Sociedades Americanas en 1828

La juventud americana necesita abrir los ojos sobre su situación, y los niños tienen que aprender a leer. Los jóvenes que han de reemplazar a los padres de hoy, deben pensar y escribir mejor que sus abuelos, si quieren que en América haya patria y lengua. Esto no lo conseguirán con escrúpulos, ni con burlas, ni con puntitos de erudición.
Simón Rodríguez, en Sociedades Americanas en 1828



miércoles, 15 de noviembre de 2017

El Libertador dio sentido global a la lucha por la independencia




                Refiere el insigne Miguel Acosta Saignes, que con su salida de Jamaica, Bolívar dio inicio a la etapa de madurez en la empresa de libertar a Venezuela que se había propuesto. 


En "Bolívar, Acción y utopía del hombre de las dificultades", escrito por el reconocido Miguel Acosta Saignes, hombre de amplísimos conocimientos que le permitieron ser periodista, ensayista, antropólogo, historiador y educador  y notable investigador y escritor sobre la identidad del venezolano, encontramos un caudal de información que permite que los lectores puedan ampliar aún más sus conocimientos sobre el Libertador y la independencia.
Habla el antropólogo, en el capítulo VI titulado "La acción colectiva", que desde que Bolívar salió de Jamaica, allí se dio inicio a la etapa de madurez en la empresa que se propuso de libertar a Venezuela y esa nueva fase, de acuerdo a su punto de vista, comprende el decreto de libertad de los esclavos, la instalación del Congreso de Angostura, la victoria en Boyacá y obtener la libertad de Venezuela en Carabobo.
Nos dice, además, que Augusto Mijares, el también historiador y educador, en su libro El Libertador, indica que de 1815 a 1818, los triunfos republicanos que se dieron ninguno fue obra de Bolívar, por el contrario, tuvo sus fracasos en Ocumare de la Costa, Clarines y en La Puerta, perdió sus ejércitos y casi pierde la vida. Y en lo que asienta Mijares, hace referencia a que el general Juan Bautista Arismendi  liberó a la isla de Margarita en 1815 y 1816 siendo consolidada por el general Francisco Esteban Gómez, quien derrotó al español Morillo en 1817, mientras Monagas, Zaraza y Cedeño controlaban los llanos orientales, Piar y Mac Gregor vencían a Morales en la batalla de El Juncal, Piar también ganaba en San Félix en 1817 y Páez surgía con su liderazgo en los llanos, para entonces no conocido por Bolívar ni quienes hacían la guerra en Oriente y Guayana.  
Redondea el asunto Acosta Saignes para explicarnos que el cuadro explicado por Mijares venía a decir que ese era la especie de resumen de lo que ocurría entre 1815 y 1818, lo cual fue prolongado por Bolívar hasta 1821. Lo interesante del asunto es que el antropólogo, periodista e historiador Acosta Saignes escribió, textualmente que El papel del Libertador  fue el de correlacionar  los esfuerzos, dar un sentido político global a la lucha, establecer  los fundamentos de la República ante el mundo, en Angostura, trazar la estrategia de las batallas decisivas, Boyacá y Carabobo, así como delinear  después  los grandes planes que a través  de importantes combates culminaron  con la libertad de América en Ayacucho.

El alma que abrió camino a las victorias 
Y luego añade:
"En definitiva -escribió Mijares- todos señalarían a Bolívar como el alma de esa transformación que abrió camino a las victorias subsiguientes".
Y sigue nuestro principal reseñado, Bolívar, en nombre y para provecho de su clase, unió los resultados parciales de las batallas, hizo el plan de las principales, porque no se trataba en ellas solamente de grandes hechos militares, sino de grandes realizaciones por la libertad en forma bélica. Si con El Juncal  se aseguró la posesión de la provincia de Barcelona y con San Félix la de Guayana, así como con el triunfo de Mucuritas la posesión de gran parte del Llano por Páez, Boyacá fue el triunfo estratégico para cuidar las espaldas del territorio venezolano liberado, el debilitamiento de los logros de Morillo en la Nueva Granada y la apertura de un camino hacia el sur, donde concluiría  el dominio de los colonialistas. Carabobo fue el resultado de una estrategia a largo plazo, con la unificación de todas las fuerzas militares y políticas, culminación del esfuerzo por la unidad que Bolívar  había señalado, como factor  indispensable para triunfar, en la Carta de Jamaica, ilustremos algunas de las fases del proceso (112,Mijares1964:296.)   

BOLÍVAR, Acción y utopía
del hombre de las dificultades
ACOSTA SAIGNES, Miguel
Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información
Servicio Autonomo Imprenta Nacional y Gaceta Oficial
Febrero 2011
Caracas-Venezuela

domingo, 3 de septiembre de 2017

SIGLOS DESPUÉS, VIVE EL SUEÑO MIRANDINO DE LA PATRIA GRANDE



                           “…, la revolución venezolana no es más que la  continuación de la obra de Miranda y Bolívar por medios modernos”.
                                                                  Alí Gómez García
Cada vez que leemos sobre esa figura mundial de Francisco de Miranda, conocemos aspectos, detalles de un hombre como él, que tuvo una talla realmente increíble, no descrita con la sencillez banal como lo han presentado en el pasado a venezolanos y latinoamericanos: 
¡Sí, el Generalísimo Francisco de Miranda! ¡Su nombre está en el Arco de Triunfo de París!
Pero es que Francisco de Miranda es más que otro de los generales de las guerras que hacía Napoleón Bonaparte. Este soldado universal, de antecedentes  y sangre canaria, hoy día, siglos después, sigue siendo un sueño sobre la patria grande, que, con Simón Bolívar, ha perdurado en los americanos de este continente del sur.
Mariano Picón Salas, literato andino de variada pluma, en su libro Miranda, que cumplió más de 70 años, nos comenta que La tosquedad de modales, su ignorancia y falta de cortesanía era lo que los patricios criollos satirizaban, por sobre toda otra cosa, en los inmigrantes canarios; y si hay algo en que se esmera  Miranda es en adquirir junto con su cultura en arte, ciencia militar y política, el más pulido cortesanismo de una época que gustaba de la conversación, las fiestas y besamanos. Por su apostura física  y elegancia viril lo compara cierta admiradora francesa en 1802 a un busto de Escipión en mármol de Paros que se desenterró de los escombros de Chantilly. Y a través de sus viajes europeos –en la Rusia de Catalina, en la Suecia de Gustavo III, en el Potsdam de Federico o en los clubes londinenses- deja la leyenda de un como atrayente y sapientísimo marqués de una lejana provincia española, rebelado contra su rey, pero que tiene el don de convencer y hacerse amigo en tres o cuatro idiomas modernos y que puede hablar con soltura desde el tema más serio hasta el más libertino.  
Pero ese Miranda, como escribió el fallecido Alí Gómez García, quien no solo fue guerrillero militante  de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional ,FALN, sino poeta y escritor, “…asumió la dirección de la Sociedad Patriótica de Agricultura y Economía, imprimiéndole un giro hacia la discusión de problemas políticos e ideológicos. Esta sociedad se fue convirtiendo en un club político abierto también a los mestizos y capas humildes de la población”. 
Esa ocasión fue tan importante para Francisco de Miranda por sus prédicas republicanas y democráticas así como su inclinación por la independencia absoluta, tanto así que, quienes lo criticaban consideraban que la Sociedad Patriótica  era una logia masónica, un club jacobino, según Alí Gómez.
Quizá algunos lectores inclinados hacia la historia pudieran pensar que Francisco de Miranda fue un gran soldado, un hombre curtido simplemente en conspiraciones y en las guerras de la vieja Europa, pero hay que tener bastante claro, que fue un pensador, un hombre con una visión de patria, solidario con sus ideas de convertir al continente donde había nacido en una patria grande.
Nos dijo Alí Gómez García en su libro Francisco de Miranda, Peregrino de la Libertad que, en las discusiones sobre el modelo de Constitución para Venezuela, privaban las tesis de quienes se identificaban por un Estado fuerte como Francisco de Miranda, Simón Bolívar y el fogoso Antonio Muñoz Tébar y otros que pensaban que el país debería ser un modelo similar al federalista de Estados Unidos. Miranda, en ese sentido, escribió su opinión al firmar la Constitución, y donde muestra su visión de lo que ocurría entonces:
“Considerando que en la presente Constitución los poderes no se hallan en justo equilibrio, ni la estructura u organización general es suficientemente sencilla y clara para que pueda ser permanente, que por otra parte no está ajustada con la población, usos y costumbres de estos países, de que puede resultar que en lugar de reunirnos en una masa general o cuerpo, nos divida y separe en perjuicio de la seguridad común y de nuestra independencia. Pongo estos reparos en cumplimiento de mi deber”.    
La agitada vida de Sebastián Francisco de Miranda por Estados Unidos, España, Inglaterra, Francia, Bélgica, Holanda, Rusia, etc., junto a la participación en diversas batallas así como sus observaciones, variadas tertulias y sus  amplias lecturas y entrevistas con personalidades políticas de alto nivel, le concedieron una imagen, si se quiere, bastante contradictoria para quienes han escrito acerca de su vida.
El fallecido Alí Gómez García escribió que “Los ingleses llamaron al Precursor notablehispanoamericano, hombre de ideas excelsas y hondos conocimientos, erudito y con gran experiencia de la vida, mártir de la Inquisición española”, mientras los rusos zaristas lo calificaban como “exótico huésped, hombre de extraordinaria personalidad e inteligencia, de carácter honrado y noble. Eso hasta que se enroló con los revolucionarios franceses, porque de ahí se convirtió en un hombre capaz de desempeñar un papel tan estúpido”.
En el partido de la Gironda –sigue Gómez García- se le tuvo por caudillo filósofo, hombre de sabio patriotismo y apasionado celo en el cumplimiento de su deber, abogado de la revolución, ciudadano ejemplar, jefe militar de talento y revolucionario honrado.
Pero los jacobinos lo veían de otra manera y contra él lanzaron una variedad de calificativos que lo desvirtuaban, tales como aventurero y espía, enemigo del pueblo o cómplice de Dumouriez (Carlos Francisco), agente de los Estados Unidos e inepto. Napoleón al conocerlo dijo que Es un Don Quijote, con la única diferencia de que no está loco. 
El Generalísimo Miranda tampoco se escapó de las lenguas españolas, quienes lo llamaron “mulato, encausado, mercader, aventurero indigno, contrabandista, traidor a la patria, prófugo, peligrosísimo enemigo de España, facineroso, librepensador de cuidado, impostor y sinvergüenza, traidor condenado por delitos políticos, hombre peligroso para su monarca, oveja descarriada, terrible y peligroso, judas, capitán de terrorífica banda de piratas, matones y delincuentes, anticristo, demoníaco y protestante, apóstata, pirata inglés, delincuente de Estado, nuevo Belial (especie de hijo del infierno), monstruo insensato, extranjerizante, impío volteriano”.   
Sobre la personalidad y las actuaciones del más universal de los venezolanos y su detención final por parte de Monteverde, Alí Gómez García escribe que “…se puede decir que cada autor consultado tiene una versión diferente de este hecho doloroso que costó el que se tronchara la heroica carrera del Precursor, y que Bolívar, el Libertador, haya tenido que iniciar la suya mediante un pasaporte rogado a Monteverde”.
Para nosotros, –dice este autor- que de ninguna manera queremos oponer la trayectoria del Precursor a la de Bolívar, sino que, al contrario, las entendemos como complementarias, Miranda cayó en manos realistas como producto de la venganza del partido esclavista-terrateniente, que siempre estuvo dispuesto a pactar con España y nunca a seguir las peligrosas utopías mirandinas. 
Para no dejar nada afuera, este fallecido hombre de izquierda nos dice que, en la especie de conjura que se abatió sobre el Generalísimo, habrían intervenido “…personajes mantuanos que simbolizaban muy bien las actitudes  futuras del bloque aristocrático  venezolano. Manuel María de Las Casas, comandante del puerto de la Guaira luego de la prisión de Miranda se reintegró al partido realista; Miguel Peña, enemigo de Miranda a partir de que este expropiara a su padre cuando la sofocación de motín  monárquico de Valencia, posteriormente se quedaría en el bando patriota como uno de los enemigos políticos más acérrimos del Libertador ; y el propio Bolívar cuya obra futura no tendría nada que ver con la reconciliación con la madre patria, ni con la entrega de nuestro país a otro imperio, ni con la perpetuación  del régimen esclavista feudal.
Antes bien, sabemos que gastó el resto de su vida en desarrollar  y enriquecer al máximo el programa mirandino, síntesis a su vez de los ideales de quienes lo antecedieron, y aplicación tropical de lo más revolucionario de la época. 

lunes, 24 de julio de 2017

Bolívar, un héroe más vigente que nunca



Un inmenso y florido estandarte de emociones vertidas en palabras nos muestra el colega Freddy J.Melo, al escribir y fortalecer su "Bolívar en luz y sombra"  que dicen un mundo sobre el gigante de América, el caraqueño Libertador Simón Bolívar, hoy, en fecha aniversaria de su nacimiento, más vigente que nunca.




Bolívar en luz y sombra


I
Libertador, tu verbo,
vuelo de cóndor o águila,
electrizante, fundador, flamígero,
estremece el sistema nervioso de Abiayala,
las banderas y el viento se saludan,
el orbe asoma luz en tu mirada,
los ríos bajan cantando, el mar se esponja,
un coro de Amazonas, Orinocos y Platas
al compás de las cumbres de los Andes
anuncia la alegría de la batalla,
mil relinchos de potros y clarines y fuegos
tras Carabobos y Ayacuchos marchan,
un silencio sonoro musita voz de siglos,
el día dispara el alba,
la noche une los rayos a su danza de estrellas,
las manos se entrelazan,
un huracán de pueblos va horadando la historia
como con una carga de montañas,
clama justicia, amor, paz y respeto,
viene otra vez forjando patrias,
y todo eso, mi general libertador padre infinito,
porque volvió a caminar tu espada.

II
El niño no soporta los pájaros cantores
prisioneros en jaulas,
Hipólita lo mima y lo defiende,
el pecho empieza a empollar la llama,
que vuelen, vuelen, es su vida, es flecha
cada canción multicolor y alada,
como mi voz, como mi pensamiento,
como el fulgor en la ventana,
como tus ojos cuando me saludan
al despertar cada mañana.

Que me llevan a casa del tío,
también quieren cortarme la alas,
¿y qué haré para ir con el viento
a bajar una estrella o un águila
o a pedirle a mi padre un aliento,
un rumbo, una palabra?
Yo no como ese pan, no me trago
esa bebida amarga,
yo vine, así me siento,
para galopar en las sabanas,
para batirme con las olas,
para enlazar distancias,
para tramontar cordilleras,
para decir y hacer sin pausas,
para armar iris en las noches,
para entrarle a empellones al alba,
para herir en la tarde un crepúsculo,
para encender alarmas,
para enfrentarme a esta tiniebla
que me asfixia y atrapa
o pretende atraparme, lo juro,
ni punición, ni nada,
sol y luz son mi norte, mi vida
será una llamarada.

III
Pero antes de la luz fue mucha sombra,
cuánta sombra, camarada,
padre y madre en relámpago a lo oscuro,
todo el dolor se te enredó en la infancia
(paréntesis de siembra
el maestro de la voz sabia),
luego mar y ultramar tejieron
un zigzag de esperanza,
mas perdiste la muchacha amorosa
quedando casi exhausta el alma,
tornaste hacia el olvido y la locura,
te abrió París el embrujo de Francia
y para no perderte en el vacío,
otra vez la voz sabia.

IV
El Juramento desató huracanes
sobre las montañas de Italia
tras el hallazgo de un amor sin muerte
llamado Patria.

Raudo fuiste a trenzar el sueño,
volviste por Miranda,
y comenzó el incendio, y las candelas
hacia los horizontes cantaban
llevando la canción de los patricios
cuyos timbres aún decían España.


Y caías bajo el rayo enemigo
y te levantabas,
nada podía vencerte,
pero tampoco tú coronabas,
hasta que convocaste al duro pueblo,
mestizas las espadas,
lanzas en manos firmes y bocas
que rugían para no ser esclavas.

Apures y Orinocos siguieron
el rumbo que apuntabas
y dio Angostura el parto
o la alborada
en que vio luz bajo una sola insignia
una patria de patrias.

Boyacá y Carabobo la sellaron,       
tu designio era eternizarla.

Moral y luces dijiste
y siguen vivas tus palabras,
felicidad, seguridad, estabilidad, igualdad,
                        unidad, patriotismo, lucha, trabajo, constancia,
libertad, independencia, justicia proclamaste
y hacia allá se endereza la esperanza.

Para hacer de la Paz una fiesta
con las notas más claras del arpa,
con la impronta viril del centauro,
con las mozas que luchan y cantan,
con las manos que labran la tierra
y hacen humear las fábricas,
con la ronda de amor en la escuela,
la vida en trama solidaria,
los cuerpos y las mentes alígeros
y al alcance el doctor de confianza,
con el traje y el techo obligantes,
el pan de casa en casa
y la justicia al fin justicia amiga,
sonriente, compañera y ciudadana.

Y para que a los grandes rapaces
se les mellen las garras.


V
Y saliste a dar piso de roca
a la impar alborada,
aún flamean en el Sur y nos retan
las enseñas hispanas,
reaparecen las bravas milicias,
las vibrantes proclamas,
los sudores, los barros, las nieves,
los tambores, las armas,
los ijares nerviosos,
los ayes y las lágrimas,
las ofrendas de amor y de sangre,
las hazañas…
Y la voz que sacude y anima
y arde como una llama
eleva un resplandor de victoria
y no se puede perder la batalla.

Pero atrás en la sombra
la conjura trabaja,
la traición se abre paso reptando,
rasga la gloria y la palabra
y un naciente sin ley y sin freno
viene voraz a sustituir a España.

Y en nombre de la libertad nos plaga de miserias.

¡Libertador, vuelve a esgrimir tu espada!

VI
Los cirios y las caras sollozan,
la Muerte ronda y llama,
los árboles que afuera vigilan
le dicen “pasa,
obsérvalo y olvídalo,
jamás podrás con esa carga”.

Delirantes aplauden
manos desventuradas.

Y él se levanta y sale hacia las calles
y está de nuevo aquí junto a los pueblos
para hacer invencibles sus marchas.

Terminado en Caracas el 31/12/15,
revisión y versión definitiva el 24/4/17