Debemos ser poderosamente creativos

Pedro Estacio

Realmente es muy cierto que tenemos una gran parranda de ignorantes y, muy lamentablemente, lo vemos en nuestras calles y me da pena pensar que ocurre en gran parte de Latinoamérica y en particular en los jóvenes.

Es bueno recordar que cuando hablo de ignorantes me refiero al desconocimiento que se tiene de infinidad de hechos, realidades que suelen existir o presentarse. Por fortuna, tenemos miles de jóvenes que andan siendo educados en el camino de la ciencia y la tecnología y cambiarán las cosas.

Una de esas realidades altamente terribles es la referente al uso de los celulares que hasta los gatos y perros suelen manejar, por decir una barbaridad pero que refleja como estamos viendo a esos teléfonos móviles.

Un poco antes del mediodía de un lunes, tomo el Metro de Caracas y me sorprendí luego de sentarme, al ver que casi frente a mi un señor tenía un libro en las manos. Ignoro qué leía, pero también tenía un celular que tomó y dejó a un lado el libro. No era el único que tenía un cel pues habían como unas seis personas que estaban tecleando o viendo algo.

¿Pero en realidad para qué ese aparato está siendo utilizado como si fuese aire para respirar? Y aquí es donde está lo terrible de esos aparatos: Están funcionando para jugar, otros para ver algunas películas, mas allá algunos se encargan de apreciar un video musical, otros ríen por los chistes que le envía un vecino, las mujeres lo utilizan mucho para contar cosas.

Casi nadie lee un material que le aporte conocimiento, que le ayude en su vida diaria o en su formación. Nada que ver, porque quien requiere formarse o ayudarse con un documento, por lo general utiliza el computador de su casa o de la oficina.

El celular es lo que puede ser denominado un transeunte callejero pero que nada importante aporta a quien lo usa, salvo si se trata de una emergencia que nadie quiere saber de ello. De hecho, el teléfono móvil no sustituye al teléfono de casa y aún dentro del hogar es mas utilizado que el otro. Lo cierto de todo es que, por lo general, hay dos facturas de dinero que hay que apartar cada fin de mes.

Un asunto nocivo que hay que liberar de los celulares son los benditos mensajes ,donde muchas personas, ignorantes al fin, caen como “pajaritos enredados”, porque van y se registran en cualquier red para ver el mensajito tonto o chiste, quizá chisme, que le envía un vecino, amigo, compañero de trabajo, de partido político o de estudios.

Pese a que contamos con buena cantidad de profesionales en telefonía, electrónica, sistemas, informática, computación, difusión satelital, y quien sabe que otros profesionales, pues continuamos con lo que nada tiene que ver con la revolución bolivariana y mucho menos nuestras realidades y así, vemos como los mensajes y demás fake news enviados por los enemigos y contrarios al socialismo y nuestras comunas, envían cualquier infomación, que los presuntos revolucionarios venezolanos y poseedores de celulares, reenvían, repiten, como si se tratara de buenas informaciones.

Eso que sucede es totalmente cierto y hasta hay camaradas que viven metidos en las redes y reenvían lo que les llega, sin la reflexión ni el análisis en profundidad necesarios.

Es bueno que se recuerde que el Comandante Hugo Chávez siempre fue partidario de que hiciéramos nuestros propios correos. No se que cosa ocurrió, pero de hecho, siempre dependemos de lo que debe terminar por morir, es decir, de lo que otros trajeron y eso es lo que consumimos.

Me parece que todo eso debe ser cambiado. Países ya conocidos ya tienen sus propias redes y su propio internet y nosotros, los latinoamericanos seguimos con los mismos zapatos usados

Particularmente siempre he creído en ciencia y tecnología y allí está la respuesta a muchas dificultades. No es nada fácil pero al menos tenemos unos semilleros científicos donde miles de jóvenes transitan el camino de los nuevos descubrimientos para beneficio de esta sociedad socialista. (Cimarron.com.ve)