Sociedades Americanas en 1828

La juventud americana necesita abrir los ojos sobre su situación, y los niños tienen que aprender a leer. Los jóvenes que han de reemplazar a los padres de hoy, deben pensar y escribir mejor que sus abuelos, si quieren que en América haya patria y lengua. Esto no lo conseguirán con escrúpulos, ni con burlas, ni con puntitos de erudición.
Simón Rodríguez, en Sociedades Americanas en 1828



martes, 3 de septiembre de 2024

¿En qué onda vivimos?

 


Pedro Estacio

Lo que vemos en los medios y redes está matizado por la verdad y la mentira; algunos se dan cuenta y se hacen los locos, ven el piso y las paredes. Otros, ignoran lo que sucede.


A veces pensamos que todos estamos bien. ¿Eso es cierto? Para algunos si y para otros es equivocado. Pero los medios en general, lo presentan como una realidad, un hecho a ser superado. Dicen que es su papel orientador.


Pero detrás de cada afirmación mañanera con el adivinador de turno que presentan los medios, hay una realidad completamente distinta que ignoramos.


Es como si el presentador de televisión, al lanzarnos un beso cuando se despide en las mañanas, intenta decirnos que nos ama intensamente, pero en realidad no nos conocen.


Y con certeza, esos presentadores matutinos, locutores, animadores, políticos, presentadores, que nos lanzan besos y desean un mejor día a través de las pantallas, no tienen ideas de quienes somos.


La búsqueda del dinero, por ejemplo, sustenta la moda de llevar a la pantalla a presuntos equipos de profesionales, que apenas son simples vendedores anunciantes de las plantas de Tv.


La farsa es tan risible, que muchos de esos sujetos se presentan como influencers, valga, influenciadores-manejadores de contenidos (¿?) que todos ignoramos de donde salen.


Entonces las sociedades empeoran, porque ahora quedan en manos de los horoscopistas, manejadores de cartas e influenciadores y las redes y los celulares.

¡Sálvese el que pueda!


¿Quién o quienes están detrás de estos actos de circo cuyo único propósito es adormecer y distraer a los integrantes de las sociedades y así dominarlos con mucha tranquilidad y poco esfuerzo?


A las golpeadas sociedades se suma ahora una caterva de cantantes que no cantan, bailarinas que no bailan sino que se contornean y músicos que tocan cualquier cantidad de locuras nada agradables.


El estrepitoso ruido que venden como música y que presentan en radio y videos en la Tv y que les ha torcido el gusto a los latinos y caribeños nada tiene que ver con el sentir musical.


Pero hay mas sometidos al vasallaje de los medios, especialmente en Tv, como las intervenciones de expertos que apenas son mostrados a las sociedades, en vez de divulgarlos todo.


El vasallaje es inexplicable como los ocurridos en Japón, Argentina, Panamá y ahora República Dominicana y otros, con el terrible estigma de abrazarse a sus maltratadores.


Es posible que Francisco de Quevedo, el de varios siglos atrás, enriquecería su escribir mientras el venezolano Pío Gil, de la época gomecista, tornaría su pluma en algo mas risible que depresivo.

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