Sociedades Americanas en 1828

La juventud americana necesita abrir los ojos sobre su situación, y los niños tienen que aprender a leer. Los jóvenes que han de reemplazar a los padres de hoy, deben pensar y escribir mejor que sus abuelos, si quieren que en América haya patria y lengua. Esto no lo conseguirán con escrúpulos, ni con burlas, ni con puntitos de erudición.
Simón Rodríguez, en Sociedades Americanas en 1828



viernes, 27 de marzo de 2015

ASÍ ACTÚA EL IMPERIALISMO (1)




Imperialismo y dependencia es el título del libro del brasileño Theotonio dos Santos reimpreso por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura en julio de 2011, en los talleres de Editorial Arte de Venezuela, aunque como ya se sabe, fue publicado por primera vez en 1978, en México y también es conocido como uno de los clásicos de las ciencias sociales latinoamericanas. Es un texto de una gran resonancia y que ha estado siempre revisado y actualizado.
Yendo al tema con el cual es titulado este libro, apreciamos que Theotonio dos Santos define lo que entiende como imperialismo al señalar que se trata de “...una nueva etapa del capitalismo iniciada después de la Segunda Guerra Mundial, que se caracteriza por una alta integración del sistema capitalista mundial fundada en el amplio desarrollo de la concentración, conglomeración, centralización e internacionalización del gran capital monopólico, que se cristaliza en las corporaciones multinacionales, células de ese proceso, y en el aumento y profundización del vínculo entre el monopolio y el estado”.

La imposición hegemónica de EE.UU

En el plano internacional -afirma el sociólogo-, este sistema se resume en la imposición hegemónica de Estados Unidos, de su moneda nacional, de su ayuda económica, de sus fuerzas militares, en los acuerdos monetarios de Bretton Woods y sus aspectos institucionales (el Fondo Monetario Internacional, FMI, y el Banco Mundial, BM), en la aplicación del Plan Marshall, del Punto IV de la Alianza para el Progreso y otros planes de “ayuda” impulsados por el Eximbank; en los tratados militares de Río de Janeiro, de la Alianza Atlántica, del Sudeste Asiático y en todo un sistema de relaciones militares que permitieron a las tropas norteamericanas, formar una red internacional de ocupación disfrazada de los territorios de casi todos los países capitalistas”.
Añade el conocido y leído autor que “Ideológicamente este sistema se justifica como la expresión del mundo libre, que se opone a la tiranía comunista, base de la guerra fría promovida por el capitalismo en contra del socialismo, tesis aún subyacentes en la etapa llamada de distensión”.

La red de ocupación disfrazada

El párrafo anterior ilustra, hasta los que carecen de visión, de cómo vienen actuando las corporaciones transnacionales en el mundo y que han tenido -desde la Segunda Guerra mundial hasta nuestros días- y siempre en plan hegemónico a un país como Estados Unidos. La red de ocupación disfrazada está vivita y coleando. Presentes están en este nuevo siglo, los intentos de golpe en Venezuela, los intentos de desestabilización en Bolivia, Ecuador, el zarpazo anticonstitucional en Honduras, las nuevas agresiones contra la cuna del Libertador Simón Bolívar, lo que hace el actor inglés en Las Malvinas, el intento desestabilizador en Brasil y el anuncio de envío de tropas a Perú, sin contar todas las bases militares que posee EE.UU en nuestro continente suramericano.

¿Qué vamos a pensar los latinoamericanos? ¿Que están haciendo turismo militar en esta parte del mundo? Habría que ser bien cabeza hueca para creerlo.

El capitalismo hacia su período de desintegración

Volvemos con el texto escrito por el profesor Theotonio dos Santos, quien nos comenta que, “Para comprender la etapa actual del imperialismo tenemos que partir del estudio de las contradicciones que encierra esta integración capitalista. Y que lo llevan necesariamente a un período de desintegración. Lo específico del momento actual es que este proceso de desintegración se da en el contexto de una realidad internacional en la cual el capitalismo se ve enfrentado no solo a una contradicción de clase interna, sino a un campo socialista dinámico que presenta una potencia similar a la suya”.
Pero Theotonio dos Santos nos dice que pese a lo anterior, es decir, a la crisis y sus contradicciones el imperialismo no cambia por esta realidad internacional, aunque lo que cambia son sus “...formas, efectos y resultados. La existencia de un fuerte campo socialista limita la capacidad de acción económica, política y represión del imperialismo, crea condiciones favorables, en muchos casos, a la capacidad de autodeterminación de los países independientes y facilita su rápido tránsito al socialismo apoyándose en la base material dada por el campo socialista, en el desarrollo científico no monopolizado por el capital y en la ciencia social marxista”.
Al leer lo escrito por este magister en Ciencias Políticas de la Universidad de Brasilia no se requiere un curso especial para entender de qué manera se mueve el capital imperial y porque los acechos militares de Estados Unidos a las naciones poseedoras de grandes recursos naturales.
El caso venezolano -a juicio nuestro- está totalmente encuadrado en la mira del gran capital y por ende, del imperio; escribimos de un país que apuesta a su autodeterminación, a su soberanía y a la escogencia de un modelo de vida completamente diferente, que le permita no solo administrar sus propios recursos sino de llevar bienestar a sus habitantes. Una nación que rechaza totalmente al imperialismo, que no comulga con la obsesión por la perversa explotación capitalista.
El experto brasileño considera que el imperialismo “...no logra resolver la contradicción entre la base nacional de su expansión (existencia de un mercado y un Estado nacionales fuertes en que se apoya tecnológica, económica, financiera, política y militarmente para realizar la expansión internacional del capital) y su creciente internalización (que supone libre movimiento de capitales, de mercancías y de recursos financieros). Esta contradicción se manifiesta en un aumento del carácter desigual y combinado del desarrollo capitalista que estimula el parasitismo del centro dominante y dinamiza otros polos de crecimiento (Europa y Japón) lo que, a largo plazo, lleva al enfrentamiento sea entre bloques de países, sea en las zonas periféricas, de los intereses nacionales imperialistas”.

Párrafo de seguidas, Theotonio dos Santos dice que tal situación no conduce “...a un mayor desarrollo económico de las zonas periféricas y dependientes, las cuales son, para el capital internacional, una base para la extracción de ganancias elevadas, para la colocación de sus productos a precios altos y para la obtención de materias primas y de productos agrícolas a bajos precios. Aumentan así las contradicciones entre los intereses que pugnan por el crecimiento económico del mundo dependiente y los intereses dominantes de los centros imperialistas, y se facilita el desarrollo de las tendencias revolucionarias que ven solamente en el paso al socialismo el camino capaz de asegurar el desarrollo y romper la dominación imperialista y las estructuras dependientes, que mantienen la situación de explotación y miseria.   

IMPERIALISMO Y DEPENDENCIA
DOS SANTOS, Theotonio
Fundación Biblioteca Ayacucho
Reimpresión Julio de 2011
Ministerio del Poder Popular para la Cultura




     

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