Sociedades Americanas en 1828

La juventud americana necesita abrir los ojos sobre su situación, y los niños tienen que aprender a leer. Los jóvenes que han de reemplazar a los padres de hoy, deben pensar y escribir mejor que sus abuelos, si quieren que en América haya patria y lengua. Esto no lo conseguirán con escrúpulos, ni con burlas, ni con puntitos de erudición.
Simón Rodríguez, en Sociedades Americanas en 1828



domingo, 29 de marzo de 2020

El liderazgo en marcha




El Tiempo | Venezuela | Nicolás Maduro decretó Estado de Alarma ...


    

...siempre adelante, nunca á tras; tal era mi máxima y quizas á ella es que debo mis sucesos y lo que he hecho de extraordinario”.
(Diario de Bucaramanga/ 6 de mayo 1828/ Luis Perú de Lacroix)



Pedro Estacio

Ya en las anteriores entregas nos habíamos referido a la importancia de la conciencia, el compromiso y el pensar profundo o esa gran reflexión que debía alcanzar quien aspire a ser líder, así como esa gran identificación con los habitantes de su entorno geográfico, que también es identificado como pueblo, y hoy, específicamente en Venezuela, y no cabe la menor duda, se ha levantado una pléyade de líderes, encabezados por su actual presidente legítimo Nicolás Maduro, prácticamente legado espiritual y de conciencia del Comandante de la Revolución Bolivariana Hugo Chávez.

Esos líderes en formación, que siguen los pasos y las líneas del máximo líder de la nación y de la doctrina revolucionaria armada por el visionario e intérprete del bolivarianismo, Hugo Chávez, han salido a la calle en uno de los tiempos mas difíciles, terribles y apremiantes que ha vivido la humanidad que habita al planeta tierra.

El liderazgo ha iniciado su prueba, como la inició el Comandante Fidel Castro y su pléyade también de revolucionarios, para inundar la geografía de un mensaje cargado de soberanía, identidad, mucha voluntad, fuerza, respeto y amor solidario por la gente para enfrentar cualquier tipo de adversidad que apareciera en el camino hacia el bienestar.

¿Por donde empezar?

Y el ¿Por donde empezar? de Vladmir Lenin, interrogante relativa a la organización política como tal, es dirigida aquí hacia una realidad mucho mas compleja como es la sociedad, pero con una muleta muy importante proveniente de la solidaridad característica de las organizaciones y gobiernos que consideran al ser humano como el núcleo de su principio y oriente social.

Ya la adversidad tiene nombre y recorre el planeta dejando una estela nada agradable por su impacto. que se cuela por los intersticios de dos modelos políticos en los que se encuentra el planeta actual:

-La pandemia del coronavirus.

El “por donde empezar” fue iniciado en Venezuela al tomar las orientaciones vitales del seguimiento de los acontecimientos en la República Popular de China, específicamente en Wuhan, las direcciones de la Organización Mundial de la Salud, la puesta en acción de una cuarentena ignorada inicialmente en otras partes del mundo como Europa y en la misma América del Norte y América del Sur, la innovación en materia de diagnostico al coloca la herramienta socio-estadística venezolana de la web Patria al servicio de la emergencia médica y por supuesto, la ayuda solidaria de China, Cuba, Rusia e instituciones como la Organización de las Naciones Unidas, ONU.

Todo un accionar liderado por su autoridad legítima representada en Nicolás Maduro, su presidente Constitucional, quien al frente de Venezuela, una nación agredida, vilipendiada, sancionada y robada por los gestores del modelo capitalista mundial, se mantiene al frente y de pie en una enconada defensa de la nación bolivariana, de sus mujeres, niñas, niños, venerables ancianos, sus hombres mas jóvenes y los recursos que les otorgó la naturaleza para la vida de bienestar por la que lucharon sus próceres independentistas de la mano del Libertador Simón Bolívar.

Todo lo que acontece, lo que se haga en la tierra del Libertador Simón Bolívar, tiene su marca, es una tinta indeleble que llevan todos los nacidos en esa tierra de gracia y por la que actúan todos, en una conducta unísona que hasta el presente, batallan sin parangón alguno.