Pedro Estacio
Nuestro apreciado profesor Héctor Mujica (+) nos recordó en una ocasión un planteamiento que escribió en El Imperio de la Noticia y que giraba en torno a que, los problemas del periodismo había que ubicarlos en la “problemática general de la información.
Sin ahondar mucho en detalles, cuando vemos muy de cerca esa problemática general, lo primero que se me ocurre es señalar al periodismo como una herramienta que suele ser utilizada, desde hace unos años, no necesariamente para decir la verdad, sino para el manejo emocional de los intereses.
Si observamos el periodismo deportivo -quizá el mas sano-este exalta virtudes y capacidades demasiado exageradas, lo que es muy fácil comprobar cuando un jugador de beisbol batea para un extrabase o un atleta rompe un record. Solo hay que escuchar la voz del narrador o leer el texto de quien le toca redactar la información desde el sitio de los acontecimientos.
¡Tremendo batazo, puso a aullar la bola!
¡Qué velocidad, parece que volara!
Si se trata de una materia como la del espectáculo, pues allí vibra también la exageración, la mentira, el chisme y ahora lo político y como es de esperar, el dinero que es su gran característica y un determinante en cualquier espectáculo así como la especulación sobre la intimidad de los sujetos. De hecho, los llamados paparazi andan en todos lados como los habladores y habladoras del espectáculo y los columnistas.
Si nos metemos en el área de sucesos, pues en muchos de ellos está la verdad pero también la exageración y lo político que abunda en estos días con las manifestaciones, los asesinatos, heridos y los sujetos que intervienen. Hay cosas muy claras como los porrazos, heridos y muertes con ejemplos muy cercanos en los países andinos del continente suramericano.
Hay mucho mas, como las órdenes y decisiones, que se dan en penumbras.
Si nos referimos a la economía, debemos vincularla con la política pues ambas caminan de forma pareja. Aquí si hay un verdadero problema porque no todos los latinoamericanos, asiáticos, europeos y angloparlantes acceden a las verdades y no tenemos la menor idea de poder interpretar el periodismo económico y político que se maneja y mucho menos el militar, un sector delicado de todas las naciones y que depende del político.
¿Quién tiene la verdad económica y la verdad política en sus manos?
El periodismo adscrito a la verdad mostrará realidades y el periodismo adscrito a la mentira mostrará la mentira como sus verdades y tachará la verdad del otro como mentira.
Esa es la guerra que actualmente padecemos y que ha sido exacerbada, por lo general, en detrimento de una mayoría desnuda de posibilidades y una minoría, dueña del dinero, que ejerce su poder para consolidar su posición.
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