Sociedades Americanas en 1828

La juventud americana necesita abrir los ojos sobre su situación, y los niños tienen que aprender a leer. Los jóvenes que han de reemplazar a los padres de hoy, deben pensar y escribir mejor que sus abuelos, si quieren que en América haya patria y lengua. Esto no lo conseguirán con escrúpulos, ni con burlas, ni con puntitos de erudición.
Simón Rodríguez, en Sociedades Americanas en 1828



martes, 11 de noviembre de 2008

¡Americanos, seamos severos con la impunidad!


El profesor de la Universidad Simón Rodríguez, Juan Miguel Díaz Ferrer, Doctor en Filosofía, investigador y ensayista, en su trabajo La Revolución Bolivariana y la “enfermedad infantil del izquierdismo”, aborda un aspecto puntual que es vital en estos momentos que vive no sólo Venezuela, sino la patria grande, es decir, Latinoamérica y sobre el cual hay que insistir.
El filósofo plantea, como reto para una verdadera revolución, la necesidad de ser muy severos con la impunidad y destaca que ese asunto de lo impune en nada educa a los revolucionarios (y mucho menos a quienes no lo son, le añadimos), y tampoco es licencia para que unos y otros sean tratados de modo privilegiado, ni reciban un trato indulgente por parte de las autoridades cuando violenten la ley, porque entonces, por esa rendija, la corrupción que se quiere eliminar estaría coleándose.
Del mismo modo, este investigador sostiene que “…lo que se espera de los revolucionarios es que den el ejemplo de moral y cumplimiento de la ley revolucionaria, y esto implica todo lo contrario a ser indulgentes con los que se consideran más revolucionarios; si somos más revolucionarios entonces debemos ser más responsables, porque somos más conscientes de nuestros actos, por lo que en lugar de reclamar mayor indulgencia en referencia a los que no son revolucionarios, debemos reclamar mayor severidad, lo cual no quiere decir de ningún modo en ser extremistas con el castigo”.
El asunto es que la impunidad no debe pasar, pero también hay que tener una concepción integral del problema, porque la impunidad no es sólo falta de castigo cuando se delinque, sino que también contempla esa imposibilidad de que se realice plenamente la justicia; alcanzar este nivel óptimo, por otro lado, significa dar respuestas necesarias a la población, que ansía y sueña con la justicia en todos los niveles: responsabilidad, respuestas precisas a las comunidades en sus necesidades.
¿Hay justicia cuando no se atienden los requerimientos de una comunidad? Si no hay justicia hay impunidad. Eso es como decir que no hay delito cuando se quebranta la ley, lo cual ocurre a cada instante en la calle, porque en momentos en que funciona mal el transporte y la recolección de los desechos no se lleva a cabo se trata de algo reprobable, lo que es aceptado como delito también.
Sobran ejemplos de injusticia
Hay que seguir escribiendo sobre impunidad, porque sobran ejemplos de mucha injusticia. Si los que vivimos en este continente sureño vemos hacia el norte del mismo nos encontramos, inmediatamente, con los problemas de Haití y Cuba, no sólo afectados por la dureza de la naturaleza, sino por acciones injustas que no se merecen sus habitantes. No se puede olvidar, por ejemplo, el bloqueo inclemente a que ha sido sometida una nación como Cuba y tampoco ignorar que a los haitianos les invadieron, les quitaron su presidente y los terminaron por sumir en una situación de pobreza desesperante. Y menos olvido pueden tener los cinco cubanos que pagan cárcel en Estados Unidos, por el simple hecho de intentar evitar que conspiraran contra su nación.
¿Es justo lo que aconteció en Bolivia, donde hubo un genocidio, sólo porque la mayoría indígena acepta constituir de nuevo el país y salir del atolladero donde le han mantenido por décadas?
¿Hubo justicia en los acontecimientos de Venezuela de 2002, cuando derrocaron a su Presidente y sometieron al país a paros y saboteo? ¿Es justo que en Nicaragua asesinen a dos personas porque unos consideran que hubo fraude en las recientes elecciones donde se alza con la victoria el Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN?
Todo este comentario habla de que hay impunidad porque al no existir la justicia, no hay maneras de ver o conocer donde están los sancionados por los delitos cometidos.
Afortunadamente, en Argentina hay una gran movilización destinada a sancionar a los autores de tantos crímenes consumados durante los negros días de los momentos de dictadura. Por ahora, sólo podemos gritar a los americanos de este continente sureño, que seamos severos con la impunidad.

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