Sociedades Americanas en 1828

La juventud americana necesita abrir los ojos sobre su situación, y los niños tienen que aprender a leer. Los jóvenes que han de reemplazar a los padres de hoy, deben pensar y escribir mejor que sus abuelos, si quieren que en América haya patria y lengua. Esto no lo conseguirán con escrúpulos, ni con burlas, ni con puntitos de erudición.
Simón Rodríguez, en Sociedades Americanas en 1828



domingo, 8 de diciembre de 2019

Simón Bolívar, líder maestro



 
Nada sencillo el liderar a otros.
“Dignaos conceder a Venezuela un gobierno eminentemente popular, eminentemente justo, eminentemente moral, que encadene la opresión, la anarquía y la culpa. Un gobierno que haga reinar la inocencia, la humanidad y la paz. Un gobierno que haga triunfar, bajo el imperio de leyes inexorables, la igualdad y la libertad”.
El Libertador Simón Bolívar fue y es mucho más que un guerrero para venezolanos, latinoamericanos y el propio planeta; será siempre un Maestro para quienes aspiren ser líderes en Venezuela y otras naciones y seguir sus pasos es una tarea altamente complicada y porque aparte de sus cualidades tenía dentro de su ser espiritual una imagen del futuro que contados seres han tenido.
La visión del caraqueño, admirado por amigos y también por rivales, dota a los aspirantes y a los líderes actuales de este continente de sabios consejos políticos como esa idea que expresó en su discurso de Angostura del 15 de febrero de 1819 y con la que iniciamos este artículo.
Un gobierno como lo expuso el Libertador en Angostura, pudiera decirse, que se trata de algo ideal, de una perfección inimaginable y de una profunda sabiduría e indulgencia humana.  
No creo que exista otro planteamiento más honesto para quienes sueñen con ser líderes en su nación que poder luchar por un gobierno eminentemente popular, justo y moral, capaz de encadenar la opresión, la anarquía y la culpa, donde imperen la igualdad y la libertad y precisamente en esta época, en la que abundan supuestos líderes enfermos por alcanzar y arrebatarle a los pueblos no solo el dinero sino el poder político. 

Alguien que muestre compromiso 
 
¿Qué piensa un aspirante a líder al tener frente a si a miles de personas que esperan sus palabras? ¿Escuchar promesas vacías sin argumentos válidos? ¿Lugares comunes en su discurso?
¡Definitivamente no! Las personas o al menos los venezolanos quieren escuchar a alguien que muestre un verdadero compromiso, un sentimiento de solidaridad, de igualdad, de respeto, que hable con claridad, cuyas palabras estén vestidas con un manto de verdad.
El aspirante a líder, valga señalar, no puede ocultarse en la soledad de una oficina, esconderse en una montaña como tampoco depender exclusivamente de quienes  le asesoran. Debe, eso sí, trabajar en equipo y lograr que todos quienes le acompañan formen parte de los proyectos dirigidos hacia la población que lidera.
Los líderes o aspirantes a serlo deben sepultar la lisonja que siempre anda cerca de ellos; apartarse ligeramente del nepotismo, que todos sabemos es una preferencia por colocar a los familiares alrededor de sus actividades, asunto muy criticado y, de paso, hacen ver muy mal parados a dirigente.  Es interesante dejar claro acá, que el Libertador no fue muy dado a tener cerca a sus familiares y a incluirlos en el gobierno, el que estuvo más cerca fue su primo Diego Ibarra, su primer Edecán. Por cierto, llegó a ser general, pero no precisamente ascendido por Simón Bolívar, sino por el gobierno del Perú.   
Tampoco debe ser un individuo que avasalle a los demás, por el contrario, debe ser altamente equilibrado de manera que pueda emitir siempre un juicio equilibrado, prístino. 

Una persona desprendida

Pero además, ese juicio equilibrado debe tenerlo siempre presente para poder valorar a quienes están a su lado y que asoman sus pareceres como si se trataran de verdades absolutas. Es quizás este punto del juicio, junto con los momentos de reflexión, dos de los más controvertidos aspectos que enfrentan quienes asumen las conductas de líderes.
Un líder debe ser un hombre no solo equilibrado, sino desprendido del bien material y estar completamente casado, identificado con la idea de alcanzar siempre la meta que lo conduce en la ruta del poder político, como es perseguir y asir ese logro solidario como es  el bienestar colectivo.
Las personas quieren tener siempre un líder que los oriente, que se identifique con su sentir, que se preocupe por sus problemas, que tenga capacidad para entender los sentimientos que invaden a las personas, que muestre su devoción por la actividad  laboral, por el trabajo, que acuda a todos los lugares donde se encuentren las personas, estar cerca de los dirigidos. ¡Definitivamente no es fácil ser líder! 

Pedro Estacio

domingo, 1 de diciembre de 2019

El asunto es bíblico



Las posibilidades que tienen algunos sujetos, asunto que nada tiene que ver con la Derecha ni con la Izquierda, es que antes de que podamos hacer otras referencias, aparentemente son individuos que descubren  que hay un sendero, el de la mente y el espíritu, por el que pueden transitar y en el que no se necesita poseer una lógica muy complicada para convencer a muchas personas y valerse de ellas.
La verdad de las cosas no tiene lógica complicada.

Al menos es lo que uno puede pensar luego de leer lo que habría sido escrito por José Ospina-Valencia (periodista de la redacción española de la Deutsche  Welle)  quien refiere que algunos representantes de iglesias pentecostales asoman unas tendencias nada claras acerca del comportamiento en la sociedad moderna y pone como ejemplo a un pastor que rechaza el llamado a respetar los derechos humanos, otros expresan no aceptar el aborto, algunos nada quieren saber del matrimonio entre personas del mismo sexo, otros se hacen llamar cristianos y son más comerciantes que religiosos. Como caso específico nos referimos al caso de alguien que deja de ser costurera, crea una iglesia y termina constituyendo un imperio millonario y hasta descartan que “personas con discapacidades físicas puedan asumir la transmisión de la palabra de Dios”, asunto que es discriminatorio.   

Lo que uno logra pensar de todo esto -aceptando que forma parte del hecho cultural-, es ¿Cómo puede ser posible que alguien pueda interpretar lo que se dice es la palabra de Dios o Cristo y su accionar sea eminentemente económico, porque lo que se sigue diciendo de tales iglesias es que son algo así como una  mina de oro?

Y eso no es nada, porque, ¿Cómo puede alguien aseverar, lo que dicen papeles que datan de muchos siglos atrás y donde no aparece una sola persona que asuma la responsabilidad de haberlo escrito y mostrar una comprobación de lo que dice? Las mentiras de unos cuantos políticos interesados en hacerse con los recursos naturales de los latinoamericanos cuadran muy bien con las mentiras de unos cuantos sujetos que dicen ser adoradores de Dios y sentirse intérpretes de la biblia, pero a final de cuentas, los unos y los otros lo que hace es amasar grandes fortunas y negocios de todo tipo, mientras unos cuantos tontos siguen entregando dinero a las iglesias y creen que pagan así sus malas conductas de conciencia y espíritu.     

En realidad la única lógica que se le consigue a todo -como dicen los expertos- es que hay una especie de camino recorrido por la mayor de las iglesias, la Católica, de la cual se dice que tiene una larguísima  historia de conspiraciones, abusos, negociados, usurpaciones, manejos sexuales y políticos y otras ilegalidades, que nada tiene de extraño la existencia de montañas de centros eclesiástico que comienzan a operar en galpones, garajes y desvencijadas instalaciones y hasta se consiguen dos y tres en la misma cuadra o bloc.

Las experiencias parecen repetirse y si bien sirven para la broma, para otros tiene sentido eso de aprenderse de memoria textos bíblicos y repetirlos a la saciedad una y otra vez, hasta convencer a terceros de que se es un maestro espiritual interprete de la palabra divina, con lo cual se da un gigantesco paso para convertirse en asistente de algún pastor de una de esas iglesias y de allí a ser la voz oficial y creador de una iglesia, el camino estaría prácticamente hecho al dinero. El Metro de Caracas, parece aula para chacharear sandeces por parte de esos sujetos que suelen marear a los viajeros matutinos. 
Creo que todos los ciudadanos de todos los países deben comenzar a invadir las redes escribiendo sus propios testimonios acerca de sus vidas y de las cosas que los rodean, porque hay mucha gente mintiendo y mucho sobre el destino de las sociedades y las naciones. Como dijo el fallecido líder cubano Fidel Castro en el Palacio de Convenciones de La Habana, el 14 de febrero de 2003, durante la clausura del Quinto Encuentro  Internacional de Economistas sobre Globalización y Problemas del Desarrollo:
     ¡Ha llegado la hora de que la humanidad comience a escribir su propia historia.   

Pedro Estacio