Sociedades Americanas en 1828

La juventud americana necesita abrir los ojos sobre su situación, y los niños tienen que aprender a leer. Los jóvenes que han de reemplazar a los padres de hoy, deben pensar y escribir mejor que sus abuelos, si quieren que en América haya patria y lengua. Esto no lo conseguirán con escrúpulos, ni con burlas, ni con puntitos de erudición.
Simón Rodríguez, en Sociedades Americanas en 1828



viernes, 13 de diciembre de 2024

Jóvenes sin reflexión ni orientación

 


Pedro Estacio


A veces los ciudadanos perdemos el tiempo y otras cosas, por la sencilla razón de que no reflexionamos. Parece tonto lo que escribo, pero es tan real que no nos damos cuenta. Y el ejemplo mas sencillo de cualquiera que les pueda escribir, es el de caminar por las calles de la ciudad y observar todo cuanto está presente en nuestro camino.


He visto gente joven, capaz de enfrentar cualquier dificultad, también adultos, esperar mas de media hora la llegada de una unidad colectiva, cuando tienen no solo el tiempo sino la consistencia para caminar media hora o quizá una hora para llegar a su destino.


Me pregunto qué cosa ocurre en la mente de los jóvenes que parecieran no darse cuenta de ese tipo de realidad. Recuerdo el anhelo constante del periodista Arístides Bastidas -de hecho uno de sus libros lo lleva lleva por título.


Bastidas, optimista como el solo, le concedió mucho valor a la salud, a la ciencia y a los hombres dedicados a ella y a la vida misma y de hecho sobre ella escribió:

..la vida es un compromiso ético y que en cumplirlo está la única recompensa que ella puede entregarnos”. Y si bien así lo creía, pienso que se sentiría impactado por las cosas que han ocurrido en los últimos años, donde hemos vistos a venezolanos actuar en contra del país como los peores enemigos que pueda tener la humanidad. ¿Qué pasa por la mente de un individuo capaz de gritar a los cuatro vientos que invadan y lancen bombas contra el país donde nació?


¿Este tipo de persona, si puede ser denominado de esta manera, habrá reflexionado alguna vez sobre la vida, no solo la de él sino la vida de los demás? ¿Qué puede pensar, no reflexionar? ¿Solo en dinero? Ignoro si cabría acá esa idea de Simón Rodríguez de que “Aun los estúpidos de nacimiento pueden mejorarse por la educación”. Creo que no porque muchos de quienes han atentado con ideas o en la práctica en contra de Venezuela, han tenido la oportunidad de estudiar, aunque según mi modo de ver las cosas, solo pasaron por las aulas de estudio como se pasa al lado de un basurero.


El asunto es que, eso de no pensar, no reflexionar en profundidad por parte de los padres y demás familiares adultos, es lo que está permitiendo que muchos niños y jóvenes estén saliendo a las calles de la sociedad como cuando vemos a una gran manada de animales atravesando un río mientras los cocodrilos se preparan para darse un gran banquete. La manada, como es obvio, no reflexiona, no piensa en nada, simplemente busca atravesar el río porque solo espera conseguir mejores pastos mas adelante.

¿Habrá mejores posibilidades para los niños y jóvenes que carecen de la orientación de sus padres? ¡Y mas todavía!


¿Cuál es la orientación que ha recibido en su vida la persona que hirió a otra con un arma blanca en el Metro de Caracas? Y la pregunta es válida para los sujetos que, en la Semilla Infernal (EE.UU) han disparado en las escuelas y dejan un rastro de niños abaleados, heridos y muertos.


No solo eso ocurre pues hay que citar la apatía, la indiferencia por lo que sucede por el mas cercano. En esa lista entran quienes no se ocupan de sus labores, sino que andan en negocios que les reportan mayores beneficios y no solo es cuestión de decir que es un asunto de los empleados públicos, porque acontece en muchos sectores laborales.


Tampoco hay que formar un equipo de investigación para enterarnos de la realidad, ya que solo hay que salir a la calle y dejar que nuestros ojos se ocupen de ver las irregularidades, que las hay por grandes cantidades. En Venezuela no hay analfabetos, quizá sean mínimos, pero el problema radica en la ignorancia, en la ausencia de lectura permanente, en la reflexión y en la orientación. ¿Ustedes creen que Simón Bolívar mentía? ¡Claro que no! Por algo en su discurso de Angostura dijo que “La educación popular debe ser el cuidado primogénto del amor paternal del Congreso. Moral y luces son los polos de una república, moral y luces son nuestras primeras ncesidades”.(Toda la Patria, una escuela- Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información. Marzo 2007)

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