Sociedades Americanas en 1828

La juventud americana necesita abrir los ojos sobre su situación, y los niños tienen que aprender a leer. Los jóvenes que han de reemplazar a los padres de hoy, deben pensar y escribir mejor que sus abuelos, si quieren que en América haya patria y lengua. Esto no lo conseguirán con escrúpulos, ni con burlas, ni con puntitos de erudición.
Simón Rodríguez, en Sociedades Americanas en 1828



domingo, 17 de mayo de 2020

¿Por qué se es líder?


Creo que por la mente de esas personas que se convirtieron en líderes debió haber transitado esa interrogante que Eduardo Galeano escribió en Las venas abiertas de América Latina, por allá por los años sesenta, cuando al abordar el problema de la pobreza escribió:

¿Tenemos todo prohibido, salvo cruzarnos de brazos?

Y realmente digo que un líder tiene que ser de esa manera. No puede depender de lo que le digan quienes le acompañan, por el contrario, debe sentirse pinchado en el alma por aquello que vean sus ojos y reaccionar en consecuencia.

Me hace acordar cuando el Comandante Hugo Chávez, en su transitar por una vía, se detuvo y se acercó pequeño perro que presuntamente fue atropellado y tenía una pata rota, fracturada, quizá por un vehículo. En esa ocasión, el líder llanero conmocionó a sus seguidores y el mismo dijo que no se puede ser tan indiferente frente a una realidad como esa. El animal fue recogido y sometido a tratamiento.

Un líder lo es, simplemente, porque viene siendo desde pequeño, un ser que nunca se quedó con los brazos cruzados frente a los acontecimientos que le tocó presenciar y que quizá fue objeto de sanciones por parte de sus mayores, por “meterse donde no le llamaban”, por ser siempre un ser curioso. El líder no puede considerarse una pared, un muro, pues de modo permanente es impactado por todo lo que acontece a su alrededor.

Lo anterior no significa contar con un hombre que no tenga tiempo para lidiar con el arte, la literatura, el esparcimiento y viva siempre sumergido en la vorágine de los duros problemas que puedan afectar a una sociedad. El líder es un hombre lleno de mucha comprensión, capaz de conducirse con equilibrio e inteligencia ante un sabio como sencillamente amoroso ante un niño que apenas comienza a hablar.

Pero el líder, también debe ser muy estricto y ser muy claro al hablar, de modo que sus seguidores puedan entender e interpretar con claridad a quien los dirige. Cito acá una carta del Libertador Simón Bolívar, del 25 de mayo de 1826, dirigida a su sobrino Anacleto Clemente Bolívar, hijo de su hermana María Antonia Bolívar, a quien amonesta y en la misma se mantiene muy firme en su llamado de atención:

Anacleto: Cansado ya de oír las quejas de tu madre y de su familia, voy a hablarte por la última vez aprovechando la ocasión de mi edecán O’Leary que te llevará esta carta ; te dirá de viva voz cuán disgustado estoy por tu mala conducta y te intimidará la orden de que inmediatamente te vayas para Venezuela a estar al lado de tu familia, sino a cuidarla, al menos a no desacreditarla como lo has estado haciendo en Bogotá. Te lo digo por la última vez, Anacleto:si no te vas inmediatamente de Bogotá; sino abandonas ese maldito vicio del juego, te desheredo para siempre; te abandono a ti mismo.

Los líderes o aspirantes a serlo, deben mantener una conducta, si se quiere, muy rígida, que no den lugar a críticas bien merecidas por conductas no ejemplarizantes. El líder debe tener un curso de vida, si se quiere intachable, que no de lugar a la controversia y tampoco debe convertirse en lo que algunos suelen denominar como el adorno del pastel o el invitado indiscutible de fiesta.

Se es líder porque la presencia del dirigente se corresponde con la necesidad de desarrollo y transformación de los mas variados sectores de una sociedad como la educación, el arte, lo militar, la investigación científica y social, la producción, la invención, el arte, la literatura, la medicina y la ingeniería de un conglomerado.

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