Sociedades Americanas en 1828

La juventud americana necesita abrir los ojos sobre su situación, y los niños tienen que aprender a leer. Los jóvenes que han de reemplazar a los padres de hoy, deben pensar y escribir mejor que sus abuelos, si quieren que en América haya patria y lengua. Esto no lo conseguirán con escrúpulos, ni con burlas, ni con puntitos de erudición.
Simón Rodríguez, en Sociedades Americanas en 1828



sábado, 2 de marzo de 2019

El Libertador Simón Bolívar fue más que un guerrero


  

 “Los elogiosos conceptos emitidos acerca de la actuación política de Bolívar (el Libertador), inspirados solo en la cantidad de sus acciones, no serían del todo consistentes porque es propio de todo gobernante el despliegue de una gran actividad para el cumplimiento cabal  y eficiente de sus obligaciones”.
Así lo plantea el general de Brigada, retirado,  Héctor Bencomo Barrios en su libro “Bolívar ante la política”, Capítulo II, Obstáculos  ante la acción de mando de Bolívar, Imposición de un gobierno nuevo sobre uno antiguo. Indicamos que Bencomo Barrios ha sido Curador del Archivo del Libertador y ha escrito nos veinte libros sobre la historia militar venezolana, además de  individuo de número de la Academia Nacional de la Historia.     
Para Bencomo Barrios, el mérito de Bolívar descansa, primero, en la notabilidad de ciertas acciones y segundo, en las circunstancias en las que se desarrolló su labor de gobierno, es decir, el cúmulo de dificultades que hubo de superar durante el ejercicio del mando. Con sobrada razón se autocalificó –el hombre de las dificultades-  
Adiciona Bencomo Barrios que el hecho de establecer un gobierno distinto en el lugar en el cual existió otro de varios siglos de raigambre, según su punto de vista, “constituye el primero de los tantos embarazos y situaciones limitativas de la acción de gobernante de Bolívar”.  
Dificultades en el pasado y en el presente
Si observamos desde la gran distancia en el tiempo y acercamos aquel cúmulo de dificultades a este siglo XXI, vemos que, de igual forma, la Revolución Bolivariana de Venezuela se ha enfrentado unas cuantas dificultades como a las que se ha referido este autor, como el hecho de que haya una renuencia, ya no en el pueblo sino en una clase social acostumbrada a manejar y a vivir el país de una forma muy particular, con un gran predominio sobre todas sus áreas y por supuesto hay un choque cuando una revolución establece leyes, reglas y procedimientos diferentes, no dirigidos exclusivamente a un grupo social sino a toda una nación.      
Por supuesto que hay algunos parecidos. Simón Bolívar y sus fieles seguidores combaten contra lo que consideran una injusticia y desigualdad permanentes y la ausencia de soberanía en la nación y en los tiempos actuales, los seguidores del Libertador, que le dan el carácter bolivariano a su revolución, expresan la continuidad de su pensamiento relativo a la igualdad, soberanía, educación, justicia, no discriminación, eliminación de la pobreza y macha hacia el bienestar de su población.  
Celo de Bolívar por la administración pública
Continuamos la revisión de algunos aspectos del libro “Bolívar ante la política”, de Héctor Bencomo Barrios y nos encontramos de nuevo con un aspecto que es necesario enfatizar, las veces que sea necesario, como el celo que el Libertador mantuvo siempre por la administración pública, lo que igualmente siempre fue enfatizado por el Comandante de la Revolución Bolivariana Hugo Chávez.
La preocupación por la utilización correcta de los recursos del Estado siempre fue constante en el Libertado Simón Bolívar. Veamos un ejemplo descrito por Bencomo Barrios:
“En 1825, durante su recorrido por pueblos del Alto Perú, Bolívar arribó a Puno, donde fue agasajado  por el general de brigada William Miller, primera autoridad del Departamento. El acto efectuado, no obstante su motivo, contrarió a Bolívar porque el dinero gastado  con tal fin pertenecía al Estado. Entonces, desde Lampa, su secretario Felipe Santiago Estenós, envió al Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, un oficio redactado en los términos siguientes:
-Impuesto SE el Libertador de que el señor general don Guillermo Miller dio orden para que de los fondos públicos del Departamento de Puno se sacasen seis mil pesos para los gastos del recibimiento de SE., me manda a decir a VE. que su voluntad no es gravar en un maravedí los fondos del Estado en toda la marcha que tiene que hacer sólo con objeto de trabajar en la felicidad de los pueblos, y que si el señor Guillermo Miller ha dado esta orden en todos esos Departamentos, haga VE que se suspenda inmediatamente , y que se reintegre al tesoro público cualquiera cantidad que se hubiese extraído  con el fin indicado.-   
Más acción moralizadora
Nos relata quien ha sido Curador del Archivo del Libertado que, en la capital venezolana, “…en 1827, Bolívar  advirtió, con sorpresa y disgusto, la crecida cantidad de funcionarios  públicos, que sin realizar ningún trabajo, gozaban de sueldo. Su acción no se hizo esperar, pues de inmediato dio el decreto mediante el cual cesaban los sueldos de todos los empleados de cualquier  clase de la República, que no se hallasen  al frente de su puesto de servicio activo. Otro artículo contenía la disposición para  dejar sin efecto pensiones y jubilaciones que no estuviesen plenamente justificadas”.
Puntualiza el autor de libro al indicar que “Y de esta acción moralizadora no escaparon ni sus propios parientes, como lo deja ver el caso de la solicitud  que formuló Juana Bolívar de Palacios para que el Estado le hiciese efectiva la pensión que le correspondía como madre del capitán Guillermo Palacios, muerto en la batalla  de la Hogaza, el 2 de diciembre de 1817. Doña Juana, en su pedimento, alegaba que su hijo era coronel. El coronel Pedro Briceño Méndez, hijo político de la solicitante, era Secretario de Guerra y Marina, y cuando se dio cuenta del contenido de la solicitud, la rechazó con disgusto. Bolívar se hallaba en Trujillo (Perú) y tan pronto fue informado del caso, en carta para el general Santander expresó:
-Dígale Ud., a don Perucho (Pedro Briceño Méndez) que me he alegrado mucho que, por cumplir con su deber, haya peleado con mi hermana, y que si hubiera hecho otra cosa, me habría parecido infame como me han parecido los testigos falsos(generales Santiago Mariño y Pedro Zaraza) de tal justificación. Añado que mis hermanas no necesitan de nada porque yo les he señalado  todas las rentas de mi caudal para que vivan, y que no merece llevar mi nombre la que ha pretendido por una impostura, manchar la muerte de su hijo que ha perecido gloriosamente por su patria.   

  
BOLÍVAR ante la política
BENCOMO BARRIOS Héctor
Archivo General de la Nación
Centro Nacional de Historia
Impresión Editorial ARTE 2010     

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