Sociedades Americanas en 1828

La juventud americana necesita abrir los ojos sobre su situación, y los niños tienen que aprender a leer. Los jóvenes que han de reemplazar a los padres de hoy, deben pensar y escribir mejor que sus abuelos, si quieren que en América haya patria y lengua. Esto no lo conseguirán con escrúpulos, ni con burlas, ni con puntitos de erudición.
Simón Rodríguez, en Sociedades Americanas en 1828



lunes, 2 de diciembre de 2024

Necesario evitar la circulación de mitos

 



Pedro Estacio


No soy un demonio, ni quiero padecerlo, ni afectar ni generar inquietudes, ni molestar a persona alguna y mucho menos impactar a los lectores, pero me pregunto: ¿Por qué continuar con el mito, la mentira de un san Nicolás o Papá Noel, que se mete por chimeneas y regala juguetes, que nada tiene que ver con los ciudadanos de la república bolivariana de Venezuela?


Hace décadas le aclaré a un familiar que esos regalos en un mes de diciembre, nada tenían que ver con el niño nacido en un pesebre, que eso era cancelado por los padres y en homenaje al Niño Jesús de los cristianos.


Lo del llamado san Nicolás al parecer tiene relación con un presunto obispo del siglo IV. Y si bien no se tiene certeza, claridad, de que era hijo de ricos y regalaba a los pobres, parece que lo tomaron como ejemplo y desarrollaron el mito de lo que hoy las televisoras locales del mundo entero y los mercaderes capitalistas modernos de los centros comerciales presentan a un viejito con barbas blancas y vestido de rojo que regala juguetes y marea a los niños con cuentos y recibe cartas y etc., etc.


El asunto que muchos han conocido y otros imaginan que los historiadores deben saber, es que ni los indios ni negros tuvieron chimeneas en sus chozas por donde bajaba san Nicolás con regalos para sus hijos y nada de eso se conoció en los días de la Colonia ni de la lucha por la independencia menos.


Se que algunos se molestan por los comentarios que hago y mas cuando se trata de mitos como el de san Nicolás, pero es realmente necesario, fundamental en esta revolución bolivariana, que se le aclare a los hijos de los ciudadanos venezolanos y latinoamericanos en general, que los padres y demás familiares siempre han tenido la sensibilidad y el amor necesarios como para dar regalos a sus hijos, nietos, sobrinos y niños pobres y miles de huérfanos cada final de año, casi como en una muestra de la humanidad que les caracteriza.


No se si estaré errado, pero sería interesante que los lectores pudieran conversar con con el Padre Numa Molina acerca de lo real y verdadero de san Nicolás, pero de algo creo estar seguro y es que los mitos mas que otra cosa, suelen ser relatos y algunos hasta sobrenaturales.


Otro asunto que caracteriza a esos mitos, es que alguien, siempre alguien, ha estado detrás de los mismos, desde hace muchos siglos, con la idea de que se siga creyendo en ello y para siempre.


Hablamos de algunos relatos que son mucho menos complicados como los llamados dioses del Olimpo, que gozaban de inmortalidad y eran poseedores de los mas variados poderes y hasta iban en caballos alados y lanzaban rayos y centellas y pare de contar. Como estos mitos siempre han sido mas complicados, algunos involucrados optaron por mitos mas sencillos de creer y por eso -digo yo- apareció un san Nicolás que jamás dañaría ni afectaría a nadie y podría existir en el tiempo sin ningún tipo de complicaciones.


Podrá ser de esa manera, pero es bueno que se tenga claro que las mentiras siempre tienen las conocidas “patas cortas” y por eso, creo, no deben ser dichas.


La tradición cultural venezolana tiene otro carácter. Está enraizada con la forma de ser y actuar de esos venezolanos que, por siglos, han vivido con alegrías y con sufrimiento en estas hermosas tierras del trópico.

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