Sociedades Americanas en 1828

La juventud americana necesita abrir los ojos sobre su situación, y los niños tienen que aprender a leer. Los jóvenes que han de reemplazar a los padres de hoy, deben pensar y escribir mejor que sus abuelos, si quieren que en América haya patria y lengua. Esto no lo conseguirán con escrúpulos, ni con burlas, ni con puntitos de erudición.
Simón Rodríguez, en Sociedades Americanas en 1828



lunes, 20 de octubre de 2008

Los latinos somos mágicos


Los latinos cada día sentimos lo que somos y los demás ciudadanos, llámense estadounidenses, canadienses y europeos, no tienen la menor idea de lo que somos ni lo que está en nuestros espíritus.
Lo que ha ocurrido es que ellos (gringos y demás especies conquistadoras) piensan que tienen el mundo a sus pies, que ellos manejan la tecnología, tienen el dinero y tienen la piel de un tono con la presunción que es más hermoso que los demás y que ello les da derecho a controlar todo, porque eso lo ha decidido una divinidad que no conocemos y, por supuesto, que ellos tampoco conocen.
Vivimos un mundo hermoso, lo sentimos, hay una sensación en el aire de que hay que compartir más de lo que en el pasado fue posible hacer. La música, que es la más liviana y enriquecedora de las manifestaciones espirituales con sonido que existe en el mundo, es el anuncio permanente de la emoción de los humanos.
No hay manera alguna de cambiar o transformar la belleza de nuestro continente sureño, porque la belleza no puede ser cambiada en algo horrible o algo que moleste.
Por eso me liberé canta el Gran Combo de Puerto Rico, que se escucha desde hace tiempo y está vigente en estos días finales de 2008, todo el tiempo en las diversas emisoras y que también escuchan en las diversas parroquias de la capital de Venezuela, mostrando un sentimiento que pocos pueden entender. Hay mucho amor en el sentimiento expresado por la canción y también hay amor en quienes lo escuchan porque amorosamente lo entienden así. Es un asunto de alma y salsa o ¿salsa y alma?
¿Cuál flota!
Los latinoamericanos tenemos un idioma que no pueden comprender los sajones, por más que digan que la cuarta flota vino a sacarle los dientes y ponerle curitas a nuestro gante, como si olvidáramos las invasiones a República Dominicana, Grenada, Panamá y el golpe en Haití para destituir a su electo y legítimo mandatario.
Tenemos los latinoamericanos una magia que nada tiene que ver con lo externo a la latinidad. ¿Piensan los ingleses como los latinos? Creemos que no hay comunidad, como no la hay con los poderosos de las elites que controlan el poder en los Estados Unidos. Ellos persiguen, luchan, eliminan, matan y destrozan todo con tal de demostrar que son un poder, mientras nosotros amamos y nos preocupamos por nuestras gentes.
Como escribimos en una oportunidad, no pateamos a los hijos a los dieciséis años de edad para que se vayan y les reiteramos que se larguen. Los latinos, queremos que nuestros hijos se queden siempre con nosotros. ¡No importa que crezcan y se casen y se vengan con los hijos, nuestros nietos a nuestras casas! ¡Así somos!
Actuar como latinos
La gente que tiene la enfermedad del absolutismo, de sentirse hijos de Dios y privilegiados como raza superior no lo pueden entender y los dueños del poder, los mismos que mantienen sojuzgados a la mayoría ciudadana estadounidense no entienden que seamos diferentes. Quizá eso lo puedan entender, a lo mejor los noruegos y lo suecos, pero independientemente de todo, los latinoamericanos, siempre hemos tenido la idea de un mundo mejor, de un mundo con amor, con problemas y todo, como suele ocurrir, pero un mundo donde el amor es lo importante, porque el amor es lo que hace a las familias, a la sociedad y el mundo.
Es tiempo ya de actuar como latinos que somos y eso significa amar a nuestras naciones, respetarnos, encontrarnos y convertirnos e una sola gran nación unida.
El fallecido historiador, poeta, bolivariano comprometido, Juvenal Herrera Torres, en su libro “Bolívar Quijote de América”, una antología de ensayos que recién publicó la editorial revolucionaria El perro y la rana, registra la opinión del uruguayo José Enrique Rodó, reconocidísimo intelectual de esta parte del continente, cuando escribió:
“Con más o menos dilación, en una u otra forma, un lazo político unirá un día a los pueblos de la América nuestra, y ese día será el pensamiento del Libertador el que habrá resurgido y triunfado, y será su nombre el que merecerá, antes que otro alguno, cifrar la gloria de tan alta ocasión.
Este es el momento, pues, de aplaudir y apoyar la creación y funcionamiento de todos los organismos estructural y funcionalmente que nuestras naciones requieren para desarrollarse:
- Busquemos el dinero entre nosotros, financiemos nuestros propios proyectos, compremos lo que nosotros mismos producimos, explotemos nuestros recursos en función de las personas, de las mujeres, de los hijos, de los ancianos de todas nuestras naciones hermanas. ¡Seamos mejores y con conciencia! Es el gran momento de unidad para todas las naciones latinoamericanas y del caribe, porque podemos ser y vivir mejores.

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