a Palestina, sin contar los millones de personas que han sido asesinados y han sido reseñados por la televisión y demás medios de comunicación.
Y todo eso sin contar las miles de noticias que han sido llevadas al mundo por los medios de comunicación sobre las realidades de las guerras como la de Viet Nam, Afganistán y los mas diversos golpes de Estado, que llegaron a todas las naciones del mundo.
Todo lo que hemos escrito en estas líneas nos llevan a pensar que las cosas han estado muy mal conducidas por alguna dirigencia nacional y mundial e ignoradas por otros que no han logrado captar las intenciones que han estado detrás de ellas.
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