Sociedades Americanas en 1828

La juventud americana necesita abrir los ojos sobre su situación, y los niños tienen que aprender a leer. Los jóvenes que han de reemplazar a los padres de hoy, deben pensar y escribir mejor que sus abuelos, si quieren que en América haya patria y lengua. Esto no lo conseguirán con escrúpulos, ni con burlas, ni con puntitos de erudición.
Simón Rodríguez, en Sociedades Americanas en 1828



lunes, 2 de junio de 2025

 

Dinero: Único proyecto de la oposición

La carencia de proyecto parece no importar al que busca dinero.


Pedro Estacio


Ignoro las veces que escribí e indiqué que la oposición no tenía ni nunca tuvo proyectos para las personas, los ciudadanos que andan a pie en las calles de Venezuela, que suben en camionetas y toman el Metro o tren, donde existen, para movilizarse.

Y eso será siempre por una razón sencilla: los opositores se consideran superiores a los de una condición no muy beneficiada, al resto de los venezolanos. Ellos también consideran, como lo creen los dueños del poder en Europa y EE.UU, que han sido bendecidos por el Creador y los demás, los otros, son simples vasallos, presuntas personas que deben arrodillarse ante ellos.

Y por esa razón, los proyectos que les llega a sus mentes, solo tienen que ver con las posibilidades de hacer llegar a sus bolsillos cada día mas, grandes cantidades de dinero y mucho poder.

De allí que siempre mienten, enredan y disfrazan todo lo que sale de sus vidas, si eso puede ser llamado de esa manera. Los pobres y demás van al barranco y ellos en la cima. Esa es mas o menos la consigna que les envuelve.

Nadie puede ignorar en Venezuela la estupidez del mediocre político aquel, a quien se le ocurrió decir que las viviendas que estaban siendo construidas por el gobierno de la revolución bolivariana eran simple maquetas. O de aquel otro que le daba meses de vida en el gobierno a la revolución y optó por ordenar el retiro de la simbología gigante (cuadros de Chávez y Bolívar) revolucionaria de la Asamblea Nacional.

Digamos -y me excusan- que la oposición golpista venezolana si tuvo proyectos, malsanos como era de esperarse. Han sido proyectos vinculados al beneficio particular que nada tienen que ver con las necesidades de las personas y mucho menos ambientales.

Lo penoso del caso, es que han involucrado a familiares y amigos en aventuras nada decentes. Los han convertido en simples cómplices y cómplices se han quedado, tanto en Venezuela como en el exterior

Y lo peor del asunto es que la oposición considera proyecto todo aquello que le deje una comisión, porque esa fue la regla que venía del norte donde toda esa operación está disfrazada legalmente de lobby y cuya variación en nuestra América Latina son diversas modalidades en corrupción.

Es algo así como la publicidad en medios audiovisuales y algunos empleados. Por eso podemos apreciar a artistas y muchas otras personas que, independientemente del rol profesional que tienen, también le entran a hacer cuñas aquí y allá. No es que no hagan cuñas, sino que comparten el contenido de las mismas. Parece mentira, pero es un asunto eminentemente ideológico, eminentemente moral.

Por eso es que mucha gente se pregunta como es posible que alguien recomiende un producto o servicio si no ha comprobado realmente su calidad.

Una realidad que ampara todo ese fenómeno de la corrupción en muchos países es que hay muy poco, por decir no existe, el necesario control en todo tipo de operación económica en el que estén envueltos lo privado que impacta al público y lo oficial que también impacta.

La gente se pregunta -ignoro si mucha o poca- si los que van a ocupar un cargo son investigados y de igual modo todo lo que tiene que ver con el impuesto sobre la renta. ¿Toda esa área es investigada en realidad? ¿Pagan impuesto todos aquellos quienes generan grandes ganancias? El tema es profundo.

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