Sociedades Americanas en 1828

La juventud americana necesita abrir los ojos sobre su situación, y los niños tienen que aprender a leer. Los jóvenes que han de reemplazar a los padres de hoy, deben pensar y escribir mejor que sus abuelos, si quieren que en América haya patria y lengua. Esto no lo conseguirán con escrúpulos, ni con burlas, ni con puntitos de erudición.
Simón Rodríguez, en Sociedades Americanas en 1828



domingo, 19 de abril de 2009

Bolívar y el Estado Educador


En opinión del Maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, ex Ministro de Educación venezolano, Simón Bolívar sabía que la educación tenía una función transformadora en los seres humanos y que sin ella no habría asiento duradero para la libertad del pueblo ni asidero para la independencia. (1)
Añade Prieto que “El pensamiento educativo de Bolívar corre impreso en cartas, discursos y documentos públicos. Algunos señalan en ese pensamiento las huellas de Rousseau y de otros pensadores de la época, lo que no es de extrañar, porque los hombres representativos de un período histórico tienen un marco de referencia dentro del cual se expresan las preocupaciones del momento. La personalidad original toma de ese marco para revertirlo luego en él, ya enriquecido con las aportaciones personales, los conceptos de que se sirven para hacerse entender por sus contemporáneos. Sólo quien habla el lenguaje de su época puede hacerse comprender de sus coetáneos. Los que comandan y dirigen, si aspiran a ser oídos y seguidos, deben expresarse con las ideas que, por formar parte del substrátum de todas las conciencias, alcanzan resonancias en éstas”.
La educación, instrumento de realización
Establece el educador las diferencias entre Rousseau y el Libertador y dice que el primero era un filósofo mientras el segundo fue un político y estadista. Consideró que el filósofo pensaba a la educación como idea, mientras Bolívar la consideraba un instrumento de realización indispensable en la obra de buen manejo del Estado. Por ello precisa Prieto Figueroa que “…en la mayoría de los casos no coinciden el pensamiento de Bolívar y el de Rousseau, sino que, antes bien, se contraponen o excluyen”.
Más adelante, escribe que “El ginebrino planeó la educación de Emilio en contacto con la naturaleza para separarlo de la influencia nociva de la sociedad. Su discípulo, perteneciente a la clase acomodada, podía pagarse una educación con un ayo previsor. Para Bolívar el problema era educar a todo un pueblo, y por ello crea la educación pública obligatoria en Colombia, el Perú y Bolivia, y la pone bajo el cuidado del Estado, pues es a éste, según sus ideas, al que corresponde crear y dirigir la educación. Sobre esta doctrina fue suficientemente explícito en el Discurso de Angostura y en el proyecto de Cámara de Educación que formaba parte de su propuesto Poder Mora. Afirmaba: “Pertenece exclusivamente a la Cámara establecer, organizar y dirigir las escuelas primarias, así de niños como de niñas”.
Llamado también el Maestro de América, Prieto Figueroa sostenía que para Rousseau la que educación pública presuponía una sociedad de hombres libres, mientras que para Simón Bolívar la libertad era algo que se forjaba mediante la educación.
No tenemos razones para dudar que la educación es un herramienta de transformación de las sociedades y un instrumento valioso que fortalece las capacidades de construcción de un país; pero también es interesante entender que es la propia educación en el hombre la que le permite ser más libre, más soberano e independiente. Argumentamos así que, con la educación, tenemos capacidad para entender el mundo en el cual vivimos, respetarlo y transformarlo para beneficio integral de quienes lo integramos.










(1) PRIETO FIGUEROA, Luis Beltrán
El Magisterio americano de Bolívar
Colección Claves de América
Biblioteca Ayacucho
10/ 2006

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