Sociedades Americanas en 1828

La juventud americana necesita abrir los ojos sobre su situación, y los niños tienen que aprender a leer. Los jóvenes que han de reemplazar a los padres de hoy, deben pensar y escribir mejor que sus abuelos, si quieren que en América haya patria y lengua. Esto no lo conseguirán con escrúpulos, ni con burlas, ni con puntitos de erudición.
Simón Rodríguez, en Sociedades Americanas en 1828



jueves, 28 de mayo de 2020

Venezuela: En la batalla por el desarrollo




 

  
 Pedro Estacio


La revolución bolivariana y socialista de Venezuela, independientemente de enfrentar la guerra imperialista desatada por el gobierno corporativo de Estados Unidos Unidos y a la vez batallar con una gran disciplina médica y una conciencia social altamente desarrollada contra la pandemia del coronavirus, libra de igual modo y con valentía, otras importantes luchas.

Y una de esas luchas, quizá la mas determinante, ahora y para la pospandemia, es la de ir creando sin pausas pero sin prisa y con una muy vasta diversidad, la gran revolución bolivariana agropecuaria en este continente, tan gigante que permita ampliar su radio y diseminar su acción a los cuatro puntos cardinales.

¿Ello qué significa?

Digamos antes, que el uso, la producción de la tierra en nuestra geografía, tiene un fuerte antecedente histórico y legal que el Libertador Simón Bolívar dejó muy claro en un decreto del 20 de mayo de 1820, que fue emitido en la ciudad Rosario de Cúcuta.

Según escriben Carlos Edsel González y Mario Concha Vergara en Simón Bolívar: pensamiento económico y constitución del poder moral En el plano económico , Bolívar consideraba de mucha importancia la tenencia de la tierra. Se puede decir que estableció con rango real la primera reforma agraria de América y de mundo”.

Una historia que hoy tiene vida

Añaden Edsel y Concha que “El Libertador poseía un gran sentido social, y a la vez consideraba que el campo en manos de sus dueños naturales podría ser mucho más productivo, y que además, como creía en la necesidad de preservar los recursos naturales, en especial árboles, es que decide corregir los abusos introducidos en Cundinamarca, devolviendo la tierra a los aborígenes, quienes pasaban a ser los verdaderos propietarios de acuerdo, con las leyes republicanas.

Simón Bolívar, Doctrina del Libertador, publicación de la Biblioteca Ayacucho, que publica el contenido de decreto de Bolívar, nos permite transcribir el Art. 3 del citado decreto el cual dice que “Integrados los resguardos en lo que se les haya usurpado, los jueces políticos repartirán a cada familia tanta extensión de terreno cuanto cómodamente pueda cultivar cada una, teniendo presente el número de personas de que conste la familia y la extensión total de los resguardos”.

Diecisiete artículos tiene el citado decreto y, como refieren Edsel y Concha “Este decreto agrario era tan perfecto que prohibía a las familias poseedoras de tales tierras arrendarlas sin el conocimiento de un juez, con el fin de evitar los abusos de los terrófagos, y evitar así, también, la emigración campesina a los centros poblados. Y si los indígenas lograba arrendar un lote de tierra, una parte debía ser considerada para pago de tributos”.

Tal era el interés del caraqueño por la agricultura, que emite un nuevo decreto al día siguiente, es decir, el 21 de mayo de 1820, destinado a crear en cada una de las capitales de la provincia de entonces, una denominada Junta Provincial de Comercio cuyo objetivo era el de “promover la agricultura en todas sus ramas y procurar el aumento y mejoras de la cría de ganado caballar, vacuno y lanar”.

Bolívar promovía la educación científica y la exportación

Un detalle interesante en en torno a esa vida tan activa, visionaria y creadora que tenía Simón Bolívar, nos muestran los autores Edsel y Concha en su libro, al escribir el interés que tenía el Libertador no solo por la masificación de la educación, sino por el “énfasis en la educación científica pues veía que el estancamiento económico nacía, precisamente, en el atraso científico-técnico, que hacía a nuestras naciones sumamente dependientes de Europa, creándose así un verdadero talón de Aquiles para el desarrollo económico”.

Pero hay mas en ese otro decreto del Libertador del 21 de mayo de 1820, ya que en el mismo era planteada una novedad para aquel tiempo, como lo era que los propietarios motivaran a que fuesen cultivados productos de exportación agrícola como café, cacao, algodón, añil y granos. Simón Bolívar entendía que a través de la exportación podía financiar los gastos o deudas de la guerra y con los excedentes motorizar profundas transformaciones.

También nos indican los escritores que en el decreto era auspiciado el fomento de la industria al otorgar premios a quienes inventaran cualquier arte que las ayudara. “Esta idea es, sin duda, un adelanto a la teoría de la organización moderna y un paso anterior al taylorismo y al leninismo en materia de incentivos y de emulación laboral en las modernas fábricas de la era industrial ya fallecientes. Esta idea de Bolívar es sumamente revolucionaria y la historia no le ha dado la preponderancia que le corresponde, pues el aumento dela productividad en las sociedades mas avanzadas se basaría, precisamente, mas tarde, en este concepto bolivariano de premiación y emulación de los trabajadores de la producción. Henry Ford (1863-1947) y Federico Winslow Taylor (1856-1915) asumirían sin rubor estas revolucionarias teorías bolivarianas, que aquí en América, debido la ceguera de la dirigencia pasaron desapercibidas”. 
 
En ruta hacia la transformación

Prácticamente, en el Segundo Plan socialista de desarrollo económico y social de la Patria, está bastante bien definido, el camino de la Venezuela pospandemia y es que en el mismo está marcado como un objetivo nacional el sector agrícola y pecuario en su gran magnitud.

Como dirían algunos venezolanos, “ahí no hay pele”, porque es precisamente en ese campo tan potencial que tiene la nación bolivariana, bañada por cientos de ríos increíbles, como el Orinoco, el Apure, el Meta, Uribante, Chama, Portuguesa, Arauca, Tocuyo, el Limón y muchos mas, donde la nación está completamente apropiada a la producción agrícola y pecuaria, la cual, con sus derivaciones estructurales, forma parte del desarrollo de Venezuela y que, para 2021 en adelante toda su producción alimenticia nada tendrá que ver con la importación.

Con las agresiones recibidas, Venezuela experimenta hoy día un alto crecimiento de su conciencia ciudadana y una potencial e inclinada conducta hacia la creación de todo cuanta producción sea posible generar en su propio patio, de todo lo que debió importar en el pasado. El cambio hacia la transformación ya está dado en la tierra de Simón Bolívar, cuya revolución auspician y dirigen y participan todos los ciudadanos, siguiendo como nunca el legado de sus libertadores y forjadores. 

SIMÓN BOLÍVAR:
pensamiento económico
y constitución del poder
moral

EDSEL GONZÁLEZ Carlos
CONCHA VERGARA Mario H. 
 
Colección Alfredo Maneiro
Fundación Editorial El perro y rana 2012

DOCTRINA DEL LIBERTADOR
BIBLIOTECA AYACUCHO
COLECCIÓN CLÁSICA 2009

 

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