Las herramientas científicas y tecnológicas permiten cambiar las realidades de la sociedad, por eso hay que usarlas.
Pedro Estacio
Ignoro el desarrollo del área científica y tecnológica en Venezuela, en estos momentos, pero lo cierto es que la revolución bolivariana necesita miles de investigadores en tan importantes sectores, si bien, es lógico entender que se requiere una gran inversión, actualmente atropellada, muy atropellada, por las agresiones del imperio estadounidense.
El dominio de la ciencia y la tecnología, que es un paso certero en el avance de cualquier país, en el caso de una revolución socialista, no se da tomando como base el escribir buenos papers y difundirlos en reconocidas revistas especializadas.
Ese dominio debe ser expresado, por ejemplo, en proyectos de investigación en botánica, zoología, salud, mineralogía, ambiente y las humanidades como educación, historia, la conducta del ser, sus relaciones en comunidad, por ejemplo, de modo que sus resultados, en la práctica, sirvan para transformar y reivindicar a la gran familia no solo venezolana, sino latinoamericana.
La cuestión no es como soplar y hacer botellas. En noviembre de 2007, al entrevistar al investigador Luis Marcano, para entonces Viceministro de Planificación Científica y Tecnológica, al consultarle cuánto iba a ser invertido, respondió que había una propuesta de unos 800 millardos de bolívares.
“Una cifra que tiene que ver con con la formación de 60 mil personas. Hasta 2013 ocho billones de bolívares y al 2016 dos billones mas”.
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| Con una botánica tan amplia como la que existe en nuestro ambiente, investigar es un reto. |
Pensamos que la cuestión en este 2023, véase por donde sea vista es ampliamente distinta, conocida la realidad política económica y social de la nación, que ha cambiado como del cielo a la tierra después de los acontecimientos que ha enfrentado y vivido la nación ante la mentalidad colonial de explotación y avasallamiento del imperio corporativo estadounidense.
Aún en medio del tortuoso devenir que ha vivido el pueblo venezolano, las mujeres y hombres de este caribeño país han mostrado una faz que le da valor a la vida colectiva, como es el despertar, a nivel nacional, de la conciencia política de los habitantes quienes muestran ahora mas ciudadanía que antes.
Ese despertar de la conciencia política en los venezolanos no solo se ha volcado hacia la defensa de la soberanía del país, sino que también ha entrado hacia la academia y hacia la necesidad de desvestir la ciencia y la tecnología del ropaje con que la han vendido siempre y orientarlas hacia la solución de nuestras propias necesidades y es lo que está asomando ahora en la producción vegetal y animal e industrial.
Ahora el conocimiento ya no es un asunto exclusivo de un individuo, el conocimiento se expande y adquiere la fuerza transformadora para enfrentar colectivamente los retos de una nación que aspira con dar bienestar a la sociedad que la conforma. Nada fácil el asunto, pero es la ruta por seguir.
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