Sociedades Americanas en 1828

La juventud americana necesita abrir los ojos sobre su situación, y los niños tienen que aprender a leer. Los jóvenes que han de reemplazar a los padres de hoy, deben pensar y escribir mejor que sus abuelos, si quieren que en América haya patria y lengua. Esto no lo conseguirán con escrúpulos, ni con burlas, ni con puntitos de erudición.
Simón Rodríguez, en Sociedades Americanas en 1828



domingo, 22 de junio de 2025

 



El destino común de la paz


Pedro Estacio


Desde hace siglos el ser humano ha estado empeñado, por su ignorancia, en darle bofetadas a la paz, romperle las piernas a la paz, aplastarle o cortarle la cabeza a la paz y clavarle puñales en el pecho a la paz, Una conducta que en nada se asemeja a la víbora mas peligrosa que se pueda conocer, porque la Mamba negra, valga el ejemplo, no lo hace, ataca solo si se ve en peligro.


Lo que está ocurriendo a nivel mundial solo tiene explicación a nivel del que ignora la vida, del que cree que los murciélagos bailan y el nuevo y sofisticado equipo celular de colores y el alisar del cabello constituyen la suma complaciente del espíritu.


Lo que acontece es como pensar que no existen las aves y que un rebaño de vacas preparadas para el ordeño desaparecieron en el aire y una rana creció exageradamente y se colocó unos pantalones blancos para saltar a orillas del río Orinoco.


Lastimar la paz es pensar que Palestina nunca ha existido y que los siglos enfermaron por haber diseñado historias equivocadas aunque en el fondo siempre existieron y estuvieron acompañadas por el hombre y la mujer, aunque ignoraran a esta última.


Quizá porque la paz es algo así como un compendio con muchas cosas y de muchas cosas, que de pudieran resultar inexplicables, que algunos seres no quieren saber de ella.


La paz parece algo tan sencillo como comer macarrones, porque de hecho, sentarse a la mesa y comer con la familia, la pareja, con el único o la única hija y disfrutar el alimento que se tiene, ya de por si es un hecho muy pacífico y placentero, que no solo genera gusto sino sonrisas.


Ese compendio de realidades que es la paz no es comprendido por ese ser que lleno de agresividad y con el corazón y la mente muy molestos, le quita la vida a otro ser.


Si nos desnudamos mentalmente y decidimos definir lo que es la paz, pues la cuestión será para largo porque son muchos los ingredientes que debemos colocar en su menú.


El primer ingrediente de la paz es la creación de la vida y terriblemente lo que hemos estado conociendo es del exacerbado odio de algunos seres en contra de otros. He aquí la primera agresión contra la paz.


¿Cuántos millones de personas han dejado de existir en todos los siglos de existencia que tiene el planeta Tierra? Y esa eliminación de la vida de otros seres ha estado precedida de las grietas que han tenido y tienen muchos seres en el corazón, en el espíritu y la conciencia y en su educación. Es muy poco lo que un ser agrietado puede responder si antes no es auxiliado.


Y son tan graves las grietas y las mutilaciones que han existido en la vida de esta Tierra valiente, que en su transcurrir no solo asoma sino que rodea con cientos de bondades a quienes habitan en ella, porque hablar de paz significa el esfuerzo de miles de seres humanos por vivir en armonía no solo con sus similares sino con ese mágico entorno que le rodea y por ello es que han sido tan creativos que han conducido a los demás hacia una mejor manera de vivir, aunque no terminamos por cerrar las grietas.


Aunque los habladores intenten vender un destino individual en vez de uno colectivo, porque eso es lo que somos, un colectivo de seres humanos, en realidad tenemos un destino común insustituible que es la paz. Todos, en consecuencia,somos dueños de la paz de todos por encima de cualquier cosa.


La humanidad entera debe asumir de una buena vez por todas, que el interés individual jamás podrá superar al interés de ese gran colectivo que es la mayoría. Los humanos no estamos cargados de odios, rabias y deseos por expresarnos ante los demás con violencia.


Nuestro destino es común, es el de la paz, el de sepultar la violencia y sus secuelas y dejar que sea la sangre de la vida la que circule y se transmita para dar mas vida y hacer cada día un mejor futuro.

(wwwpertinentes.blogspot.com  cimarron.com.ve)




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