Sociedades Americanas en 1828

La juventud americana necesita abrir los ojos sobre su situación, y los niños tienen que aprender a leer. Los jóvenes que han de reemplazar a los padres de hoy, deben pensar y escribir mejor que sus abuelos, si quieren que en América haya patria y lengua. Esto no lo conseguirán con escrúpulos, ni con burlas, ni con puntitos de erudición.
Simón Rodríguez, en Sociedades Americanas en 1828



martes, 28 de octubre de 2008

Guerrero de ímpetu indetenible


En la antología de ensayos Bolívar Quijote de América, del fallecido historiador y poeta bolivariano, Juvenal Herrera Torres, que forma parte de la colección Alfredo Maneiro de la editorial El perro y la rana, del Ministerio del Poder Popular para la Cultura de Venezuela, una de las llamadas lecturas bolivarianas es la titulada Don Quijote Bolívar, escrita por el español Miguel de Unamuno.
El escritor destacaba en su ensayo que, “Cuando me pongo a escribir estas líneas sobre Bolívar, uno de los más grandes y más representativos genios hispánicos, arde la guerra, una guerra tan metódica como cruel, en lo mejor de Europa. Y a través del fragoroso polvo de esta guerra, tan largos años meditada y preparada, se me aparece más grande, mucho más grande la figura de nuestro Bolívar, como guerrero, como estadista, como creador de patrias, y sobre todo y ante todo como hombre.
Unamuno aclara en ese ensayo, que Bolívar fue un maestro en el arte de la guerra, más no un catedrático en la ciencia de la milicia, si es que ésta es tal. En su opinión, fue un guerrero más que un militar. (…) “fue teatral y enfático, tal como es naturalmente y sin afectación su raza, nuestra raza, pero no fue un pedante. Bolívar fue un hombre, todo un hombre; un hombre entero y verdadero, y ser todo un hombre es más, mucho más que ser Uebermensch- lo dejaré, para mayor oscuridad, en alemán-, una mera abstracción nietzscheana, de los que quieren y presumen, pero no lo logran. (Unamuno –creemos- hace esta especie de referencia al sobrehombre, del Uebermensch, textualmente, con que soñaba Nietzsche).Bolívar era de la estirpe de Don Quijote, el de los bigotes grandes, negros y…caídos”.
De Simón Bolívar se ha escrito y se seguirá escribiendo y no es porque se trate de la construcción de un mito por parte de una agencia publicitaria, sino porque la vida del caraqueño fue como el recorrido de una llama en la llanura, que se extiende con la alianza del viento y hace crecer su crepitar a medida que avanza entre mesetas y valles sinuosos.
Para dar una idea de lo que el guerrero despertaba entre admiradores y detractores, basta recordar el acontecimiento que significó para el prócer cubano José Martí su llegada a Caracas.
Daima Cardoso Valdés, Coordinadora Suplemento digital José Martí, del Periódico Guerrillero Órgano del Comité Provincial del Partido en Pinar del Río, refiere que “Bolívar ejerció en Martí un impacto enorme que tuvo sus orígenes siendo él un niño. Para el año 1881 lo contó en el discurso que pronunció en el Club del Comercio de Caracas. El conocimiento de la vida y obra del Libertador ayudarían al Maestro a conformar su concepción americana y a trazarse, sin lugar a dudas, un proyecto equilibrado de independencia”.
Cardoso Valdés escribe que a partir de 1873, en Guatemala, Martí escribe:" El alma de Bolívar nos alienta; el pensamiento americano me transporta. Me irrita que no se ande pronto".
Expresa que Martí confiesa su deslumbramiento por Bolívar. “Llega a esta tierra después de sucesivos fracasos del ideal republicano en España, México, Guatemala y Cuba. Tiene la impresión de haber llegado a la zona soñada. En varios de sus textos llama a Bolívar el Padre de todos los americanos y solo a Venezuela la madre de nuestras repúblicas. Ve a Bolívar como ápice negro en el plumón del cóndor. Martí no va a alabar en Bolívar la virtud superior, sino su ímpetu indetenible. Reconoce que Bolívar muestra (aún hoy es así) el camino a los libertadores”.
En su trabajo titulado La presencia de Bolívar en Martí, ella escribe que, en la magna oración bolivariana del 28 de octubre de 1893, dice de Bolívar: "Hombre fue aquel en realidad extraordinario. Vivió como entre llamas, y lo era. Ama, y lo que dice es como florón de fuego".Más adelante agrega sobre él:"Escribe, y es como cuando en lo alto de una cordillera se coge y cierra de súbito la tormenta, y es bruma y lobreguez el valle todo, y a tajo abre la luz celeste la cerrazón, y cuelga de un lado y otro las nubes por los picos, mientras en lo hondo luce el valle fresco como el primor de todos sus colores".
¿Repeticiones históricas?
Desconocemos el número de veces que hemos escuchado decir que la historia suele repetirse, aunque también habría igual número para los que se inclinan por una situación contraria, como decir que los acontecimientos son irrepetibles y hasta hay una tercera banda que apuesta no exactamente a la repetición de la historia sino a creer que hay una ocurrencia de situaciones y circunstancias similares en la vida de los pueblos y de los hombres.
Anatoli Shulgovski (Rusia), en su ensayo Bolivarismo y monroísmo, inserto en la antología de ensayos del fallecido historiador y bolivariano, Juvenal Herrera Torres (publicado en fecha reciente por la editorial El perro y la rana, del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, libro que estaremos citando las veces que sea necesario), nos permite reflexionar y refrescar el porqué del carácter antiimperial de los venezolanos hoy día.
Shulgovski refiere que la campaña enemistosa en contra de Simón Bolívar no solamente fue desatada en Colombia y Europa sino también en los Estados Unidos y esa realidad de aquellos días del Libertador, se nos asemeja a estos años desde que la revolución bolivariana se instaló en Venezuela. Entonces al caraqueño lo tildaron, según el ensayista, de usurpador del poder y antiliberal, mientras “vendían” a Santander como el “liberal auténtico”. Esto es algo muy parecido a como las agencias noticiosas de los grandes grupos económicos mundiales intentan ilegitimar a Venezuela, mientras “venden” de modelo para el resto de los sudamericanos a la Colombia actual.
Refutando a quienes veían la solución de todos los problemas de los países latinoamericanos en la implantación de las formas estatales estadounidenses, Bolívar –escribe Anatoli Shulgovski- expresaba con toda exactitud: “Es desgracia que no podamos lograr la felicidad de Colombia con las leyes y costumbres de los americanos”.
Y hace tiempo –puntualiza el ensayista- son conocidas las siguientes palabras de Bolívar, las cuales se han vuelto clásicas: “Los Estados (…) parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miseria a nombre de la Libertad”.
Comenta el escritor muy frecuente tal expresión ha sido considerada como una especie de testificación de la capacidad del guerrero americano para prever el gran peligro que podían encerrar las ambiciones imperiales de estadounidenses, con su política expansionista, para nuestras naciones latinoamericanas. Dice que en tal enfoque, Bolívar es caracterizado como el precursor del antiimperialismo, lo cual, fuera de toda duda, es importante.

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