Pedro Estacio |
¡Tierra y hombres libres! Lo que decía Ezequiel
Zamora, debe ser la consigna no solo de todos los venezolanos, sino de
Latinoamérica entera, maltratada, ignorada su población y depredados en su
mayoría desde que españoles y otros europeos se dejaron caer por las tierras de
gracia de la nueva región del mundo, un deber ser que permanece suspendido en
el recuerdo de la mayoría de las naciones y que hoy padecen una gran pobreza,
mas que económica mental y espiritual de lo cual se siguen aprovechando las
corporaciones económicas y políticas.
Esa consigna, como ya es natural, es bien entendida y
comprendida por los seguidores de la revolución bolivariana. Es un himno de
pocas palabras pero muy bien interpretado y del cual el creador de la nueva
revolución, Comandante Hugo Chávez, nunca se cansó de repetir y de recordar,
mientras estuvo vivo, que el sentir zamorano formaba parte del arbol de tres raíces
de la revolución bolivariana.
Es interesante saber que Ezequiel Zamora, cuyo actuar
en contra de los desmanes de la oligarquía, recibió de este sector
calificativos de desalmado, sucio, forajido, criminal y otros que hacen
recordar los que le hicieron a Hugo Chávez Frías poco antes de ganar las
elecciones. Ambos gladiadores, porque en efecto lo fueron, simplemente
batallaron por representar y defender a un pueblo carente de beneficios, a un
pueblo ofendido por los desmanes de los ricos. Zamora un honesto comerciante,
pulpero, negociante en ganado y Chávez, otro hombre honesto, militar, carente
de fortuna y unidos en tiempos diferentes, por una vocación y el deseo por
rescatar las conquistas de Simón Bolívar.
Hombres libres y dignos constituyen un canto que sigue
resonando a lo largo y ancho de Venezuela, cada vez mas fuerte, hoy
precisamente cuando la nación continúa siendo agredida a través de una guerra
inmoral, inmisericorde, brutal, que golpea fuertemenrte al pueblo de variadas
formas por parte del imperio estadounidense, sus aliados europeos y los lamentables y gobiernos pro-oligarcas tanto
venezolanos como de otras naciones de la América Latina.
El canto de hombres libres y dignos despierta cada
mañana a los venezolanos, una raza que no es blanca, indígena ni africana, sino
que es una integración, una unión genética con tres orígenes que ha generado un
linaje mágico capaz de sortear las dificultades que intenten interrumpir su
natural evolución.
Otro pensador de la vida, el sabio filósofo americano
que fue Simón Rodríguez, representa también un sentir dentro del árbol de tres
raíces de la revolución bolivariana de Venezuela que hoy enfrenta las
dificultades. El fallecido profsor
Alfonso Rumazo González, registra en su libro Ideario de Simón Rodríguez, las
siguientes líneas que aparecen en La Defensa de Bolívar:
La América está llamada, si los que la gobiernan lo
entienden, a ser el modelo de la buena
sociedad, sin mas trabajo que adaptar. Todo está hecho, en Europa especialmete.
¿Tomen lo bueno, dejen lo malo, imiten con juicio, y por lo que lesfalte,
inventen!
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