Los maestros que piensen, deben reducir todas las respuestas
que puedan ocurrirles, a la siguiente sentencia:”Piensen los padres,
y los niños pensarán”. Simón Rodríguez
Pedro Estacio
Debemos decir que dentro del proceso de construcción de la revolución bolivariana de Venezuela, han sido obviadas situaciones que, desde hace años, fueron planteadas por el propio Comandante Supremo Hugo R. Chávez F., como la necesidad de contar con nuestros propios sistemas informáticos y demás herramientas tecnológicas y de computación de alta definición utilizadas hoy en este mundo actual.
Ese es un detalle como otros mas. Es indudable que tenemos la capacidad para hacerlo, pero no lo hemos hecho, desconocemos en donde se encuentra el nudo gordiano.
Todo lo debemos diseñar y construir con nuestros cerebros y manos y siempre será posible. Aunque muchos se hacen los locos, otros lo hacen como en el Metro de Caracas, que se han empeñado en producir lo que necesitamos. Eso lo están haciendo en otras empresas, están creando lo que antes importaban y eso es lo que todos debemos hacer y no continuar adquiriendo ni vendiendo baratijas, como sabemos que ocurre. Basta pasar por Sabana Grande, avenida Baralt, avenida Sucre, Catia y nos daremos cuenta de que eso es así.
Pero lo mas importante que hemos olvidado, le hemos sido indiferentes, lo hemos apartado a un lado, hemos mirado al cielo cuando se trata del asunto y eso es que no hemos profundizado en la educación. Todo está allí, en la educación de nuestra gente, en el conocimiento de la verdad y de la mentira, en el conocimiento de la manipulación, en el conocimiento de los verdaderos valores y no en las baratijas de mensajes que apreciamos en una televisión banal y frívola y unas redes que nada digno ofrecen a la ciudadanía.
No tengo fijación alguna con la educación, pero si observamos las conductas de las personas, nos damos cuenta que, necesariamente hay que reforzar los valores con los que hemos crecido. Debemos fortalecer el respeto, el hablar con la calidad de la verdad, debemos conocer y rechazar lo que es mentir, lo que es odiar, lo que es chismear y esa pobreza mental que impide el correcto pensar de todos los ciudadanos, desde niños hasta adultos.
Simón Rodríguez, Maestro del Libertador, en Luces y Virtudes Sociales, escribió que “Los hombres debe prepararse al goce de la ciudadanía con cuatro especies de conocimiento, por consiguiente han de recibir cuatro especies de instrucción en su primera y segunda edad: instrucción social, para hacer una nación prudente; corporal para hacerla fuerte; técnica para hacerla experta; científica para hacerla pensadora. Con estos conocimientos prueba el hombre que es animal racional; sin ellos, es un animal diferente de los demás seres vivientes solo por la superioridad de su instinto”.
Esas cuatro especies de instrucción deben recibirla todos los venezolanos sin distinción y en profundidad, pero no cabe duda de que debemos profundizar en las personas con esa instrucción social, la cual los conducirá, sin duda alguna a ser mejores ciudadanos.
Lo que ha ocurrido luego del proceso de las elecciones donde el Presidente Nicolás Maduro ganó las elecciones, pone de manifiesto un gran fracaso de la sociedad venezolana. No es cargable a la revolución bolivariana pues viene de mucho mas atrás, pero si debe ser intervenible por este proceso bolivariano y socialista.
Ello nos dice que la educación debe ser revisada y profundizar en un cambio que no solo afecte al individuo, sino a todo el grupo familiar. Quienes estudian este problema, saben que es así, pero realmente no sabemos porque no mejoramos en todo el proceso educativo.
El profesor Bartolo Hernández, Hochiminh, es de los que reitera, por su parte, que debemos insistir en una “política de formación de ciudadanos para la construcción de una nueva sociedad”, con lo que impediríamos que “los enemigos de la Patria trabajaran el concepto de la desesperanza y su llamado al fracaso del socialismo”.
Insiste el docente que hay que profundizar en la formación para la construcción de la nueva sociedad bolivariana, con lo que evitaríamos que las verdades sean enmascaradas y no decir las verdaderas causas que dificultan la satisfacción de las necesidades de la gran mayoría de este pueblo. Identificado con esa idea, no queda duda alguna de que urge profundizar en esta tarea de formación para la construcción de una nueva sociedad.
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