Pedro Estacio
Hay asuntos que se deben agradecer en una vida y una de ellas siempre será el despertar de la conciencia, lo que muchos han entendido en nuestra Venezuela desde que el Comandante Supremo Hugo Chávez Frías asumió la responsabilidad de la rebelión que encabezó en 1992, con lo que generó una empatía con la mayoría ciudadana.
Fue ese “por ahora” la consecuencia de su honesta responsabilidad que atrapó a un pueblo con una aparente y fantasiosa promesa de un “volveremos”, que para ese entonces quedó marcada en el horizonte.
Es interesante añadir al párrafo anterior unas palabras del revolucionario cubano José Martí, acuñadas en el libro del antropólogo, periodista, historiador, sociólogo y poeta Miguel Acosta Saignes, que dan una idea de lo que escribí:
“No es que los hombres hacen los pueblos, sino que los pueblos, en su hora de génesis, suelen ponerse, vibrantes y triunfantes en un hombre”.
Y creo que lo dicho por José Martí no solo se ajusta tanto al Libertador Simón Bolívar, sino también al Comandante Hugo Chávez Frías. Creo que sobre el particular escribí en 2017 unas líneas en el ensayo Asunto de Patriotas, que publiqué aquí en wwwpertinentes.blogspot.com
Lo cierto de todo, es que ese ponerse vibrantes y triunfantes imagino que comenzó a despertar en las mentes y corazones de muchos venezolanos
a partir del momento en que Hugo Chávez llamó a sus compañeros a que depusieran las armas y evitaran mas derramamiento de sangre.
Escribí, en ese entonces de 1917, que en el prólogo que hace Manuel
Alfredo Rodríguez sobre la publicación del historiador colombiano Indalecio Liévano Aguirre “Bolivarismo y Monroísmo”, nos deja una frase fácilmente aplicable a Hugo Chávez, lo que se aprecia al leer:
“Un Bolívar vivo y actual, capaz de suministrar bagaje ideológico a la urgencia latinoamericana de liberación, ha surgido más diáfano y preciso de los afanes del historiador colombiano. Se trata de un nuevo toque a la esfigie de ese Bolívar que llevamos por dentro descrito por Mario Briceño Perozo “en lucha permanente contra el despotismo ya sea criollo o extraño, contra la injusticia social y la desigualdad económica; ¡es el Bolívar juvenil, inquieto, inconforme, renovador, dispuesto siempre a laborar por la felicidad del pueblo”.
Mas de tres décadas después de aquel 4 de Febrero y pese al aluvión de intentos por frenar y eliminar de una vez por todas la revolución bolivariana creada por el Comandante Hugo Chávez Frías, ese pueblo vibrante que lo abrazó como un hijo a un padre, mantiene su total fidelidad a esa revolución que ha transformado su conciencia y le ha reiterado la idea de independencia, unidad, libertad, justicia, igualdad y bienestar abanderadas por el Libertador Simón Bolívar.
Un análisis mas profundo deberá registrar la realidad venezolana actual como una nueva fase de una misma independencia y por eso nada extraña entre los pensadores venezolanos que se hable de una independencia iniciada hace casi dos siglos y que está en camino de ser totalmente gestada en los próximos años muy a pesar de las dificultades económicas, sociales e inmorales atentados a su soberanía. Ha sido fuerte, pero el pueblo sigue con fidelidad a su revolución bolivariana.
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